Raúl Vera frente al Tribunal de los Pueblos
PALABRAS DE AGRADECIMIENTO DE FRAY RAÚL VERA, O.P., OBISPO DE SALTILLO, A LOS MIEMBROS DEL TRIBUNAL PERMANENTE DE LOS PUEBLOS, Y A LA FUNDACIÓN LELIO BASSO, DURANTE LA SESIÓN INAUGURAL DEL CAPÍTULO MÉXICO DE DICHO TRIBUNAL
Auditorio Antonio Caso, UNAM
México, D.F.
21 de octubre de 2011
Se me ha pedido que agradezca a Gianni Tognioni, Secretario del Tribunal Permanente de los Pueblos, a Simona Fraudatario de la Fundación Lelio Basso y a los miembros del Jurado ahora presentes el Dr. Franco Ippolito y el Dr. Philippe Texier, no solamente a nombre de quienes nos hemos interesado en la realización Capítulo México del Tribunal Permanente de los Pueblos, y digo que no solamente a nombre de quienes nos hemos mostrado interesados, sino a nombre de este tan sufrido y vejado pueblo de México, y muy particularmente de los millones de víctimas que padecen las consecuencias de que en nuestra Patria, al frente de sus instituciones públicas, se hayan instalado la irracionalidad, la deshonestidad y el cinismo déspota, por medio de una estructura política mediocre, dirigida por personas cuyo interés se cifra en mantener una carrera personal, dentro de un poder público puesto al servicio de los intereses económicos nacionales e internacionales, que están muy lejos de promover el desarrollo equilibrado y justo de esta nación.
La corrupción, la ineptitud, el desorden, la desarticulación social, política y económica de México, son los resultados del equipo político que actualmente dirige al país en los tres órdenes de Gobierno.
La violencia sistemática que nos invade, con las miles de muertes que aumentan cada día, con las miles de desapariciones forzadas, con las extorsiones y los secuestros; la inseguridad que caracteriza a una buena parte de nuestras ciudades y a gran cantidad de poblados; los enfrentamientos armados por las calles; la militarización con las constantes violaciones a los derechos humanos y la paramilitarización del país que empieza a amenazarnos en estos últimos tiempos, son el resultado de una guerra estúpida, cuyo principal propósito es justificar la obstrucción del acceso a la justicia para los mexicanos y las mexicanas. De esta manera se encubre a los delincuentes que ya se encuentran por todas partes y en todos los lugares: tanto en las organizaciones criminales, como en las estructuras del Estado mexicano y en las empresas y centros financieros que lavan el dinero.
Pero esta estructura infame ha partido desde una violencia estructural impuesta al país por un Estado, cuyos dirigentes están llenos de codicia y ambición de riqueza, quienes hace más de una treintena de años han puesto a los mexicanos y a las mexicanas en manos del sistema económico mundial imperante, que es voraz, inmisericorde y cruel.
Hoy no son los idearios de un Partido Político los que mueven a un candidato a un puesto de elección popular, sino que es el negocio y la rapiña a la que le abre las puertas el puesto público al que aspira.
Este es el México que fue a llamar a las puertas del Tribunal Permanente de los Pueblos, que generosamente aceptó venir a apoyarnos a restaurar la justicia y el derecho en nuestra Nación. Muchas gracias señores miembros del Tribunal, muchas gracias a la Fundación Lelio Basso, su excelente disposición nos compromete; sabemos que somos los mexicanos y las mexicanas las y los principales sujetos del éxito del Capítulo México del Tribunal Permanente de los Pueblos. Puedo decirles que estamos dispuestos y dispuestas a poner todo lo que esté de nuestra parte para que el trabajo de ustedes sea exitoso y devuelva a nuestro país la paz que tanto anhelamos, paz que sólo es producto de la justicia. ¡Muchas Gracias!