GOMEZ12102020

ENTRE LIBROS
Fragmentos del tragaluz
Eligio Coronado

Monterrey.- En «Fragmentos del tragaluz»*, de José Luis Bautista Gómez (San Sebastián, Tantima, Ver., 1982), encontramos que la experiencia del amor sigue lacerando espíritus sensibles, fustigándolos hasta el punto del desgarro existencial. Pareciera una prueba que hay que librar inexorablemente, incluso sin recompensa:

“Hay amores que no perdonan el pasado,
hay otros que rechazan un presente sincero,
hay otros que vuelven, otros no sueltan a su primer amor,
otros se despiden después de muchas luchas,
algunos se dan un beso, pero también se van” (“Despedida”, p. 55)

     El axioma "amar para ser amado" no siempre se cumple y de ello han dado cuenta múltiples poetas de la historia cuyo tintero parece contener una mezcla permanente de dolor, tristeza y desencanto:

“Mi amor por ti fue tan grande
que no te dejé ir por completo;
aún guardo un poco de ti entre páginas,
como un pétalo seco,
como una hoja
que de vez en cuando observo” (“Recuerdo”, p. 27).


     José Luis es un buen ejemplo de esto. Su obra nos conduce a la imposibilidad del amor, ya sea por decepción, olvido o abandono. Su verso es claro, su discurso fluido y su oficio crece promisoriamente, habiendo ya motivos para celebrar:

“He estado aquí
girando sin tiempo,
no sé qué idioma hablo
pero me entiendo.
(...)
conocí la esperanza
-y creo-
que hay muchos como yo
en otras galaxias
contando estrellas” (“Desde siempre”, p. 84-85)

Esto se manifiesta en «Fragmentos del tragaluz»: la hechura de textos sólidos, sin piezas sueltas, que han alcanzado un nivel óptimo de conjunción entre pensamiento y escritura.

“Cansados de sostenerse en las nubes
se deslizan
los sueños grises
rompiendo sus ataduras” (“Llueve”, p. 63)

     La creación poética es el destino inherente a José Luis. Se nota en su constancia y en el dominio que empieza a ejercer en el arte de desnudarse metafóricamente:

     “Una vez existí y te quise, te amé tanto que recogí las piedras que pisaste, un pedazo de asfalto, un pétalo seco que todavía guardo en la página sin número de un libro que releo por las noches” (“Alguna vez”, p. 37).

     Sin duda, los textos de José Luis seguirán multiplicándose como los panes bíblicos hacia otros temas que también trasminan su espíritu, como la nostalgia y la melancolía, entre otros.

*José Luis Bautista Gómez. «Fragmentos del tragaluz». Monterrey, N.L., Edit. Los Ojos de Eva, 2021. 112 pp.