LA VENTANA DE CAÍN

(Entrevista con el abogado Mariano Núñez)

El espíritu del derecho

Roberto Guillén

Para el abogado Mariano Núñez, la Universidad Autónoma de Nuevo León tiene cuentas pendientes con el espíritu del derecho. Es decir, si realmente aspira a ser la tan pretendida universidad de “clase mundial”, necesita sacudirse la polilla del olvido en que tiene a la vieja casona de leyes, ocupada actualmente por la facultad de Arquitectura. Y para fundamentar su denuncia, el abogado Núñez se basa en el libro de Samuel Flores Longoria, El Espíritu del Derecho en Nuevo León, La vieja casona de leyes. Por cierto, un libro que equipara con el Nuestro Grupo de Irma Salinas Rocha, dado que también padeció las cortapisas de los grupos de poder. Aquí la entrevista con un hombre de leyes que reclama la herencia histórica de su profesión. 

Platícame de cuándo data este inmueble ¿Quién lo construye? Y posteriormente el conflicto que se da, y que hoy nos mantiene ocupados.

Estamos hablando de la vieja casona, ubicada en Abasolo y Diego de Montemayor. Se convirtió en un símbolo y…los esfuerzos, precisamente, de un gremio que de alguna forma, es uno de los principales establecimientos jurídicos en la república. Porque estamos hablando de 1824. Estamos hablando de la llegada directa de la independencia que se consuma en 1821, y que se conmemora en 1810, pero que básicamente es hasta el 21 cuando se consolida, y existimos como estado, estado de Nuevo León después de abandonar lo virreinal, y desde luego, Nuevo León abarcaba Coahuila, Tamaulipas y Texas. Consecuentemente, la situación se manejaba clericalmente .El seminario conciliar de Monterrey es uno de los principales formadores de próceres y de hombres letrados.

Consecuentemente la vieja casona estaba muy ligada al desarrollo del seminario para conciliar, junto con el Colegio Civil, y junto con algunos otros edificios de la época de la consumación de la independencia. Estamos celebrando el bicentenario de las casas que tienen que ver con la independencia y precisamente con la revolución para poder juntar los dos elementos y fenómenos históricos que nos dan la mexicanidad y desde luego regionalismo neolonés. El Colegio Civil es venerado por la propia universidad  y lo representa como un ícono de lo que significó el concepto universitario. Aquí, la vieja casona de leyes, es una edificación construida por el colegio de abogados de Nuevo León, que también nace en 1824. Es el colegio más antiguo de toda esta región norestense. Los abogados se juntaban, se reunían, y desde luego, son los primeros en propiciar, junto con el seminario conciliar, los estudios para que se formase los bachilleres  en letrados y desde luego, los abogados. No había universidad, no existía universidad. Consecuentemente lo que existía eran estudios relacionados con la abogacía, en algunos casos, con la ingeniería y la medicina. Son los tres elementos fundamentales que encontramos ligados aquí. Si tú te querías titular, tendrías que recurrir a Guadalajara o tendrías que recurrir al Distrito Federal. Por eso nosotros, en este colegio de abogados de Nuevo León, en 1824, tenía mucha relación, con el ilustre real colegio de abogados de la Ciudad de México, que básicamente, es el que viene a darle cimientos a la abogacía, a nivel república; y en el caso norestense, el colegio de abogados de Nuevo León.

Me comentabas que Bernardo Reyes los auxilió para que hicieran posible la construcción…

En el proceso histórico, estamos hablando de que este colegio lleva a cabo, precisamente, como se maneja en un texto, que fue entregado el día de hoy. Un texto que de alguna forma se considera hasta prohibido para su lectura en estas áreas, por la controversia que se maneja  en ello: El Espíritu del Derecho, la vieja casona de leyes, de Samuel Flores Longoria, representa una denuncia, básicamente en defensa de ese edificio que está siendo  olvidado.

