Monterrey.- El estado mayor presidencial y los soldados impidieron el libre tránsito. Dos días antes los índices de criminalidad bajaron. La orden directa de serenar cualquier elemento de violencia patibularia.
La visita presidencial tiene toda la atención de los 51 municipios del estado. Los acarreados muestran el músculo de los alcaldes y del gobernador.
Se le entregan buenas cuentas al tlatoani. El ogro filantrópico les hace llegar cheques a los campesinos, a las madres solteras y a unos cuantos estudiantes.
Recibe una magnífica comida de tres tiempos con los empresarios en el casino del campo militar. Sus socios del grupo Monterrey con la sutileza del dinero solicitan mayores exenciones de impuestos. No ha sido un año bueno y los números macro nos tienen en la lona.
Asentirá con su secretario de Gobernación, de Hacienda y de Economía. Vamos a subir algunas leyes en la Cámara de Diputados. Iniciativas buenas para todos, incluso para los trabajadores.
Al concluir el almuerzo el estado mayor y los militares guían su avanzada por aire, para llevarlo al avión presidencial. Ve la ciudad tan contaminada. Ya casi se parece Monterrey al DF, comenta con el gobernador.
En la planta baja, antes de subir las escaleras en el hangar, le encarga mucho Nuevo León. Recuerde si cae Monterrey, cae todo México.
Lo dejaría pensando por largo tiempo.