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- Un Encuentro Mundial de Familias, excluyente
- Una familia no sólo son papá, mamá e hijos
Dicen los grandes maestros cristianos que, en el principio no está la soledad del Uno, sino la comunión de Tres. No está Un Ser Eterno, infinito y solitario, sino la convivencia de Tres Únicos y llenos del mismo Amor, de la misma Bondad y de la misma Belleza. La comunión está, por tanto, en el comienzo y en el fundamento de todo. Por eso nadie esta sólo, como lo afirma Boff. Cada ser que existe coexiste, convive y comulga con todos los demás y con la Fuente de donde todo tiene y a donde todo vuelve.
La reflexión viene al pelo con la celebración, que culminó este sábado, del Encuentro Mundial de las Familias, creo que convocado por el Vaticano, con su óptica, con su concepción de "familia", un pequeño grupo humano conformado por el padre, la madre, el hijo o los hijos, una visión extremadamente estrecha de lo que es una familia. El Encuentro se celebró con bombo y platillo para exaltar los "valores" de la familia que concibe el judeo-catolicismo. La célula base para que la sociedad funcione bajo los cánones del Derecho Canónico y de la "moral" católica. Es loable, no obstante, que quienes manejan la estructura de la jerarquía católica se preocupen por lo menos por ese concepto de familia. Pero resulta que las familias compuestas por papá, mamá e hijos va en declive en este mundo secular, que se rebela, que se libera de las ataduras de cánones concebidos por legistas humanos, y no sólo humanos sino estrechos de visión, porque la familia no sólo es lo que el Vaticano concibe como familia.
Hay en el mundo millones de familias que están integradas por madres solteras, abandonadas, y sus hijos. Las hay también de padres solteros, abandonados por su consorte. Las hay en las que el abuelo asume la función de padre, o la abuela la función de madre. Las hay sólo de hijos huérfanos en las que el hijo o la hija mayores asumen el papel de padre o de madre. No hay ni padre ni madre, pero la familia puede persistir, si no es que los hijos se desbalagan por las mismas razones que pueden romper los padres su falsa unidad. De estas familias, el Encuentro Mundial de Familias no puso énfasis alguno. Para los canonistas y moralistas de la Santa Roma, la familia es la compuesta por padre, madre e hijos y no es así la cosa en esta realidad absurda del mundo. La mayoría de este tipo de familias, las que quedan, son disfuncionales; en ellas reina la discordia, los resentimientos, las confrontaciones, las desavenencias, la imposición de lo que los padres, o el padre o la madre, creen que es lo bueno para los hijos, y estos se rebelan, porque no se sientan en la misma mesa a convivir, a comunicarse, a comulgar, a examinar qué es lo mejor de acuerdo con los criterios de todos los miembros de la tal familia. Muchas familias se mantienen uncidas al yugo familiar por miedo, por el qué dirán, por conveniencia, pero en el fondo, en la esencia no existe esa comunión divina de la que hablan los místicos, sino un odio permanente, una desconfianza cotidiana y por tanto una tremenda hipocresía.
Las otras, las que le llaman pan al pan y vino al vino llegan a la ruptura, porque es imposible la comunión, la unidad, por la ausencia de un estado consciente de los padres que es trasmitido a los hijos. Ahí no puede haber comunión y el mejor camino, por sanidad mental, es la separación, asunto que rechaza sin argumentos válidos cualquier moralista vaticano, formado a la luz de las teologías del pasado, de la edad media, que ad ovum quieren que el mundo funcione de acuerdo a los principios canónicos que ellos han elaborado a la luz, dicen, de la Revelación divina, y no reparan que el fundador de la Iglesia cristiana, Jesucristo, desbarató su familia para irse por aquel pequeño mundo de Palestina para hacerse cargo de los asuntos de su Padre, el Padre, el Abba, que lo abandonó en el huerto de Los Olivos y cuando lo habían colgado del madero de la Cruz. Pero formó otra familia con sus seguidores, con los Doce y con sus otros discípulos. Cuando alguna vez le dijeron: Te buscan tu madre y tus hermanos, Jesús preguntó: ¿Quiénes son mi madre y mis hermanos? Y se respondió: Mi madre y mis hermanos son los que hacen la voluntad de mi padre.