El Colegio Civil  se preocupó por el hospital edificado y construido en esos momentos; o había hospitales o había tribunales o consecuentemente, había ingeniería; esas son las grandes carreras del momento. Sin embargo, el punto que tú me señalas, ¿cuál es la intervención que tiene el General Bernardo Reyes? Básicamente, en este texto, que fue entregado el día de hoy a los que participamos en el recorrido de la vieja casona, nos damos cuenta que Samuel Flores Longoria hace una investigación exhaustiva; va a los archivos generales y provee de documentos, en donde,  precisamente, en el inicio de sus capítulos la vieja casona la relaciona con el seminario conciliar y con el colegio de abogados de Nuevo León. No con la Universidad de Nuevo León; todavía no había universidad. La escuela de jurisprudencia, básicamente asentada en el Palacio Municipal de Monterrey. ¿Por qué?  Porque no estaba todavía terminada la vieja casona. Los abogados eran preparados en casa de abogados o en el seminario o eran preparados  en el palacio municipal, que tuvo a bien, cedérsele a este colegio   para que ahí se eseñase. Es decir, no estamos hablando de una verdadera facultad de leyes como la conocemos ahora, sino,  de un colegio, de un gremio, como carpinteros, como ingenieros, como barrenderos, o sea, un gremio que se preocupó mucho y que, consecuentemente, quien detenta ahorita la casa, la vieja casona, desconoce. Este libro no está en la vieja casona. Hasta en la propia universidad se batalla para conseguirlo, cuando debería ser una cultura  sabida por todo mundo.  ¿Por qué? La vieja casona tiene presencia gracias a este colegio, primeramente, y consecuentemente, al general Bernardo Reyes, quien tiene que llevar a cabo una correlación muy estrecha…el  texto en sí es valiosísimo, único. A tu pregunta, de  por qué la presencia del General Bernardo Reyes. Es que aquí se da precisamente una unión entre gente que no es del estado, él es jalisciense, pero con unas ideas sobre la cultura mucho más elevadas en cuanto a la preparación y capacitación que debería de tener toda aquella persona que tuviese qué resolver un problema social, como es precisamente, la defensa de los habitantes.

Entonces decimos que la vieja casona se construye, se edifica gracias al colegio de abogados y al general  Bernardo Reyes porque la facultad todavía no nacía como centro universitario. Y que muchas veces se le relaciona por dónde anduvo. Los estudios de leyes recorren ese principio, primero un seminario conciliar, segundo el colegio de abogados, tercero, la escuela de jurisprudencia en la vieja casona y cuarto, en ese intervalo, el palacio municipal. Mientras se construía la vieja casona, los estudios se fueron hasta lo que ahora conocemos como el viejo Palacio Municipal de Monterrey. De ahi a Colegio Civil y posteriormente regresan a la vieja casona . La ciudad universitaria se construye, pero la vieja casona sigue siendo la residente de los estudios de leyes, de ahí, la vieja casona, después de que se lleva a cabo la construcción de la ciudad universitaria, el colegio es usurpado, el colegio le es  quitado por la universidad. Este edificio, que le pertenece de acuerdo con la escritura que se señala directamente en el texto, donde el General Bernardo Reyes aporta, el colegio de abogados aporta, en un ánimo de preservar los estudios, se permite que sea la residencia. El uso de suelo se da aquí, precisamente, condicionado. Y esa condición es que, lo que se aporta por el colegio de abogados y que se aporta por el General Bernardo Reyes, es que se dedique el edificio a estudios de leyes, única y exclusivamente, tal y como aparece en la página correspondiente , 67, en donde se hace el contrato de construcción, entre la persona que es el gobierno del estado y Mariano Peña, un tocayo mío; en donde en esa escritura  que está en el archivo general y que parece en el texto claramente se dice y se establece ese condicionante; dice: la vieja casona de leyes, un apropiado edificio destinado a las mismas, para que fuera ocupado siempre, única y exclusivamente en su objeto.

¿Esta desatención, Mariano, a un símbolo del espíritu de las leyes, hasta dónde pasa por esa intención del no respetar la ley, de mantenerla bajo el manto del olvido? 

Yo considero que en gran parte se debe a que nos olvidamos de lo histórico, nos olvidamos de las raíces, nos olvidamos de dónde prevenimos y al  olvidarnos de eso, también empezamos a ser como los padres o los abuelos o los parientes a desconocer quiénes son sus hijos y esos hijos después desconocen quiénes son sus padres. En esencia, ahora que se está manejando el bicentenario y estamos reconsiderando la originalidad, la antropología y la historia, que son los antecedentes, es muy triste que aquí no tengamos esa esencia para poder decir, dime tú, como colegio de abogados, ¿Cuándo naciste?, ¿Cómo te desenvolviste?, ¿Dónde estás? ¿Y por qué te encuentras fuera de tu casa? Cuando tienes una casa que te la construyeron tus bisabuelos, tus grandes defensores del estudio jurídico.

Como que se corta una línea histórica…hay una tradición de nuestros abogados, pasando por el mismo Benito Juárez. Gabriel Zaid habla de que  nos iba mejor económicamente cuando los abogados dirigían el país y que se empezó  a hundir cuando llegaron los tecnócratas, ¿Cómo observas esta visión crítica, en la que el abogado es desplazado de la función pública?

