ANÁLISIS A FONDO
La cultura del soborno
Francisco Gómez Maza
Entre “coyotes” te veas
Una vieja manera de vivir
Ciudad de México.- Imposible que el gobierno de Calderón pretendiera tapar el sol con un dedo, no obstante que la filosofía de los mexicanos sea la de la corrupción. La cultura del soborno, que empieza a adquirirse desde que el mexicanito comienza a adquirir conciencia: si te portas mal, te voy a castigar. Si te portas bien, te daré un premio…
De acuerdo con encuestas de la organización Transparencia México, los sobornos pagados por personas individuales, sin incluir las empresas, ascendió a algo así como $ 2.4 mil millones de pesos en 2010.
En este lamentable contexto, la presión de los medios informativos, sobre todo los estadounidenses, pesó en la “conciencia” de las autoridades mexicanas.
Luego de que voceros del presidente Calderón aseguraran en la víspera que no tenían nada que investigar en el caso de la denuncia de sobornos de Wal-Mart México a funcionarios mexicanos, la Secretaría de la Función Pública (SFP) tuvo que rectificar, e inició la verificación de los permisos o trámites en el ámbito federal, realizados por esta empresa para la apertura y operación de sus tiendas en territorio nacional.
Los cargos centraron la atención estadounidense sobre todo por la tan arraigada cultura del soborno en México, país donde las oficinas gubernamentales están permanentemente abarrotadas de “gestores”, llamados popularmente “coyotes”, que por una buena mordida facilitan la agilización de trámites, e inclusive logran beneficios ilegales.
Pero presionado el gobierno de Calderón por los acontecimientos y las notas y comentarios de prensa, la Función Pública dijo que pedirá al gobierno estadounidense información sobre el caso, en base a las convenciones internacionales anticorrupción suscritas y ratificadas por el estado mexicano.
El gobierno federal había dicho, la noche del lunes, que no tenía jurisdicción en el caso, debido a que el informe se refería únicamente a la participación de funcionarios estatales y municipales (estado de México y Distrito Federal).
Los gobiernos del estado de México y del Distrito Federal eludieron también el asunto, diciendo que no habían abierto ninguna investigación porque ninguno de sus funcionarios fue mencionado específicamente en las acusaciones.
En Estados Unidos, Wal-Mart Stores Inc nombró al ex fiscal del estado de Arkansas, Tom Gean, como ejecutivo a cargo de que se cumpla la ley estadounidense que prohíbe sobornar a funcionarios de países extranjeros.
Una enorme diferencia en la forma de reaccionar de las autoridades mexicanas y de las estadounidenses, como lo explicó muy bien a la prensa Eduardo Bohórquez, director de Transparencia México. En el país vecino, congresistas y autoridades del Departamento de Justicia echaron a andar ipso facto las investigaciones. En México, las autoridades no se mostraron de ninguna manera ansiosas por hacerlo.
Las acusaciones de que la gigante minorista estadounidense sobornó a funcionarios mexicanos, para acelerar su vertiginosa expansión en México, sólo sacaron algunas débiles chispas entre los gobernantes mexicanos. No causaron la indignación que el escándalo provocó en Estados Unidos. Ah, la cultura del soborno tan arraigada entre los mexicanos. Tanta corrupción es normal. Es un modus vivendi entre los mexicanos.
A desfondo: La Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública de la Cámara de Diputados avaló ayer por mayoría el dictamen correspondiente a la Cuenta Pública 2009, determinando que no existen elementos suficientes para aprobarla, por las graves irregularidades detectadas.
El diputado Alfonso Navarrete Prida (PRI), presidente de este órgano legislativo, destacó que la Cuenta Pública 2009 presenta un conjunto de inconsistencias, “algunas de ellas muy graves”, sobre todo en materia de salud, educación, estados y municipios, seguridad pública y comunicaciones y transportes.
La Comisión que preside Navarrete Prida no tiene facultades para reprobar ninguna Cuenta Pública. Sin embargo, al igual que en la de 2008, en la de 2009 no hay elementos suficientes para su aprobación.
De acuerdo con el dictamen, en 2009 el Ejecutivo Federal fracasó en aplicar un programa anticíclico que aminorara los fuertes embates de la desaceleración económica mundial y el retroceso del bienestar de la población. Asimismo, señala que México tuvo una caída en los niveles de actividad económica global y una mayor restricción al financiamiento, que se reflejaron en desplome de las exportaciones, disminución en la captación de divisas al país y caída de los ingresos petroleros.
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