517 15 de abril de 2010 |
LA VENTANA DE CAÍN El sexenio de la nota roja Roberto Guillén
En el sexenio de la nota roja los policías se antojan de plastilina… y sólo parecen de a de veras cuando los arman con el espanto de una AK 47.
*** ¿Que le han dado un levantón al “orden”? Nadie lo duda. La pregunta es, ¿quién le dio un levantón a la canasta de la raza de bronce? Por eso decimos que la desigualdad social se convirtió en la sopa Maruchan del crimen organizado.
*** ¿Dónde está Sérpico? Porque parece que todo se tuerce. ¿Dónde está Serpico?
*** La nota roja se ha convertido en el termómetro de la frustración nacional. Si no que se lo pregunten a los señores del dinero. Ellos, que se deben a los fríos números, recienten los achaques de la plusvalía. Ya los oigo decir, no señor Presidente, con la nota roja no se puede; se baja el cero y no contiene. O como bien dice Gilberto Marcos, no sale el numerito.
*** Si mañana le dan un levantón a la indiferencia, seguramente su epitafio será : cool, el mundo se volvió narco.
*** No cabe duda que vivimos tiempos violentos. No solamente ya se perdió la numeralia del carnaval siniestro. Tampoco sabremos la bitácora de los inocentes que se han visto en el remolino del fuego cruzado. Nunca conoceremos la estadística de los mentados daños colaterales. Se trata de rentar guaruras y vender ataúdes, diría un bribón judío.
*** Está de moda la violencia intrafamiliar, y es verdaderamente una lástima. Quiero decir con esto, que abriendo el periódico se da uno cuenta: las noticias, la hambruna, la miseria, la falta de empleos, todo eso evidentemente incide en la violencia del hogar. No hay un señor que pueda mantener a su familia con 57 pesos, quien lo crea está absolutamente loco o es un pendejo. Damián Alcazar, actor. (Proceso, Núm. 1742, 21 de marzo)
*** El torneo de machismo seguirá hasta que los gringos cocodrilos quieran. Como nos llevan 100 años en cuestión de business, no se andan por las ramonas: la juguetería del narco dispone de 11 mil puntos de venta por todo el kilometraje fronterizo. Al cliente lo que pida. Claro, luego vendrán las imágenes de terror; el rostro falsamente compungido de Calderón; el performance macabro del Jefe de Jefes; el Mayo Zambada tomándose la picture con el pope del periodismo mexicano, y claro, las concomitantes velitas del ¿por qué tuvo que ser así?
*** Hipótesis de una hipótesis. ¿Es la nota roja la Lady Macbeth del “estado de derecho”?
*** 50 años después, los “ninis” de hoy recordarán el gobierno de Calderón con la imagen de una Hummer patas arriba y hecha una coladera con el sello de una AK 47. Claro, si faltar la bloody mancha del the crime dosent pay.
*** Entre el mal agüero y el estallido de una granada, surgen los efluvios de una palpitante amargura constitucional: estamos-jodidos, estamos-jodidos, estamos-jodidos, estamos-jodidos, estamos-jodidos, estamos-jodidos, estamos-jodidos, estamos jodd… como apostrofando las dos profecías que leí en La región más transparente, del dandy londinense, Carlos fuentes: México es algo fijado para siempre, incapaz de evolución. Una roca madre inconmovible que todo lo tolera. Todos los limos pueden crecer sobre esa roca. Pero la roca en sí no cambia, es la misma para siempre. Mexiquito siempre será mexiquito.
*** El top de la patología social es un abismo que sólo encuentra su boca-a-boca en las galerías de la nota roja. Una palpitante de la que nadie está exento. Me gusta cómo lo dice el gran Dostoievski, la vida del hombre, en general, está bajo un anatema.
*** Para los estudiosos e interesados en abundar más en eso que Antonio Navalón denomina “la lumpenización de la violencia”, pueden consultar El hombre sin cabeza, de Sergio González Rodríguez; Sicario, de Víctor Ronquillo; Oziel, de Ricardo Ravelo, y El Cártel de Sinaloa, de Diego Enrique Osorno.
*** Y como dijo Raúl Velasco -ante una desdibujada nano-presidencia- parece que … aún hay más.
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