Hasta aquí vamos en la ortodoxia. Pero, oh escándalo. El Encuentro Mundial de Familias no reparó que también una pequeña comunidad de cristianos pobres, sin familia, que se reúnen a estudiar la Biblia, a celebrar la palabra y a hacerse Eucaristía son también familia. Se olvidó, y esto es una barbaridad para los teólogos, expertos en la tradicional Teología moral venida de los maestros de la Edad Media, de las familias, verdaderas familias que forman los hombres y mujeres con preferencias sexuales diferentes. Las hay y muchos Estados y gobiernos han legalizado ese tipo de uniones. También son familia y más si entre ellas hay unidad, comunión, solidaridad, Amor, y más si adoptan niños de la calle y los educan en la libertad. De estas "desviaciones morales" no se ocupan los teólogos amaestrados por la Rota Romana. Es más. Son condenadas porque, de acuerdo con ellos, van versus natura.
Los organizadores del Encuentro Mundial de las Familias pretendieron y la Jerarquía Católica sigue insistiendo, porque la Iglesia católica se presenta como la dueña de la verdad y de la Revelación divina, como todas las llamadas religiones estructuradas (la estructura corrompe, echa a perder cualquier proyecto liberador, y en este caso intenta destruir el proyecto liberador de Jesucristo, quien no vino a fundar una institución todo poderosa, que se presenta al mundo con el más lujurioso boato y poder de emperatriz prostituida, dejando a un lado las simples, pero abrumadoras enseñanzas del Maestro, resumidas en su único mandamiento de "amaos los unos a los otros como yo os he amado", imponer su concepto de familia, y argumentan con "La Familia de Nazareth". Además, los magnates del Vaticano, los príncipes de la Iglesia, insisten en incluir en un Estado laico la educación formal pública en valores cristianos, inspirados incluso en los 10 Mandamientos, cuando la sociedad es plural, pluricultural, pluriétnica, plurireligiosa y cada quien obedece a un Poder Superior tan como él lo concibe, principio que es el motor del éxito de comunidades como Alcohólicos Anónimos.
Celebremos, no obstante, que la Iglesia jerárquica católico romana se preocupe por la familia, pero, cuidado, el mundo no sólo es católico. Los musulmanes, los budistas, los hinduistas, las religiones africanas superan en número a la catolicidad e incluso al cristianismo protestante y a los grupos llamados sectarios.
Otro atentado contra la prensa
- El caso Badillo, otro asunto de la intolerancia
- La verdad no peca, pero incomoda
Es muy lamentable que cuando el granadazo a Televisa Monterrey, todo e mundo en las páginas de los medios impresos y en los espacios de la televisión y de la radio gastaron ríos de tinta y tiempo y luz y ondas hertzianas para denunciar, para protestar, para condenar el hecho, y ahora que el colega y amigo, Miguel Badillo, director de la revista Contralínea, fue detenido por policías y retenido todo un día obviamente porque no gusta su independencia, su profesionalismo, su vocación de destapar las cloacas que le hacen mucho daño al país y a los mexicanos, muy pocos medios informativos hicieron lo mismo que con el atentado a la televisora regiomontana. Si acaso divulgaron la noticia. Esto es grave, muy grave, porque revela la ausencia de conciencia gregaria en el medio periodístico y una prudencia que ralla en el miedo, en el pánico frente a poderes institucionales y fácticos.
El periodista Badillo fue detenido el pasado día 16 por elementos de la policía bancaria, bajo la acusación de desacato a una orden de presentación emitida por el titular del Juzgado 3 en Materia Civil con sede en Guadalajara, Jalisco, pues no se presentó a declarar en el proceso del expediente 749, radicado en el juzgado 38 de lo civil, promovido por la empresa Multitas, propiedad del Grupo Zeta, por presunto daño moral.
