DESASTRE EN HAITÍ
Ricardo A. Martínez Espinosa
¿Qué pudo hacer mal un país para recibir tantas desgracias en tan poco tiempo? ¿Cómo se puede concebir algo de justicia divina cuando al país más devastado del continente le sucede un desastre de este tamaño?
Hace unos días una amiga me comentaba en relación con la próxima muerte de una muy querida señora, que las pérdidas de este tipo funcionan para unir familias, olvidar peleas, en fin, hacer que las personas recuerden qué es lo que los hace estar cerca unos de los otros.
¿Qué cosas buenas podemos rescatar de una crisis como la que seguramente veremos crudamente en los próximos días, cuando escasee el agua y el instinto de sobrevivencia reclame en cada individuo olvidar el contrato social? Sin duda la hermandad mundial que nuevamente se ha visto pronta e incondicional.
Que la necesidad de los haitianos sirva para unirnos en torno a una desgracia, pero que no quede sólo ahí, sino también nos haga reflexionar sobre las diferencias que como pueblos latinoamericanos hemos tenido históricamente. ¿Vale la pena seguirlas venerando?
http://lasillaquevuela.blogspot.com
Para compartir, enviar o imprimir este texto,pulse alguno de los siguientes iconos:
¿Desea dar su opinión?
|