GOMEZ12102020

Los apagones ¿Culpa del gobierno?
Víctor Orozco

Ciudad Juárez.- El sistema eléctrico de Texas es casi del mismo tamaño que el mexicano y desde luego con instalaciones más modernas y tecnología más avanzada. Pero la tormenta invernal dejó sin energía a casi tres millones de personas. En el norte de México un número similar de usuarios pasó por el mismo predicamento.

     Para pronto, críticos a rajatabla y opositores al gobierno le arrojaron a éste toda la culpa. No sólo, difundieron masivamente anuncios de supuestas agencias oficiales, usando incluso sus logotipos para comunicar que la falta de servicios duraría por lo menos tres días. Hubo muchos que responsabilizaron al gobierno federal de mantener a propósito la dependencia del gas proveniente de Texas para alimentar a las plantas mexicanas.

     Lo que es evidentemente consecuencia de un fenómeno natural (hace tiempo me niego a emplear la palabra “catástrofe”) es convertido de inmediato en un proyectil político. ¿Hay razones para ello?

     La estructura del sistema eléctrico no nació hace dos ni cinco años. Las poblaciones del estado de Chihuahua reciben la energía eléctrica de varios orígenes: tres plantas generadoras que operan con gas y son las mayores, dos alimentadas por combustóleo y dos líneas de transmisión, una que va de Agua Prieta, Sonora, a Nuevo Casas Grandes; y otra, de Río Escondido, Coahuila, a Camargo.

     ¿Puede modificarse este sistema en un corto lapso? ¿Para sustituirse con qué otro? La respuesta a la primera cuestión es obvia: no es posible. Se requieren años de preparación e inversiones cuantiosas. Para algunos la segunda pregunta es fácil de resolver: hay que emigrar a las energías limpias, la eólica y la solar. Sin embargo, dadas las limitaciones de ambas, la primera dependiente de la velocidad del viento y la segunda de la luz solar, en ninguna parte del mundo han podido sustituir plenamente a los combustibles fósiles. Hasta hoy son recursos complementarios. No obstante los desarrollos tecnológicos, pasará algún tiempo antes de que la energía eléctrica producida pueda almacenarse en grandes cantidades y a precios razonables.

     No descarto posibles negligencias o errores en quienes administran y operan la red de energía eléctrica en el país, principalmente de la Comisión Federal, pero los apagones tienen sustancialmente su origen en causas de más fondo, como las expuestas.

     A mediano y largo plazo, México debe evitar la dependencia de la corriente de gas barato que proviene de Texas, a la que, como se ha visto, puede cerrársele la llave en cualquier momento. De allí la insistencia en la necesidad de alcanzar la soberanía energética.