En las páginas de Fortuna y Contralínea se han documentado temas como la investigación del departamento antidrogas de Estados Unidos (Drug Enforcement Administration), por el supuesto delito de lavado de dinero, en contra del empresario Jesús Zaragoza López; la red de más de 85 empresas que Zeta Gas posee en los paraísos fiscales de Luxemburgo e Irlanda; las supuestas complicidades entre el monopolio gasero y altos directivos de Petróleos Mexicanos, para hacerse de negocios en el almacenamiento y la distribución del energético, entre otros reportajes.
Badillo fue liberado a las 20:00 horas del mismo 16 de enero, tras obtener un amparo, pero eso no quita que el hecho haya sido un impune y vil atentado contra la libertad de prensa, pues la detenciones, las denuncias y las amenazas de muerte a periodistas que hacen su trabajo en base a investigaciones minuciosas y con fundamentos eso son: agresiones a la libertad de expresión y al derecho a la información, garantizados en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y en la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Las autoridades por supuesto que se justifican y justifican la detención de Badillo. También justificaron la detención de Lydia Cacho, como lo hizo el titular de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal, Manuel Mondragón y Kalb, quien adujo que la detención del periodista se realizó a petición de autoridades de Jalisco. El titular del Juzgado 3 en Materia Civil con sede en Guadalajara, Jalisco, solicitó apoyo del juez 49 del ámbito referido en el Distrito Federal, quien expidió una orden de detención por 36 horas contra el periodista. ¿Y no saben las autoridades que el periodista tiene todo el derecho, protegido por la Constitución y las leyes secundarias de investigar los hechos a conciencia, y con pruebas, incluso documentales, confirmadas por varias fuentes de información –me decía René Arteaga que hasta una mentada de madre hay que confirmarla antes de publicarla– y difundirlos porque ése es su trabajo. Pero hay autoridades que se prestan a la connivencia con los "afectados" por la publicación de una verdad y es el caso de los empresarios del Grupo Zeta o del gobernador Mario Marín Torres. Al fin de cuentas, Cacho fue liberada y absuelta porque sus denuncias contra la pederastia eran verdaderas, como en el caso de Miguel.
El funcionario capitalino se curó en salud diciendo desconocer con precisión las causas que motivaron la aprehensión de Badillo y señaló que los elementos de la Policía Bancaria e Industrial (PBI) están facultados para ejecutar arrestos de esa índole, por lo que es completamente legal. Y el juez –y hay muchos jueces- que se prestó a esta maniobra a todas luces truculenta, porque los afectados por los reportajes de Contralínea sólo actuaron judicialmente para ver si su denuncia pegaba. Pero a quienes las autoridades deben investigar, en base a los reportajes de la revista de Badillo, es a Jesús Zaragoza López, investigado por la DEA por presunto lavado de dinero y la investigación no la está haciendo ni presentando ningún hijo de vecino.
Pero no sólo es Badillo el demandado, y el que pasó 36 horas en la cárcel de El Torito, en ciudad de México. El Grupo Z también ha presentado una serie de demandas en contra de la reportera Ana Lilia Pérez, para quien un juez ya ha librado orden de aprehensión y lo mismo en contra de la revista Contralínea, un medio que se ha convertido en un oasis de verdadero periodismo, en medio de la mediocridad generalizada en que se desenvuelven los medios informativos en México y, por lo que leo, también en la prensa mundial.
Desde este espacio me solidarizo plenamente con el amigo, con el compañero de trabajo, con el periodista y con la periodista, y me congratulo con ellos porque ser perseguido en estos tiempos de ligereza, de miedo, de autocensura es recibir un premio más lucidor que el Premio Nacional de Periodismo, o cualquier otra presea al mérito. Lo sé de cierto, porque he vivido situaciones muy parecidas en mi larga carrera periodística e inclusive he estado a punto de ser asesinado tan sólo por ejercer mi profesión, mi oficio, de investigar, de redactar la nota y de publicarla en el periódico. Y doy gracias a la revista Proceso y al diario El Financiero porque jamás de los jamases censuraron una nota mía por muy fuerte que fuera el contenido.
Adelante, mi queridísimo Miguel. Estos son los verdaderos gajes del oficio periodístico cuando se ejerce con profesionalismo.
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