HABÍA UNA VEZ
El verdadero gran dedo
Everardo Hernández Medrano
Matamoros, Tamaulipas.- Ayer hubo conmoción en la comunidad de ex alcaldes ladrones tamaulipecos exiliados en el sur de Texas.
Hubo intercambio frenético de llamadas y por la tarde-noche, una reunión de emergencia que presidió el ex alcalde de Matamoros y actual diputado federal Baltazar Hinojosa Ochoa, quien en vano intentó calmarlos.
─ ¿Y ahora qué vamos a hacer?, le preguntaban a punto de llanto al legislador federal, quien una y otra vez recomendó que no tramitarán más amparos.
El motivo de tanta consternación fue la terrible noticia que sacudió el sur de Texas: la confirmación del sorpresivo arresto por parte de la PGR del ex alcalde panista de Monterrey, Adalberto Madero Quiroga (2006-2009), por varios delitos, entre los que destacan la desviación de recursos federales de una importante obra pública, más sus vínculos con los delincuentes del cártel de los casinos.
Los ex alcaldes tamaulipecos sospechosos de haberse enriquecido groseramente con dinero sustraído de los programas federales, temen, con justa razón que ahora sí nadie podrá parar a la PGR para ir tras ellos que se escudaban en el supuesto de que eran del PRI y era políticamente incorrecto proceder contra ellos.
“Si cayó un ex alcalde panista y además con apellido Madero, qué nos puede salvar a nosotros”, gimió el ex edil de Tampico, muy afligido.
Y ahora un chistecillo de mal gusto y de pésimo humor.
Tras conocer el resultado de las elecciones federales de julio del 2012, el Presidente se infarta y muere.
En la funeraria, la capilla luce desierta, pero una viejita se acerca al féretro con una bolsa de comida y empieza a introducir verduras y frutas, ante la mirada atónita de los escasos dolientes.
─Oiga ─le dice un guarura─, ¿por qué coloca comida al lado del cadáver?
─ Pues es que no es justo ─responde la viejita─ que los gusanos vayan a comer pura basura; y continúa colocando frutas.
Otro. ¿De veras quieren otro?
Pues ayer en el río Bravo se encuentran frente a frente un grupo de racistas estadounidenses y un grupo de aspirantes a indocumentados.
Los gringos gritan:
“We have Obama, Steve Wonder, Bob Hope y Johnny Cash”
Los mexicanos se aconsejan y luego un de ellos grita:
“We have Felipe, no wonder, no hope and certainly no cash”
A propósito de lo anterior, aunque el presidente Felipe Calderón presume ser el gran dedo que impondrá candidato del PAN presidencial y de los amagos del grupo Atlacomulco de “O es Enrique, o el país de hunde”, y por supuesto todo lo que dicen los pequeños burgueses que se hacen llamar de izquierda en este país.
Pues bien, dadas las terribles circunstancias por las que atraviesa este país donde destaca la incapacidad de la clase política para tomar acuerdos y poder gobernar este país, el gobierno estadounidense no va correr más riesgos ni aventuras con panistas improvisados y en breve tomará la gran decisión.
En el PRI temen que el senador Manlio Fabio Beltrones resulte con más méritos y confiabilidad que Enrique Peña Nieto a los ojos del embajador estadounidense Antonio Wayne.
Si alguien lo duda, se aceptan argumentos.
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