GOMEZ12102020

Sin la participación de las mujeres no habrá transformación
Lupita Rodríguez Martínez

Monterrey.- En un mundo altamente globalizado y caracterizado por extraordinarios avances científicos y tecnológicos, la pobreza y la desigualdad social siguen predominando entre las problemáticas más retadoras para la humanidad.

Si bien, desde 1990 se había avanzado en reducir la pobreza global con grandes esfuerzos colectivos, el Banco Mundial estima que el Covid-9 revirtió esta tendencia al empujar a 150 millones de personas a la pobreza extrema en el 2020, un 9.4% de la población mundial. En cuanto a la desigualdad social, la Pirámide de Riqueza hecha por Credit Suisse en 2021, ubica que en la base piramidal tan sólo un 1.3% de la población concentra el 55% de la riqueza.

Son estas gravedades del sistema capitalista y su política neoliberal las que ocasionan las demás problemáticas de conflictos armados, violencia generalizada, migración, desnutrición y falta de acceso a los derechos básicos de salud, educación, vivienda y empleo, cuyo impacto en la población vulnerable de niños, mujeres, grupos étnicos y adultos mayores, es mayor.

En este alarmante contexto, las mujeres han emprendido luchas en favor de la población por la igualdad, la equidad y la paridad de género.

En México, aunque el papel de la mujer ha sido destacado en el triunfo de las luchas transformadoras de la sociedad, como Independencia, Reforma y Revolución, no se le ha reconocido cabalmente como protagonista.

En el Siglo XX, cuando las mujeres empezaron a obtener espacios, de forma lenta pero creciente, la conquista del voto y el reconocimiento de la paridad es resultado de la constante participación femenil en los movimientos estudiantiles, populares, rurales e indígenas que marcaron un antes y un después de la democracia que hoy vivimos. En los ‘50, ‘60 y ‘70 la realidad se mexicana caracterizaba por un gobierno represivo, autoritario y violento que despojaba derechos y se imponía mediante la fuerza. La democracia que hoy vivimos, más participativa, plural e incluyente es uno de los grandes logros.

A pesar de estos logros alcanzados después de décadas de lucha, existen todavía importantes victorias por conquistar. Por un lado, la paridad hasta el momento no se refleja en una la representación igualitaria. Por otro lado, existen grandes asuntos que nos aquejan, como la brecha salarial, la violencia y la penosa tasa de impunidad en delitos contra la mujer, entre muchos otros.

En nuestra historia como mujeres militantes del Partido del Trabajo nos preceden más de 5 décadas de participación ininterrumpida en organizaciones autónomas de masas y lucha social. Muchas de nosotras hemos sido parte de movimientos estudiantiles, urbano-populares, indígenas y rurales. Es preciso reconocer el protagonismo de nosotras en la Sectorial de Mujeres del PT, en la consolidación de estos movimientos y visibilizar que sin nuestra entrega, trabajo, sensibilidad y compromiso el rumbo de estos movimientos sería diferente a lo que ahora tenemos. La Sectorial de Mujeres ha sido una piedra angular sobre la que se cimienta el nacimiento del PT, así como muchos de los logros y espacios políticos alcanzados desde su fundación en 1990.

Desde sus inicios profesó e hizo efectiva la igualdad y equidad de género, impulsando la participación de las mujeres en forma equitativa e inclusiva. Sin embargo, hoy en día vemos perdido, en gran medida, este valor de la paridad dentro de nuestro propio Partido y, por tal motivo, hago un llamado urgente para recuperar nuestros espacios y protagonismo dentro de esta organización que es nuestra y que nos ha costado décadas de esfuerzo y dedicación. En esta etapa se hace necesario retomar y redefinir nuestro papel en el PT, para reconstruir una verdadera paridad política y revindicar el valor, presencia y participación de nosotras. Nadie lo va a hacer por nosotras, pero no es necesario que lo hagan, pues nosotras las mujeres tenemos el valor, la inteligencia y la fuerza de sobra para retomar lo que nos pertenece.

La Sectorial de Mujeres del PT retoma la bandera de miles de hombres y mujeres que en México han ofrendado su vida por un mundo mejor; nuestro compromiso es ceñirnos a los principios y orientaciones político-ideológicas que rigen a nuestro instituto para consolidarnos como una fuerza que continúe el proceso revolucionario sin vacilaciones y con firmeza hasta alcanzar la igualdad, la equidad y las mejores condiciones de vida para todos y todas.

¡Hasta la victoria siempre!

(Mensaje de Bienvenida que ofrecí en la Asamblea Nacional de la Sectorial de Mujeres del Partido del Trabajo, el 22 de enero del 2022).