En esencia, una de las características importantes es que la situación del gremio, es una situación tan bien cuidada, en algunos casos, como es el ilustre real colegio de abogados de la Ciudad de México, que origina la formación de una escuela, como es la Escuela Libre de Derecho y en donde esa Escuela Libre de Derecho, en lugar de divorciarse o de separarse, como sucedió aquí, el divorcio entre el colegio de abogados y la escuela de jurisprudencia; os ea, soy tu hijo y después ya no me reconoces o soy tu padre y ya no me reconoces, que es el caso actual. El hijo del colegio de abogados, es la escuela de jurisprudencia, es la escuela de leyes, es lo que ahora está adentro de la universidad; pues se divorcia totalmente del colegio y no le interesa su antigua casa, en la que estuvo ahí, precisamente, como sucede con las casas paternas. Esa casa donde tú naciste, esa casa donde tú viviste, una casa donde yo te mantuve, y mientras  no tuviste la que tienes actualmente, ahora dices, ¡guacala! Yo no me regreso ni te conozco. Es el padre que se empobrece y el hijo que se enriquece y que cuando al hijo le toca devolver algo al padre se olvida de él; simple y sencillamente lo manda a un dispensario; lo manda a una casa de cuidados, pero no le pelea que le devuelvan la casa a su papá.

¿Quién debería, Mariano, estar encabezando esta lucha?

El director de la Facultad de Derecho de la Universidad, que por cierto, debería no solamente por la situación del espíritu del derecho, de la vieja casona, sino hasta del nombre que tiene, porque la Escuela de Jurisprudencia es un grandioso nombre, que debió haberse conservado. Hasta en eso estamos mal. El director de la facultad no conserva un nombre apropiado para la escuela, porque ahorita  se llama Escuela de Derecho y Criminología, lo cual es una aberración enorme, que una técnica, que se utiliza en el derecho, venga ahí, incluido; cuando el grandioso nombre es la Escuela de Jurisprudencia y la Escuela de Derecho y Ciencias Sociales. Hubo un divorcio con las ciencias sociales; y por eso te digo que… está bien que en México lleguen o opten al poder, pero si tú te das cuenta, la gran mayoría de los presidentes norteamericanos, los más valiosos han sido abogados y estos abogados han tenido una preparación en Derechos y Ciencias Sociales; o sea, tu para recibirte de abogado en Estados Unidos, requieres de dos carreras, siempre; entonces, o eres ingeniero-abogado, o eres biólogo-abogado, o eres economista- abogado. La abogacía se nutre mucho con las ciencias sociales, y la preparación aquí se dio en la universidad, gracias a los avances de la tecnología. Ahorita tenemos graves problemas porque nos divorciamos de la tecnología o la utilizamos para otras cosas, menos para satisfacer  el humanismo, el preocuparnos por la vida humana; no nos interesa, a tal grado de que se está matando a tanta gente. Y  hablo no de la epidemia, hablo de las situaciones reales, debimos de haber creado una escuela muy especial, en donde la criminología tuviera los grandes laboratorios de ADN, y los grandes laboratorios GPS, para localizaciones, de evidencias trascendentales, al grado tal de que se sepa aún en incendios, como la destrucción de las torres gemelas, ¿quienes estuvieron en el momento en el que se destruyó esa torre gemela? Porque tenemos la obligación de pagar las indemnizaciones a los deudos. Nosotros tenemos una relación muy grande con esos programas internacionales, porque hay una compañía que le pone nombre a las cenizas. Fíjate  el avance tan trascendental, nombre a las cenizas, que es lo que nosotros queremos ponerle a la vieja casona: nombre a las cenizas de las gentes que estuvieron ahí. Y que nos dieron los estudios que ahorita tenemos de leyes.

¿Cómo quiénes estuvieron ahí?

