ANÁLISIS A FONDO
Migración ineludible
Francisco Gómez Maza

Grave, este asunto de la migración ilegal hacia EU
Pero muchos prefieren el riesgo a su propia tragedia

Mientras persistan las profundas desigualdades socioecconómicas en México y América Central; mientras la pobreza, el desempleo, el hambre, la insalubridad, la miseria se enseñoreen de los campos de esta región del mundo, no habrá poder humano que pare, como lo pretenden los halcones de Washington, las migraciones de depauperados hacia los campos y ciudades estadounidenses.

Desgraciadamente, el “Dream Team”, el “Sueño Americano”, ejerce un fatal atractivo para la gente que no ve la suya en su país de origen. Llenos de ilusorias esperanzas de una vida mejor el oropel del “American Way of Life”, millones de individuos, hombres, mujeres, niños solos, desafían al mundo, lanzándose a la aventura. Si logran evadir los riesgos y peligros del camino, ya “la hicieron”. Y podrán un día, en una hermosa y lujuriosa residencia en Miami, por decir algo, pagar los miles de dólares para que el primogénito pueda ser inscrito en la universidad. Ha habido casos ejemplares, como Juan, habitante de una colonia muy “popular” – lo que quiere decir “muy jodida” – de la zona conurbada de ciudad de México, decidió irse “pa´lotro lado´. Dejó en el barrio a madre y hermanas, en una vivienda insalubre, sin la más mínima de las comodidades de la vida moderna; pasando hambres. Juan tuvo “suerte”. Consiguió trabajo – nunca hasta ahora aprendió a hablar inglés – y “progresó”.

Al pasar de los años, logró amasar una importante fortuna – ahorró, no obstante ser compulsivo con el alcohol – y llegó a establecer un salón de fiestas que luego se convirtió en un servicio completo de fiestas y banquetes: la empresa le arma todo un paquete para los “Quince” de su hija mayor. Vestido, maquillaje, fotografía, salón de bailes, banquete, música ambiental en vivo. El hecho es que Juan ahora tiene una residencia de verano en una de las paradisiacas playas de Miami y se codea con la “realeza” de Virginia. Rigoberto me invitó a una celebración en su casa de Quad Cities, porque ya había reunido los USC$10,000 para pagar sólo la inscripción de Pedrito en el College. Duró 30 años en conseguir los malditos 10 mil. Pero… Juan y Rigoberto son golondrinas que no hacen verano. Pero… Juan es una golondrina que no hace verano. La inmensa mayoría de los migrantes mexicanos y latinoamericanos no la pasa tan bien como esperaba, como imaginaba, en los Estados Unidos de Norteamérica, suponiendo que haya logrado establecerse después de burlar a la “Migra”, la policía, y haber obtenido la ciudadanía “americana”. En la actualidad, quienes se aventuran, por hambre, por… por lo que sea, a caminar hacia la “tierra prometida”, donde “mana leche y miel”, tienen que sortear peligros infinitamente mayores: los tratantes de personas, los narcotraficantes, los sicarios de estos, las bandas criminales, los policías corruptos. “Zetas” y “Marasalvatruchas” (las originalmente bandas juveniles nacidas en los barrios de Los Angeles, California) son ahora la pesadilla que pueden vivir los migrantes. Y la viven. Y se quedan secuestrados. Y dejan su cadáver en el desierto, o en el camino del ferrocarril que viene del Suroriente. Pero intentaron lograr su objetivo; hacer realidad el sueño americano.
 
La migración nunca podrá ser parada, así se creen leyes; así se disponga de las más poderosas e incorruptibles corporaciones policiacas; así se detenga a cientos de miles. Y los peligros del camino, tampoco. Mientras existan los “Zetas”, las “Maras”, las policías corruptas. Acuerdos como el que firmaron este miércoles los gobiernos de México y Honduras ni siquiera serán paliativos. La frontera del suroriente es demasiado porosa. Por cualquier parte, la menos imaginada, de la línea es punto fácil para los migrantes y con ellos para los traficantes de armas, para los mercaderes de estupefacientes, para los tratantes de blancas y de niños y niñas. Es absurdo pensar que el maldito fenómeno del secuestro masivo, del asesinato, desaparecerán como una mesa de apoyo funcionará como un artilugio de mago. Y eso que nunca antes los migrantes habían estado tan expuestos a tantos peligros en caminar clandestino por los caminos de México, que se ha convertido en un albur. Si pasas, ya la libraste. Bueno, el gobierno estadounidense tuvo que renunciar a sus planes de estereotipar, sofisticar, la vigilancia en la frontera. Muy caro el proyecto e inservible. De todos modos juan te llamas. De todos modos, los mexicanos y muchos centro y sudamericanos burlan el cerco, la alambrada, aunque ésta esté electrificada. Y ái se van, inclusive caminando a la luz del día directo al down tawn de San Diego, a vender su fuerza de trabajo. Que los aprehenda la migra, o que no, eso es ya otro cantar. Y muchos, aprendidos, encarcelados, esposados, devueltos a México, vuelven a hacer el intento de retornar a suelo estadounidense. Y así se pasan la vida, Se van. Los encarcelan. Los deportan. Y regresan. Porfiados que son.  Unas 400 mil personas fueron deportadas de EU en el 2010. Esa es la cifra oficial de deportados. ¿Y hay cifra oficial de cuántos de esos 400 mil se quedaron en su país de origen y cuántos insistieron en retornar a la pesadilla del “Dream Team”?

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