506 29 de marzo de 2010 |
Tres personajes renunciables Praxedis Sánchez Los tres están trabajando en contra de los intereses de México; o sea, están traicionando al país. Los personajes nefastos son los siguientes: Felipe Calderón, presidente usurpador; Guillermo Galván, jefe del ejército mexicano, que está violando la razón de su existir y que es la de defender la soberanía nacional; y por último, Norberto Rivera, cardenal de la iglesia católica. Los tres son los más importantes enemigos de México. Los tres han estado violando la constitución mexicana, y el cardenal además ha estado violando el derecho canónico, que es la constitución del estado vaticano y la iglesia, que prohíbe participar en política partidista. El jefe del ejército sabía perfectamente que Felipe Calderón se estaba robando la presidencia de la república por lo que no debía haberlo reconocido, pues para eso está el ejército, para defender la soberanía nacional y por consiguiente se convirtieron ambos en delincuentes políticos de la mayor importancia. Ambos, Felipe Calderón y Guillermo Galván violaron la constitución mexicana al violar la soberanía interna de la nación, cuyo único dueño es el pueblo. Todos sabemos que el pueblo votó por otro candidato: Andrés Manuel López Obrador. El tercer personaje siniestro es el cardenal que también avaló y estimuló el fraude electoral y se ha convertido, junto con los otros dos, en cómplices de la desgracia de este país; de los miles de asesinatos, del desempleo y de todos los demás males incluyendo el saqueo de México por propios y extraños. Al cardenal se le ha olvidado que el fin no justifica los medios, y eso suponiendo que estaría buscando un fin bueno para el país, que no lo creo, más bien buscaba el poder político y económico, asunto que es totalmente antievangélico. Los mexicanos debemos exigir al Papa que renuncie a su cardenal para evitar que siga destruyendo al país y también a la iglesia católica. Debemos de exigir también al congreso mexicano que obligue al presidente Felipe Calderón a renunciar a través de un juicio político por violador sistemático de la constitución mexicana y nombrar a un presidente interino, que a su vez remueva al jefe del ejército. Lo justo, lo legal y lo moral debería ser el de entregar la presidencia a la persona que el pueblo eligió y que todos sabemos quién fue; no por él, sino por respeto al pueblo de México. Recuerden señores diputados que todavía estamos esperando que se haga efectivo el lema de la revolución mexicana y que es: Sufragio Efectivo. Un millón de mexicanos murieron por esa causa y todavía no les cumplimos después de 100 años. El congreso mexicano debe evitar seguir siendo cómplice de la barbarie política en que han sumido al país esta mafia tripartita de Felipe, Guillermo y Norberto. Los católicos debemos recordar que a Jesús no le simpatizan los católicos borregos que se dejan embaucar por líderes religiosos corruptos. Hay que recordar lo que él nos recomendó; ¡Hagan lo que sus líderes religiosos dicen, pero no hagan lo que ellos hacen! No busquen fines buenos por medios malos, no avalen los fraudes electorales; no los toleren.
psanchez1998@yahoo.com
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