Qué te puedo decir, desde los españoles que fueron recibidos por el General Lázaro Cárdenas, aquí  estuvo Joaquín Rodríguez y Rodríguez, aquí estuvieron grandes filósofos. León Felipe. Aquí vinieron. La escuela de leyes está  muy ligada con la filosofía del derecho, y entonces, te puedo decir que, la gran mayoría de ellos, sus primeros estudios son, precisamente, en derecho. El escritor Fuentes es abogado; por eso la relación con Bernardo Reyes, es que don Alfonso es abogado, estudió leyes. Y cuando es director del Colegio de México, va Fuentes con Reyes le dice, oye cómo ves, voy a estudiar una carrea profesional, mis padres son diplomáticos, ando en el mundo. Y don Alfonso le dice, estudia leyes, estudia derecho, para que puedas entender la filosofía. Ningún filósofo puede entender la propia filosofía sino estudia el derecho. Por la propia relación de que todo lo gobierna, o una ley natural, o una ley hecha por los humanos. Y ahí está la observancia. Las leyes tuvieron mucha mayor penetración y respeto, porque se escribían en prosa y verso. Porque existía una gramática dentro de la propia legislatura de la constitución del 57, o la del 24 o las que estamos viendo como antecedentes aquí, que era entendible por la gente, porque había ritmo, había armonía, porque había sintaxis, porque había prosodia. Porque existían todas las reglas de la gramática para hacer entendibles y no como las actuales leyes, que necesitas un traductor, alguien que te traduzca una ley fiscal, una ley medica; ese es el gran deterioro…

Mariano, para empezar a encender la flama de este ícono, y pasando por nuestro Alere Flammam Veritatis…en concreto, ¿qué le dirías a Jesús Ancer, con respecto a este olvido?

Pues si esa Alere Flammam Veritatis existiese, que yo no las puedo ahorita más que concebir, `porque se ha hecho un gran esfuerzo por crear una gran universidad, es una buena universidad. De ahí salimos todos. Yo no me puedo quejar. No lo puedo repudiar. Porque el gran movimiento al rescate de un ícono, como ese, es que  ahí estuvieron los grandes próceres: Lázaro Garza Ayala, defendió precisamente la batalla del 5 de mayo; y es egresado de esa escuela . Lázaro Garza Ayala es director de esa escuela. Lázaro Garza Ayala es un prócer, Fray Servando, todos los grandes escritores tuvieron que ver con esa presencia directa  de la vieja casona de leyes. En donde Bernardo Reyes toma esos antecedentes de Fray Servando, porque estamos hablando ya de 1800, no estamos hablando de 1900. Entonces, el personaje que nosotros traemos, el juarismo mismo, tiene esa presencia. La visita de Juárez aquí, en donde Vidaurri  le pone los obstáculos para el crecimiento de un estado que no podía ya detenerse ante el empuje que se da por la existencia de estos edificios. Que tú dices, Nuevo León casi siempre en sus emblemas tiene esos edificios. Y el obispado es un emblema grandísimo que tenemos para  poderlo decir, que había cultura, que había un seminario conciliar y que existía clases de latín, latinazgos, que aquí se venían a preparar muchos del ilustre y real colegio de abogados, y lo tengo documentado, que venían a estudiar latín, venían desde México. Fíjate, el seminario conciliar era productor de lenguaje. El latín y lo que es el griego, eran obligatorios para el abogado, para el doctor y para cualquiera que se quería especializar, ya en un bachillerato, que daba precisamente el seminario conciliar, y que luego se fue refrendando mucho en los estudios jurídicos: el latín como una lengua viva, no como una lengua muerta. Y es regresar a los clásicos, es regresar a los estudios que nos dieron los grandes filósofos. La existencia de la República es de Platón; y nuestra constitución es republicana. Entonces no podemos decir que no tengamos una esencia directa de Platón o inclusive de Sócrates. Y para llegar a lo más simple, que es el código napoleónico, que es esencia directa de nuestras reglas civiles, pues fueron tomadas por estos grandes próceres. Habría que hacerle una película a Fray Servando, porque tan pronto lo agarraban cuando ya se estaba escapando…y escapando para traer más conocimientos. Por eso era un erudito. Porque  vivía y además escribía. Leía y ponía en práctica lo que le sucedía. Entonces, a la vieja casona de leyes la están olvidando. Le dieron mucha importancia al Colegio Civil, pero la vieja casona de leyes, después de que se edifica y después de que los abogados hacemos uso de ella.

No somos egoístas, porque si nos vamos a la Ciudad Universitaria, se las dimos en comodato a contadores públicos. Luego se la dimos en comodato a la facultad de Economía. Ahí nace la facultad de Economía, ahí salen los economistas. Ahí estudió Sócrates Rizzo. Ahí estudio Carlota Vargas, ahí estudiaron los grandes economistas. Y sus maestros eran abogados: el Dr. Jorge Treviño, Lucas de la Garza. Todos ahí dieron clases  en esa facultad. La mejor facultad de economía de la república, es la nuestra. Y ahí surgió, en la vieja casona de leyes. La maestra Meyer vino a poner en práctica un programa de estudio de economía, que hasta la fecha sigue siendo la número uno. Gana todos los premios nacionales de economía. Yo me pregunto: ¿Y derecho?.

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