Ciudad Victoria.- El proceso urbanista de Ciudad Victoria a principios del siglo XX, se favoreció con la presencia de varios ingenieros arraigados en esta población. La mayoría de ellos eran egresados de la Escuela Nacional de Ingeniería. Probablemente, quien influyó para que estos tipo de profesionistas viajaran a Tamaulipas, fue el ingeniero Alejandro Prieto, gobernador de la entidad durante dos períodos. De aquellos ingenieros constructores destacan:
Domingo de la Fuente
Se encargó de trazar La Alameda, que hoy conocemos como Avenida 17 (o Francisco I. Madero), en su calidad de ingeniero topógrafo. Era originario de Saltillo, Coahuila y llegó a Victoria en la década de los setenta del siglo XIX, invitado por el general y gobernador Servando Canales.
Respecto al menecionado profesionista radicado en la capital tamaulipeca desde 1834, el profesor Carmen Tirado menciona que no cobró honorarios por su trabajo. A cambio el presidente municipal Cipriano Rangel, le obsequió al agrimensor en 1876 –titulado por el gobierno de Tamaulipas– dos manzanas de terreno, por el rumbo del 17.
En aquellos tiempos Victoria era una población pequeña, tranquila, bien planeada, pero con una situación geográfica extraordinaria, dedicada a la agricultura y ganadería. En esa época tenía 7 mil 437 habitantes, pocos extranjeros: españoles, italianos y norteamericanos. Muy equilibrada en cuanto los oficios y manera de vivir, había albañiles, arquitectos, sombrereros, talabarteros, músicos, pintores, militares, panaderos y sastres. Un Colegio Seminario de educación superior y cinco escuelas para niños y niñas.
Alejandro Prieto Quintero
Nació en la Hacienda El Chocoy, al sur de Tamaulipas (1841). Estudió en el Colegio de San Gregorio y Escuela Nacional de Agricultura, donde se recibió de ingeniero topógrafo. Combatió como guerrillero y fue tomado prisionero por las tropas imperialistas francesas. Radicó en Tampico, donde se desempeñó de ingeniero de la ciudad, Jefe Político, Juez del Registro Civil y Diputado al Congreso de la Unión. Aplicó sus conocimientos profesionales en la Barra de Soto la Marina, Canal de Chijol, camino ferroviario a San Luis Potosí y obras de irrigación del Distrito Sur de Tamaulipas, así como la introducción del agua del Río Tamesí a la Laguna del Carpintero de Tampico.
Fue gobernador de Tamaulipas en dos ocasiones (1888-1996) y realizó importantes obras de infraestructura en la capital tamaulipeca. Por ejemplo el Hospital Civil (que él mismo dirigió), la Plaza Juárez, Camino Real a Tula, entre otras. Falleció en Tampico en 1921.
Francisco Benítez y Leal
Ingeniero civil, agricultor y ganadero; nació en Linares, Nuevo León y falleció en Monterrey (1860-1940). Descendiente de familias de abolengo del noreste mexicano; hijo de Jesús María Benítez y Pinillos, radicado en Linares, Nuevo León y María Felipa Leal. En julio de 1880 sustentó examen profesional para obtener el grado en el Colegio de Minería de la capital del país.
El 24 de octubre de 1881 se publicó una carta enviada desde Linares al director del periódico El Siglo Diez y Nueve, donde Benítez, miembro de la Sociedad Amigos del Progreso, menciona el trazo de un ferrocarril de la Compañía Internacional que saldría de Monterrey. El proyecto incluía varios ramales, diversas poblaciones fronterizas del noreste y otras del centro de Tamaulipas, entre ellas Ciudad Victoria.
Entre 1881-1883, se hablaba de su intervención del Camino entre Victoria y Tula donde contaría con el apoyo del coronel Ramón G. Villavicencio. En 1886 contrajo matrimonio en la Hacienda de Santa Engracia con Adelaida Martínez y González, hija de José Martínez y Gertrudis González.
En 1888 fue nombrado inspector de la construcción del Ferrocarril del Golfo para unir por este medio de transporte Monterrey-Montemorelos-Linares-Victoria-Tampico. Vale decir que para la realización de esta obra, contó con el apoyo del general Mariano Escobedo, quien tenía enorme influencia política en su calidad de heroe de la Guerra de Intervención Francesa.
En 1907 participó en le Exposición Agrícola y Ganadera de Tamaulipas, exibiendo algunos ejemplares bovinos de razas europeas, por ejemplo Jersey. En 1907 publicó un artículo sobre la siembra de maíz en la Revista El Agricultor Mexicano.
José Duvallón Galicia
Ingeniero agrónomo y constructor originario de la Ciudad de México (México 1866). Hijo de Juan Duvallón -súbdito francés, profesor de la Escuela Regional de Agricultura de Acapanzingo- y Margarita Galicia. Concluyó sus estudios en la Escuela de Agricultura y Veterinaria del Colegio de San Gregorio. Entre 1891-1893 fue integrante de la Junta Patriótica de la Octava Demarcación de la capital del país; profesor de Matemáticas, Física y Construcciones Rurales de la Escuela de Agricultura.
En 1892 ingresó como miembro de la Asociación de Ingenieros donde pertenecía el ingeniero Cortthel, constructor de las obras de la Barra de Tampico y miembro de la Sociedad Agrícola (1893). En 1893 solicitó a la Secretaría de Fomento aprobación de su sistema para combatir la humedad y ensalitramiento en toda clase de muros y materiales de construcción.
