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1629 24 Julio 2014

 

La historia siempre importa
Alejandro Heredia

Para Antonio Peña Guajardo

Monterrey.- Los fenómenos mueren jóvenes y sabios. Cuando les preguntan por el futuro se consumen los segundos en imaginar donde no estarán, hacen el gesto de despreocupación y levantan los hombros, como indicando la futilidad de las especulaciones de crear escenarios, castillos en el aire tan vulnerables como si fueran esculpidos con arena.

Para Antonio Peña, intuyo, la vida no tenía esa dosis hedonista que a todos nos corroe; él era un cartujo interesado en la historia que sabía muy bien del desinterés que despierta en las grandes masas. En una entrevista que le realizaron al recibir el Premio Israel Cavazos, aseveró que en Nuevo León no es apreciada la investigación histórica. Y tiene mucha razón, y probablemente mucho más podríamos decir, dado el interés selectivo que se tiene por una parte de la historia en ciertos ambientes.

El maestro Peña deja un gran legado a los futuros historiadores de Nuevo León. Les hizo tomar consciencia sobre la necesidad de estudios sistemáticos y no echados a la volición de las meras opiniones o las leyendas. Además de dejar huella en revistas especializadas, publicó dos libros Francisco Naranjo: caudillo de la República restaurada en Nuevo León (1867-1885) y La economía novohispana y la élite local del Nuevo Reino de León en la primera mitad del siglo XVIII.

Toño Peña se caracterizó por su cercanía con sus alumnos, por su humildad intelectual y su honradez en el trabajo. En ocasiones las palabras no alcanzan para describir a las personas que abandonan la vida; por ello todos los que de alguna manera conocimos al maestro Antonio Peña Guajardo, quedamos infinitamente gozosos de su recuerdo.

Requiescat in pace.

 

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