PEREZ17102022

La ley sí es la ley
Víctor Reynoso*

Puebla.- La ley sí es la ley. La brutal violación de la Convención de Viena por parte del gobierno de Ecuador, al invadir la embajada de México en Quito, es un hecho grave porque es una falta legal.

Fue precedida de otra falta legal: México otorgó “hospedaje” a Jorge Glas, acusado por delitos de orden común, violando así un principio de la Convención de Caracas de 1954 sobre el derecho de asilo.

De estas dos faltas es más notable y mucho más grave es la acción del gobierno ecuatoriano. Hay muy pocos casos en la historia en que se viole la extraterritorialidad de una embajada. El hecho puede ser un precedente lamentable si no hay una fuerte reacción contra el mismo.

Pero algo equipara las dos acciones: la falta de respeto a la ley escrita, al derecho internacional en este caso. Parece que se trata de dos gobiernos que no creen en la lógica de la ley, que la someten a la de amigos y enemigos.

El antecedente inmediato de la toma de la embajada fue una incomprensible declaración de López Obrador. En síntesis, declaró que el actual presidente de Ecuador, Daniel Novoa, había ganado la elección gracias al lamentable asesinato de otro candidato, Fernando Villavicencio. No es que Villavicencio fuera el favorito en las encuestas, pero a raíz de su muerte Novoa pasó del segundo al primer lugar.

No hay antecedentes de una declaración así de un presidente mexicano. Nunca había habido una intervención tan directa, y tan cuestionable, en la vida interna de otro país: acusar al mandatario ecuatoriano de haber llegado al poder gracias a un asesinato. Nuestro presidente no disimula sus preferencias políticas: nada dice sobre las violaciones a los derechos humanos en Cuba, Nicaragua y Venezuela, mientras critica de forma inusitada al gobierno de Ecuador.

Pero la política, interna o externa, no puede estar basada en simpatías y antipatías. A la humanidad le ha llevado siglos para hacer posible que las relaciones entre sus miembros se basen en reglas escritas. Reglas que dan seguridad, que otorgan justicia en la mayoría de los casos. Aunque a veces se alejen de la justicia salomónica, por razones que no viene al caso considerar aquí.

Entre los individuos, como entre las naciones, el apego a la ley es la mejor forma de convivencia que tenemos,

Una pregunta: el menosprecio a la ley, tan frecuente en algunos políticos, ¿es de izquierda o es de derecha? ¿O será que esta importante cuestión no está considerada por la geometría política?


* Profesor de la UDLAP.