Junto a su hermano el ingeniero topógrafo Luis Duvallón -egresado del Colegio Militar- llegó a Tamaulipas alrededor de 1894, invitado por el gobernador Alejandro Prieto. La presencia de este profesionista en Tamaulipas fue muy relevante, particularmente para Victoria donde construyó varias casas “…de estilo moderno y buen gusto estético…de bella arquitectura y un verdadero lujo asiático.”
Construyó el Teatro Juárez (1900); supervisó las obras del nuevo mercado y en 1897 proyectó la construcción del Camino Real a Tula. Ese año firmó un contrato con el gobierno de Tamaulipas que concluyó en 1900 con la inauguración del Camino Nacional.
En aquella época, los principales ingenieros de la localidad eran Manuel María Canseco, Eulalio R. Badillo, Luis Duvallón, Carlos Ledezma, Manuel M. Canseco, Carlos Argüelles y Carlos Toledano, ligados al poder político y económico del estado. Otra de sus obras cumbres fue la carretera de Xicoténcatl y después la de Tula-Ocampo. En 1908 fundó y fue Vicepresidente de la Sociedad de Historia de Tamaulipas, junto a Fermín Legorreta, Alejandro Prieto y Adalberto J. Argüelles.
En 1910 simpatizó con el ideario de Francisco I. Madero. Durante el gobierno constitucionalista, de los generales Luis Caballero y Raúl Gárate, fue Jefe de la Comisión Agraria. Entre sus logros en dicho cargo destacan el registro de los títulos de propiedad; el Decreto de septiembre de 1914; la creación de las Delegaciones Agrarias Municipales; formación de listas de terratenientes del estado; proyectos de irrigación; construcción de presas y canales y medición de ejidos. En 1915, luego de la incursión villista a la capital tamaulipeca, abandonó la ciudad y se trasladó a Monterrey.
En 1906 administró la Hacienda La Sauteña, propiedad de Íñigo Noriega. Director de Agricultura de Colima (1919); Titular de la Dirección de Agricultura de la Secretaría de Fomento, dirigida por el ingeniero Pastor Roauix (1917) y Director Auxiliar de la Comisión Nacional Agraria (1916), de quien se ganó una cercana estimación.
William W. Price
La primera estación de Ciudad Victoria se construyó de madera. Estaba acondicionada con oficinas, restaurante y bodegas, de acuerdo a las necesidades de la época. La Sierra Madre y Plaza de la Estación (después Plaza Colón), se convirtieron en el marco referencial de los viajeros. Al poco tiempo surgieron a su alrededor hoteles, cafés, fondas, cantinas, lavanderías de ropa, comercios, prostíbulos y asentamientos residenciales hasta convertirse en el Barrio de la Estación.
En aquella época eran comunes los incendio en casas y edificios, porque la mayoría estaban construidas de madera y sillar con los techos de palma, lámina y madera, iluminadas con lámparas de petróleo que originaban quemazones. En el folleto Recuerdos de Ciudad Victoria, Emilio Portes Gil recuerda el incendio de la terminal a principios del siglo XX, porque las llamas y el humo se veían desde cualquier sector: "Todo Ciudad Victoria concurrió a la Plaza del Centenario, el incendio duró desde las seis de la tarde hasta la madrugada, y como no había con qué apagarlo, se destruyó totalmente que era tan bonita."
El Correo Español (13/7/1900) menciona que la estación se transformó en escombros: “...el incendio principió en el departamento de las bodegas y se propagó con rapidez. También fueron destruidos el hotel y restaurante; situados junto a la estación; así como algunos furgones que se hallaban cerca... No se registró desgracia personal y las pérdidas ascienden a una regular cantidad.”
La compañía ferroviaria contrató al ingeniero William W. Price, de origen inglés, radicado en Victoria. Inmediatamente se dispuso a levantar el nuevo edificio, utilizando piedra, madera, ladrillo, sillar y lámina. En algunas áreas los techos fueron construidos con bóveda catalana. En 1910, la nueva estación contaba con andenes, sala de espera, bodegas, oficina de telégrafo, taquilla, talleres, embarcadero y corrales para ganado.
El restaurante era un espacio de medio lujo, atendido en el segundo piso por un chef internacional y meseros vestidos de negro y blanco. Acudían no solamente forasteros sino también políticos, hacendados y comerciantes de la localidad. Una de sus especialidades era el cabrito, que le fue servido al presidente Venustiano Carranza y sus invitados, durante su tránsito por Ciudad Victoria, en julio de 1914 y a finales de 1915.
William W. Price y su tío John Price llegaron a Monterrey en la última década del siglo XIX, procedentes de San Antonio, Texas. Fueron contratados para construir el edificio de la Cervecería Cuauhtémoc. También costruyeron varias estaciones de ferrocarril, entre ellas la de Monterrey. (Don Eugenio Garza Sada. Ideas, Acción, Legado/Gabriela Recio Cavazos/1917.) Fueron propietarios de una fábrica de ladrillo Monterrey, proovedora de materiales para la construcción de la Aduana de Tampico y estación ferroviaria de Ciudad Victoria.
* Cronista de Ciudad Victoria.