LAQUINCENA 50

El que obedece no se equivoca

Abraham Nuncio

Querido Luis Lauro:

Que una revista como La Quincena , dedicada a la cultura política y a la cultura a secas edite su número 50 es casi tanto, en nuestro medio, como si editara el número de aniversario de sus 50 años de fundada. La cultura política, y la cultura strictu sensu , no han logrado aún calar lo suficiente, para lo que es una ciudad que pretende asumirse cosmopolita, en las élites ni en las clases medias escolarizadas del Monterrey metropolitano –el perímetro donde se distribuye nuestra revista.

La cultura política y la cultura sin adjetivos presuponen la tolerancia, ese valor civilizado caro a los humanistas y filósofos ilustrados: Erasmo de Róterdam, John Locke, Voltaire, Rousseau. Suponen también el argumento en una relación dialógica sobre la decisión no discutida. Antivalor opuesto a ambas es el poder sin argumentos, que sin mucho afanarse se descubre como la cumbre de la política.

El clima autoritario que ha pervivido tras el desplazamiento del PRI en la Presidencia de la República ha encontrado en los medios electrónicos, la televisión sobre todo, un santuario inexpugnable. Recordemos a Vicente Fox recomendando la televisión en lugar de la prensa escrita. La lectura, por razones semejantes, se va volviendo cada vez más precaria. Y no hay quien, salvo algunos lunares, que la promueva y estimule.

Cercano a ti en tu trabajo como director de nuestra revista, sé de tus padecimientos para que cada número vea la luz. La publicidad fluye a cuenta gotas. Si hubiera varias revistas como La Quincena , y florecientes, la conclusión sería que no resulta competitiva, y de aquí sus dificultades para mantenerse. Pero no es ése el caso.

Se me ocurre por ello que La Quincena debiera seguir, como ahora dicen tecnócratas y negociantes, una estrategia exitosa, ésa a la que en castellano clásico se denomina ganar-ganar . Si en algún momento hemos comentado la posibilidad de impulsar el periodismo de investigación, paso fundamental sería olvidarse de él. No sólo por falta de recursos, sino por los riesgos que implica. Ya ves lo que le ha sucedido a Lydia Cacho. Ella exhibe en un trabajo periodístico impecable a unos empresarios pederastas y a los funcionarios sus encubridores y éstos la vejan, pisotean sus derechos humanos, la intimidan de forma vil y al cabo, también, se burlan de ella. Y, para colmo, los jueces de la Suprema Corte de Justicia que cobran como ministros, le otorgan carta de impunidad al gobernador de Puebla, el autor intelectual de la agresión a Lydia, y a ella la exponen a otras agresiones peores. Y con ello envían un mensaje digno de una dictadura: Si se meten con nuestros protegidos nosotros no respondemos.

Creo, además, que debe abandonarse el periodismo crítico. A los casi cuarenta periodistas asesinados desde 1984 vinieron a sumarse más de veinte durante el gobierno de Vicente Fox y México aventajó a Colombia en este tipo de acciones asépticas. El de Calderón, con lo sucedido a Lydia, no augura mejores condiciones para el ejercicio de la crítica.

Por el tamaño de La Quincena , acaso no tengamos que temer otra cosa que menudas y siempre mezquinas represalias ­– tú sabes, van desde el retiro de publicidad hasta el cierre de puertas a quienes se atreven a hacer la crítica de aquellos que detentan el poder político, burocrático de muy diversa índole o empresarial. ¿Para qué exponernos? En México, y Nuevo León no es excepción, sigue imperando el apotegma de José López Portillo: “No pagamos para que nos peguen” (Ergo, sí pagan para que los adulen). Este giro lo podemos disfrazar de crítica radical si sólo nos referimos al nudo mal hecho de la corbata de éste o aquél funcionario corrupto, de éste o aquél empresario corruptor. Fluirá la publicidad.

Con el arma de la crítica en acto lograremos mantenernos en la orilla, si bien nos va; pero puede ocurrir algo de una incomodidad mayor si La Quincena llega a tener un cierto tamaño y se apega a una línea editorial independiente y más crítica de la que hasta ahora sostiene. Ten en cuenta lo que les ha sucedido a Excelsior , Proceso , Impacto , Zeta , Noticias de Oaxaca , etcétera. El nuestro es un país que no ha cambiado. Aspira, en las declaraciones de sus líderes públicos y civiles, a ser de primer mundo; en la práctica ninguno de ellos renuncia a prácticas de república bananera.

Hay que ser realistas. Si Mario Vargas Llosa hubiera tenido la experiencia mexicana en materia de jefes, a su relato Los jefes lo hubiera podido titular Los jefes máximos . ¿Conoces tú a un director o subdirector; al dueño de un monedero del que extrae algunas piezas de cobre para repartirlas entre los pobres; al superior del convento o del subordinado más ínfimo en la última oficina de barrio que no se asuma como jefe máximo y que no espere ser tratado como tal? En un lugar así, la tolerancia, la crítica de verdad, el disenso, no tienen cabida.

Sin darnos cuenta, el lema del Yunque es canon sagrado en todos los reductos donde respira la jerarquía política, social o cultural: “El que obedece no se equivoca”. Aplica este canon al periodismo y verás que se cumple como la sucesión de los días. No sé que a ti te haya invitado a comer o a cenar un alto funcionario o empresario del grupo Monterrey; tampoco a nuestro editor. Pero sabemos que los dueños y directores de los grandes medios de comunicación en Monterrey sí reciben con frecuencia este tipo de invitaciones. A sus contertulios no necesitan preguntarles qué desean para saberlo. Al día siguiente venderán silencio, miniaturas de realidad, inventos magnificados. El negocio periodístico en eso consiste.

Hay un periodismo que tiene sus alcázares en las revistas de cultura. Allí también se cumple el canon del Yunque. Frente a esas revistas se hallan intelectuales prestigiados. Piensa en sus arquetipos de ayer y de hoy. Ellos han sabido interpretar (obedecer) los designios del poder. Y no se han equivocado –por lo menos no en lo inmediato.

Me pregunto y te pregunto: ¿no debiéramos imitarlos? Necesitamos llegar a los cincuenta años de ejercicio periodístico con una revista próspera, afluente, respetada por quienes mandan. A cambio tendremos privilegios, canonjías y asientos separados en la celebración del Día de la Libertad de Prensa.Q

 

INDICE

HEMEROTECA

 

La Quincena No. 50
Diciembre de 2007
laquincena@gmail.com


Director:
Luis Lauro Garza

Subdirector:
Mario Valencia

Mesa de Redacción:
Tania Acedo, Luis Valdez

Asesor de la Dirección:
Gilberto Trejo

Relaciones Institucionales:
Abraham Nuncio

Coordinador de Cultura:
Adolfo Torres

Comunicación e Imagen:
Irgla Guzmán

Asesor Legal:
Luis Frías Teneyuque

Diseño:
Rogelio Ojeda

Fotografía:
Erick Estrada y Rogelio Ojeda

Ilustraciones
:
Chava

Distribución:
Carlos Ramírez

Internet: