660 3 Noviembre 2010 |
Disparos y rock&roll A mi suegra le gusta el rock&roll. Cuando vivía en la ciudad de México, ella y una amiga le prestaban el cuarto de la azotea al hijo de la portera para que ensayara. Era el guitarrista de los Sinners. Muy seguido les regalaba cortesías para que fueran a verlos tocar. Ellas nunca fueron porque les gustaban los más famosos, como Enrique Guzmán y César Costa. Ya ha pasado tiempo desde que la hicieron regresar a Monterrey, donde formó una familia. Sigue escuchando este tipo de música en unos discos de acetato que guardaba desde los años ochenta y otros más que mi mujer y yo hemos ido comprando en los tianguis. Dichosa la hora en que volvieron a vender torna mesas con aguja. Cuando supe que iban a tocar Rockabilly en el Aula Magna invitamos a mi suegra. La Banda Old Chiles está integrada por Kukín Carmona, Miguel Morales (La Tribu), Óscar Flores, Norberto Morales y Freddy Gálvez (Los Rockets). Los temas que interpretaron en el evento El Rock-A-Billy, sus influencias y sus héroes, sería principalmente en sus temas originales en inglés (los creativos de las letras en español le daban otro sentido a las letras, motivo por el cual “Twist y gritos” se tradujo con un “Muévanse todos”). En el centro de las butacas estaba sentado Víctor Holguín. Él escribe cuento infantil y ha dirigido un par de cortometrajes. Contrario a lo que se piensa de un director de cine, constantemente acosado por actrices primerizas obsesionadas con ser famosas, él estaba solo. Lo invité a sentarse más al frente del escenario. Conoció a mi suegra rockanrolera y le tocó estar frente a un grandioso piano de cola que pusieron en un extremo. -¿Vas a presentar tu cortometraje en la Cineteca? Anoto en un cuadernillo: jueves 4 de noviembre, 20:00 hrs. Cineteca. Cortometraje “Nomás por el gusto de vernos”. Aparece el grupo y me vuelve a causar gracia que en casi todos los casos el que toca el chelo tiene ese aire como de aristogato. One, two, three o'clock, four o'clock, rock, -Caray, ¡es el camarógrafo! El tipo que toca el bajo es el camarógrafo que trabaja con Víctor Holguín. Llega un tipo directo a sentarse a la primera fila. Grita que quiere algo de Elvis. Inquieto, se pone en pie cuando Los Old Chiles comienzan a cantar: Well, be-bop-a-lula, she's my baby Algunos de público comienzan a aplaudir de la emoción. Otros chiflan y algunos bajan la vista. La coreografía del improvisado es el equivalente a las katas más básicas del karate. Recuerdo las dinámicas de tai chi que mi madre enseña en el Seguro Social ¿Se podrán adaptar a esto? ¿No habrá sido hasta dos décadas después la coreografía del Kung Fu Fighting? Acabando esta canción, Kukín Carmona nos da el detalle curioso del concierto: Y comienzan a tocar “Its now or never”. Las cosas se volverán a prender cuando llega el turno de “Good Rockin Tonight” y el mismo señor de la primera fila se pone en pie. En el otro extremo del Aula Magna, un señor un poco más mayor (y sorprendentemente con copete sesentero de milagro cacahuananche) comienza a bailar con pasos más controlados. Hay canciones que son la oportunidad perfecta para acudir al baño si no hay intermedio. Algunos las aprovechan para abrazar a la pareja o mínimo tomarla de la manita. Pero si “Love Me Tender” fue la única chance que tuve de salir, era de ley regresar para ver al grupo tocar Jailhouse Rock (que eso sirva de excusa por no haberme fajado la camisa en la privacidad del WC). Al regresar al auditorio, una señora se había puesto en pie a mitad del espacio. Mi suegra seguía aplaudiendo sin quitar la vista del piano que sólo tocaron un par de veces (y al que nunca le quitaron la base de llantas). Fue inevitable que la mujer llegara bailando hasta el frente del escenario. Damas y caballeros le aplaudieron, jóvenes chiflaron y muchachas rieron nerviosas. Después de esa canción no volvimos a ver a la señora. -A ver, dénme chanza de afinar esta guitarra. Los asistentes veteranos, antes rebeldes sin causa, y ahora rebeldes con casa pedían a gritos “otra”. El grupo se despidió con “I believe your mine”, de Paul Simon (tema ya fuera del concepto) y “Knockin’ on heaven’s Door”. Era noche de Halloween y fuimos a cenar a casa de mi suegra a San Nicolás, municipio donde los vecinos de la avenida Nogalar tuvieron un día de terror y murió un inocente en una balacera entre policías y miembros de la delincuencia organizada. A algunas personas no les importan los festejos, los niños en la calle, ni los vecinos que salen a echarle agua al radiador de su auto, sin la idea de que una bala perdida los espera. Para compartir, enviar o imprimir este texto, pulse alguno de los siguientes iconos: ¿Desea dar su opinión?
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