Austin.- La elección de dirigentes en un partido político es un momento clave porque permite movilizar a los militantes y repolitizar a las bases, es una agitación sana porque facilita que salgan a la luz las posturas de las diferentes facciones en el partido promoviendo sus posturas políticas, evidenciando sus diferencias ideológicas que muestran las distintas visiones de mundo y de vida, y aunque es del interés de los militantes, eso fortalece la democracia.
El nivel de actividad política intra partidista es una de las bases del juego democrático y eso es justamente lo que se ha agredido en la actual renovación de liderazgos en MORENA.
Como todas las competencias políticas la interna de los partidos es un conflicto, porque consiste en que dos personas quieren un puesto y solamente uno lo puede tener. Pero como todos los conflictos, también para este hay reglas para resolverlo, solamente que en este caso, se dio una intervención foránea inadecuada, cuya intencionalidad parece ser afectar la posición y existencia del partido y su capacidad para competir con solidez en las próximas elecciones de 2021.
Aunque parezca extraño, este ataque a la democracia viene de las instituciones cuya misión es proteger a la frágil democracia mexicana. La mancuerna Instituto Nacional Electoral (INE) y Tribunal Federal Electoral (TRIFE) buscan minar el apoyo popular con el que cuenta el partido con una intencionalidad política e ideológica contraria a la filosofía que les dio la existencia.
El INE se creó para quitarle al gobierno el manejo de las elecciones, sin embargo, Lorenzo Córdoba, negoció con el presidente Peña su presidencia del consejo. El TRIFE se creó como mecanismo para equilibrar las decisiones del INE y lo contradice con frecuencia. Como parte de las paradojas mexicanas, estas instituciones que deberían ser la voz ciudadana, en realidad son la voz de los partidos que se reparten los puestos según su posición coyuntural. Debido a que los nombramientos suponen ser transexenales, no sorprende que se inclinen por beneficiar al PRIAN, ya que ellos y el PRD se repartieron el botín y ahora, comisionados y magistrados actúan de acuerdo a esos compromisos. La contradicción entre la mancuerna oculta la intención de golpear a MORENA.
La mancuerna TRIFE-INE parece haberse embarcado en la tarea de despartidizar al partido, creando un precedente de funestas circunstancias.
El proceso empezó obligando a que la dirección se “eligiera” por encuesta, lo que de entrada reducía a un ejercicio estadístico un proceso político fundamental, con todos los sesgos que tiene una encuesta. Resulta por ejemplo que entre los encuestados incluyen –no sabemos cuantos- gente que no milita en el partido y eventualmente son sus enemigos.
El ejercicio de las encuestas redujo un proceso político fundamental a un concurso de simpatías, con el componente ridículo que para que cumpliera con la ley y hubiera equidad, se manipuló la lista de candidatos para que incluyera un número igual de candidatas para la segunda encuesta.
Si el hecho de la encuesta en si no fuera lo suficientemente malo, lo siguió un manoseo de encuestas. Una encuesta para reducir el número de candidatos. ¿Por qué no hacer una encuesta única ante el numero que fuera de candidatos? Y los resultados de la segunda encuesta no le parecen conclusivos a la mancuerna porque hubo una diferencia muy escasa, y aquí hay que darle la razón al necio de Muñoz Ledo: una voz por arriba es suficiente. Pero una diferencia baja en los resultados le da a la mancuerna INE-TRIFE la oportunidad para aumentar la labor de zapa, exacerbar el conflicto entre los candidatos y los grupos que los apoyan y buscan una tercera encuesta.
No sorprende que varios perdedores hayan denunciado el ejercicio de las encuestas, primero fue el joven Gibran, y le siguió Yeidckol, que en gran medida es la responsable que al aferrarse al puesto, le dio la excusa a la mancuerna para intervenir en la vida interna del partido.
El proceso ha tenido éxito, propició a un partido indefenso, MORENA carece de dirigencias formales en la mayoría de los estados de la república, y se amplió el conflicto alrededor de los bloques que compiten por la presidencia nacional, y dado lo sucio y confuso del proceso, posiblemente se le cause un daño mayor.
La democracia mexicana es inmadura, los políticos acostumbrados al autoritarismo están aprendiendo a gobernar y actuar con reglas democráticas y para eso hacen trampas, manipulan y ensucian los procesos, y vemos con horror, que la burocracia de platino que debería proteger al sistema en contra de las fallas de los políticos, se dedica a exacerbar y ensuciar los procesos; pero no son inocentes, apoyan y sustentan la visión de la derecha y de los partidos de oposición que es debilitar a MORENA para el 2021 y entonces debilitar al gobierno.
Estamos ante un gran deservicio a la democracia, y sepa usted como se repondrá el sistema político del daño producido por INE-TRIFE.