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LA REGIA CARTONERA
Andrés Vela

En mayo del 2009 nació la Regia Cartonera como un esfuerzo editorial, y de la imaginación, por generar en Monterrey un espacio que propicie reflexión en torno a la literatura latinoamericana. 
Pero para que esta reflexión tenga lugar en el pensamiento del lector necesita contar con esos autores y sus obras; tener a la mano el amplio margen de escritores que está proponiendo algo, y quizá, arriesgándose con el hecho. Difícil privilegio si se depende de la industria mercantil-editorial de transnacionales cuyos productos sí llegan, y sin grandes esfuerzos, a oídos u ojos de un lector. Pero si el “consumidor” es un lector de cierta avidez o curiosidad, una alternativa a la frustración se encuentra definitivamente en las editoriales independientes, como la Regia Cartonera.
Dirigida por Nérvinson Machado y Laura Fernández, la Regia Cartonera prolonga un movimiento editorial latinoamericano que se origina en Argentina, en el 2003. La fuerte crisis económica que azotó a ese país, produjo la primera cartonera: “Eloísa Cartonera”, creada por Washington  Cucurto y Javier Barilaro. Desde su origen, el movimiento cartonero está destinado a renovar, en algún sentido, su contexto cultural, por tanto, estás mismas se renuevan en recursos. No obstante, el movimiento cartonero se finca sobre dos aspectos: fomentar la cultura del reciclaje y fomento a la lectura: consiste en la producción de libros cuyas pastas están fabricadas con cajas de cartón que han sido desechadas.
En la Galería Regia están expuestas fotografías que dan testimonio de ese movimiento cartonero: La Propia Cartonera de Uruguay; La Cabuda Cartonera, en El Salvador; Yerba Mala Cartonera, Bolivia; Yiyi Yambo y Felicita Cartonera, de Paraguay; Dulcineia Catadora en Sao Paulo, Brasil, y Santa Muerte en el D.F. Todas son un precedente de la Regia en Monterrey. En la mencionada exposición, se puede ver a Nérvinson Machado recogiendo cajas por la Avenida Juárez, en un expendio de jugos a unas cuantas cuadras del Teatro Calderón.
En su “Historia personal del Boom”, José Donoso recuerda a Carlos Fuentes como un difusor que, en sus viajes por América Latina, traía y llevaba libros de escritores que de otro modo no hubieran conocido a otros escritores u editores. A la crítica chilena, por señalar un caso, sólo le interesaban los escritores chilenos, como si no estuviera ocurriendo nada fuera de ese país. El ejemplo se puede extender a todo el continente: basta señalar a Borges, quien por mucho tiempo sólo fue leído por sus amigos de Sur.
Si analizamos la realidad actual a la luz de las anécdotas citadas, el contexto no ha cambiado significativamente. Lamentable, los lectores no se enteran, no sólo de lo que ocurre en otros países, sino de lo que se está gestando en su ciudad, si no es por el azar del internet: la suerte de dar con un Blog o Facebook interesante. Aquí la gran diferencia de la Regia Cartonera, incluso de todo el movimiento cartonero: importa difundir, proyectar y distinguir la buena literatura, que está sucediendo, franqueando las distancias y fronteras geográficas.
Nérvinson, nacido en Venezuela, se lanzó en un periplo por el continente y se detuvo algunos años en Chile, para llegar luego México, pasar por el D.F. y terminar en Monterrey, dedicándose, entre otras cosas, a la docencia. Lector serio y dedicado, se ha valido del viaje para construirse una perspectiva amplia de las letras latinoamericanas. En gran medida se debe a él que autores como Raúl Zurita y Galo Ghigliotto –ambos chilenos- estén en las manos de alguien, en Monterrey. También ha publicado al ecuatoriano Augusto Rodríguez, a los mexicanos Carlos Velázquez, de Coahuila, y Antonio Ramos y Guillermo Meléndez de Nuevo León.
En la inauguración de la exposición fotográfica, y que ha dio inicio a una serie de actividades en torno a este movimiento cartonero, Nérvinson hace una distinción a la labor de su compañera Laura, creadora plástica a quien se le debe la mayor parte de los diseños de los libros.
Sobre si hay un estilo preciso en el trabajo sobre estos diseños, Laura expresa que: “este proyecto nos permite experimentar en distintas ramas del arte: tenemos la literatura y ésta se complementa con las artes plásticas. Lo llamamos un proyecto multidisciplinario, pues cada portada del libro es una pieza única y de valor artístico, fabricado y pintado a mano. Los diseños plasmados en las carátulas son una interpretación por parte del artista plástico después de haber realizado una lectura de la obra editada. Buscamos que los diseños interior y exterior se mantengan novedosos y atractivos para la gente; brindar un contenido de calidad, pero que también quede reflejado estéticamente”.
Entre los artistas plásticos que han colaborado con la Regia Cartonera, se encuentran Jaime Flores, Ricardo Rulopzy, Abraham Sánchez y Camboly de la Paz. Algunos cuadros de estos autores acompañan la exposición de fotografías que dio inicio a “Voces de Cartón”, importante encuentro de escritores, editores y lectores que cierra este viernes 26 de febrero, a las 20:00 horas, con el lanzamiento de dos poemarios: “Mirando al Sur” y “Ronda de Estaciones”, de Guillermo Meléndez, editados como todos los libros de la Regia: en cartón.

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