GOMEZ12102020

La increíble historia del himno nacional, II
Ismael Vidales

Monterrey.- En 1864, se volvió a cantar el Himno, pero con un grave problema: el Estado no tenía los derechos, pues como jamás entregó premio alguno a los autores, por lo tanto los dueños de los derechos, por razones legales y éticas eran Bocanegra y Nunó.
Nunó había “desaparecido” en 1855. Bocanegra murió de fiebre tifoidea el 11 de abril de 1861, la prensa capitalina apenas le dedicó algunas cuantas líneas. Pasaron los años y fue hasta que don Porfirio Díaz ascendió a la presidencia cuando el Himno regresó para seguir cantándose en las ceremonias oficiales.

En 1901 se “descubrió” que don Jaime Nunó estaba vivo en Estados Unidos y tenía 77 años de edad. El descubrimiento se dio a conocer públicamente el 15 de julio de 1901 en el acto constitutivo de la “Sociedad Positivista Gabino Barreda” por el Presidente de la Mesa Directiva, el maestro Lázaro Villarreal, quien además convocó a una colecta nacional en favor de Nunó; por su parte el periódico “El Universal” dirigido por Luis del Toro inició una cruzada en pro del regreso triunfal de Nunó.

A las 6:40 hrs., del día 12 de septiembre de 1901 llegó el tren de Laredo a la Estación de Colonia con don Jaime Nunó, una multitud congregada en la estación lo vitoreaba espontáneamente. Sin embargo, hay noticias de que Nunó ya había estado en México en 1864 ofreciendo una breve temporada de conciertos durante el Imperio de Maximiliano. Pero volvamos a la fecha del 17 de septiembre de 1901, ante la presencia de Porfirio Díaz, Nunó dirigió a 600 niños que cantaron el Himno Nacional en el patio del Palacio Nacional, por lo cual recibió la paga de $ 2,000.00 en plata.

Por otra parte, el periódico español, “El País” organizó otra colecta a favor de Nunó, cuyo producto y una corona de laurel le fueron entregados en el Teatro “Abreu” de Puebla. Todo era miel sobre hojuelas, pero Luis del Toro, Director de “El Universal” le hizo una entrevista a Nunó y la publicó. Esta entrevista motivó un fuerte conflicto entre los periódicos “El Universal”, “El Tiempo” y diario español “El país”. Nunó salió muy mal librado de la controversia derivada de su entrevista, al grado de que el 30 de septiembre de 1901 el gobierno del General Díaz ordenó a Nunó que abandonara el país por ser un extranjero indeseable. La luna de miel duró apenas 19 días.

Dos veces Nunó escribió a don Porfirio: una, solicitándole un empleo; la otra, pidiéndole que a su muerte, lo enterraran en México. ¡Díaz ni le contestó! Nunó murió a los 84 años en Búfalo, EU, tenía 32 años cuando compuso la música del Himno y Bocanegra tenía 29 cuando compuso la letra.

Después de este penoso incidente sufrido por Nunó, el Himno Nacional dejó de cantarse hasta que Manuel Ávila Camacho estableció la Ley del Himno Nacional Mexicano en 1942, exigiendo a todas las estaciones de radio tocarlo al inicio y al final de sus transmisiones; además mandó grabar un disco de muy buena calidad con la versión oficial y se distribuyeron varios millones de copias. Fue entonces que el Gobierno se dio cuenta que no tenía los derechos del Himno Nacional.

Otro problema que enfrentó Ávila Camacho, es que después de la “grabación perfecta” se da cuenta que no tenían la partitura original pues la última copia de la que se tuvo noticia se encontraba en la Biblioteca Nacional, pero fue robada en 1914. Desde 1922 Álvaro Obregón había creado una Comisión que estaba encabezada por Julián Carrillo (el creador del sonido 13), para que buscara con avisos públicos alguna copia, tuvo suerte y encontraron una datada en 1855 editada por la Casa Murguía, correspondiente a las que había impreso Nunó.

Gracias a este hallazgo se pudo tener una versión oficial del Himno Nacional.

La primera grabación del Himno Nacional Mexicano fue hecha en Estados Unidos por el barítono español Emilio de Gogorza (1874-1949). De acuerdo con la base de datos Discography Of American Historical Recordings, la grabación se realizó en un disco de pasta de siete pulgadas el 5 de junio de 1901 en Camden, New Jersey por Carlos Francisco, seudónimo de De Gogorza, quien usaba ese nombre para grabar en la serie con marbetes (carátulas) negros de la RCA Victor y por los que recibía una menor paga comparado con los de marbete rojo.

Cuando Díaz pidió la grabación, dice Armando Pous, “lo curioso es que no había ningún cantante mexicano en ese momento y la graba un español en 1901, es la primera”. De esa primera versión de 252 copias, se hizo una segunda edición de 300 ejemplares el mismo año y de acuerdo con el coleccionista, siguieron dos versiones diferentes en 1904: una realizada por A. de G. Bello y otra por la denominada Banda de Curti y hasta 2005 aparece la versión de Manuel R. Malpica, bajo el sello de Columbia.

Todas ellas, incluida la primera grabación están bajo resguardo de la propia Fonoteca Nacional, sin embargo, sólo la de Malpica es reconocida como la primigenia. Pous supo que la grabación firmada como “Sig. Francisco” era la primera después de que le hablaron de la RCA Victor, quienes supieron que poseía aquellos discos de pasta de los que sólo conservaban las fichas técnicas.

La grabación hoy pertenece al coleccionista Armando Pous, quien la mantiene –junto con otras 29 versiones– en resguardo de la Fonoteca Nacional sin que la institución a cargo del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, la reconozca como la primera versión grabada.

“En la página de la Fonoteca dicen que tienen la primera grabación del Himno Nacional Mexicano, realizada por Manuel R. Malpica en 1905. Yo les he dicho hasta el cansancio que no es la primera, sino la quinta; es la primera de un mexicano, pero no la primera grabación que se hizo, antes de esa están otras”, dice Pous en entrevista. La versión oficial, sin embargo, se ha repetido en diferentes documentos y boletines oficiales.

Fuente: http://planoinformativo.com/341141/sale-a-la-luz-primera-grabacion-del-himno-nacional-mexicano-nacionales