GOMEZ12102020

MUROS Y PUENTES
Kamala Harris (la decisión de esta vez)
Raúl Caballero García

Dallas.- (Diario regresivo, octubre 29, faltan 6 días para elecciones en USA el 3 de noviembre). La presencia de Kamala Harris, como compañera de fórmula de Joe Biden, reúne un conjunto de valores que los electores sin duda sopesan.

     Su designación como candidata a la vicepresidencia de este país no solo es una decisión histórica por las razones obvias ya muy comentadas (mujer negra), su presencia en la boleta presidencial subraya la importancia que las minorías raciales ya tienen en la conformación del sistema de poder estadunidense.

     Por supuesto, el hecho de ser la primera candidata negra a la vicepresidencia de Estados Unidos (su padre es jamaiquino y su madre hindú, lo que la hace ser también la primera de origen asiático) también se sopesa como cualidad significativa entre las minorías étnicas.

     Otro aspecto de peso que se señala en la presencia de Kamala Harris es su dinamismo, dinamiza –se dice– la campaña de un Biden septuagenario. Ella tiene 56 años, es una mujer culta y una abogada bien preparada, tiene una carrera política notable: es senadora por California, donde antes cumplió destacadamente sus cargos como fiscal (de distrito, de San Francisco y del estado).

     Ella -como decimos- personifica la diversidad y la juventud de cara al electorado. Y es aquí a donde quería llegar para hacer un paréntesis, pero sin la más mínima intención de hacer futurismo político. Lo que enseguida apunto se ha señalado tanto en la realidad del demócrata –con Harris a un lado– como del republicano con Mike Pence como vicepresidente.

     Como digo, son señalamientos que recorren los medios: Para Harris y para Pence –dependiendo quién gane estas elecciones– la Casa Blanca sería la meta una vez que haya terminado el cuatrienio en disputa. ¿Por qué?, porque Biden (78 años) ha insinuado que, si gana, al término de los cuatros años se retirará de la política; y, de ganar Trump, ya no podría reelegirse pasado el segundo término en la presidencia.

     Pues bien, cierro el paréntesis para apuntar que la senadora Harris, con sus credenciales está en la cresta de la nueva ola de inmigrantes (los de segunda generación) que crece como fuerza política.

     Hace unos días Kamala Harris estuvo en Georgia, la carrera por la Casa Blanca se viene dando en los estados clave. La historia de Georgia tiene las marcas de la esclavitud, de la segregación, y de la virulencia del racismo con todo lo que eso implica. En estos momentos las encuestas en Georgia flotan en el porcentaje del empate.

     Se ha visto –durante la votación anticipada– que la comunidad negra se ha levantado para intervenir en esta elección, ellos componen un tercio de la población en ese estado y tradicionalmente no salen a votar… Pues esta vez lo están haciendo.

     Voy a describir un poco los mensajes que Harris fue a dar a Georgia, y con ello quiero poner el acento en lo que esta vez se juega. “Donald Trump debe irse”, proclamó la senadora ante estudiantes universitarios afroamericanos. “Hay mucho en juego”, dijo y exhibió indignada cómo Trump buscó deslegitimar durante los dos términos la presencia de Barack Obama en la Casa Blanca.

     Es bien sabido que en los estados que tradicionalmente son republicanos, se ponen trabas “legales” para dificultar el voto minoritario, de ahí el abstencionismo. “Ellos saben que cuando nosotros votamos las cosas cambian. Ellos saben que cuando nosotros votamos, ganamos”, arengó Harris.

     He elegido enfocar Georgia porque ciertamente en sus calles, en distritos electorales y barrios afroamericanos se han dado largas colas e incluso muchos han permanecido en ellas hasta 11 horas para llegar a emitir su voto. Debo decir que también en Texas y Ohio se han visto largas esperas para votar, pese a la pandemia, pese al clima, pese a las trabas.

     Esta vez la voluntad de votar es tan notable como significativa, en ello se explica que Harris puntualizó: “Estamos experimentando un ajuste de cuentas moral con el racismo y la injusticia sistémica que ha llevado a una nueva coalición de conciencia a las calles de nuestro país exigiendo un cambio”. El país, recalcó, “pide a gritos liderazgo”.

     Sí, esta vez es distinto. No solo para los grupos minoritarios, hay una clara conciencia en todo el pueblo estadunidense de que estamos ante unas elecciones cruciales. No se trata nada más de quien vaya a ocupar la Casa Blanca, esta vez se está decidiendo lo que este país será en el futuro.

*Raúl Caballero García, escritor y periodista regiomontano. Para comentarios: caballeror52@gmail.com.