Monterrey.- Ella era así, lúcida, amena, brillante, visionaria, amable, plena, con el amor al prójimo a flor de piel. Su trayectoria de vida la fue marcando como una mujer única, distinta, perseverante, audaz. Disfrutaba de la música, las letras y las demás artes, la sociología, la ética y la antropología auténticas. Siempre de altos vuelos, pero igual incomprendida por el misógino proceder social mexicano que constriñe a las mujeres valiosas e inteligentes y las condena a la cocina o al exilio.
Cuando trabajamos juntos en la UPVSE (Unidad de Promoción Voluntaria de la Secretaría de Educación), paría ideas de manera constante y me llamaba en la madrugada, a veces, para decirme, Tomás, que te parece si hacemos un poster sobre primeros auxilios, avalado por la Cruz Roja, para que se distribuya en todas las escuelas como parte de la colecta anual. ¡Excelente…! respondía yo emocionado, y al siguiente día nos avocábamos a la tarea de elaborarlo.
Por su exacerbada creatividad, siempre estaba a la vanguardia generando ideas innovadoras que, por la prostituida política educativa y de gobierno jamás llegaron a prosperar. EN la UPVSE se había iniciado un proyecto con Baúl Teatro para realizar cursos para los profesores y un taller itinerante de teatro infantil por todo el Estado de Nuevo León, allí se quedó.
Otro proyecto chingón que también se quedó en el papel era la creación de ludotecas en las escuelas, iniciar con una por zona y luego crearlas en cada uno de los planteles de educación básica. Se compraron los primeros materiales para hacer el prototipo, vaya usted a saber en manos de quien quedaron.
Un día cualquiera llegó la noticia de que la UPVSE desaparecía de la faz de la tierra y los colegas y yo que estábamos en calidad de “prestados” en ese lugar fuimos reubicado y sí, que yo sepa, no se volvió a crear otra UPVSE y es una lástima porque las esposas de los funcionarios de una institución como la Secretaría de Educación en Nuevo León, podrían constituirse en un poderoso equipo que lleve un poco de humanismo y apoyo a las escuelas más necesitadas, sobre todo a los profesores, que laboran sin recursos y agobiados por esta terrible pandemia.
Un día Doña Paty me dijo algo con lo cual aprendí más a valorarme como docente. ¿Por qué no te vas a Frankfurt…? ¡Tienes mucho potencial…!, allí están los mejores intelectuales, los más críticos, los auténticos creadores de paradigmas, las palancas que mueven al mundo intelectual. Yo te veo eso, tienes madera de crítico y otra gran ventaja, eres muy joven, deberías animarte y largarte de aquí con todo y chivas, México está jodido y aquí nunca te van a valorar por más bueno que seas, allá sí. Ni lo pienses y lánzate para allá, yo te ayudo, qué necesitas.
Así era Paty. Energía pura. Lloro un poquito al evocarla. Yo no me atreví a irme a ningún lado y sigo haciendo mi lucha cotidiana contra la ignorancia aquí, en mi bello, rico y jodido país. Querida y admirada Paty, gracias por tus enseñanzas, aprendimos mucho de ti. Estoy seguro que no descansas en paz y que estás ayudándole a Dios a innovar el desvencijado cielo con tus renovadoras ideas. Va un abrazo eterno hasta donde estés…