Calidad de la democracia, según el Informe Reyes
Luis Miguel Rionda
uanajuato.- El día de hoy, viernes 9, se presenta un texto que juzgo de gran importancia para evaluar el avance real de la democracia en México y sus entidades federadas: se trata del libro Primer informe sobre la democracia en Aguascalientes, del doctor Andrés Reyes Rodríguez, investigador del Departamento de Historia de la Universidad Autónoma de Aguascalientes. Se presenta en la sala audiovisual del edificio de Ciencias Sociales del Campus León de la Universidad de Guanajuato, en San Carlos. Exactamente al mediodía. Comentaremos el texto este columnista y el doctor Arturo Mora Alva, de la Universidad Iberoamericana, unidad León.
Se trata de un informe que no tiene equivalente en ningún otro estado del país. A nivel nacional, sólo se cuenta con el precedente, muy inmediato, del libro colectivo producto del proyecto Situación de la democracia en México, que coordinó el doctor Gustavo Emmerich, de la Universidad Autónoma Metropolitana, unidad Iztapalapa, institución que publicó el libro en 2009. Ese destacado investigador presentó el libro de Andrés Reyes el pasado 27 de octubre, en la ciudad de Aguascalientes. Hoy toca que lo demos a conocer ante el público leonés y guanajuatense.
Desde que en los años ochenta se desató la “tercera ola de la democracia”, como la denominó el extinto politólogo norteamericano Samuel Huntington, América Latina abandonó de manera acelerada los regímenes autoritarios o francamente dictatoriales que se había dado en las décadas previas. Las crisis económicas contribuyeron a una nueva toma de conciencia ciudadana, que pronto demandó por vías pacíficas –y a veces no tanto- la apertura democrática de sus sistemas políticos. Así ocurrió en México, que experimentó una larga transición “a brinquitos” entre 1978 y el 2000.
La alternancia en el poder ejecutivo federal en este último año marcó para muchos el fin de la transición en el ámbito procedimental, y el inicio de una nueva fase, donde los gobiernos democráticos deberían demostrar no sólo su legitimidad, sino también su efectividad. La calidad de la democracia se convirtió en un tema de creciente preocupación, ante las dificultades para traducir la nueva liberalización política en beneficios tangibles y concretos para el nivel de vida de la población, así como terminar de vincular la democracia con los derechos humanos de primera, segunda y tercer generación.
A nivel local, las transiciones democráticas evidenciaron ritmos y alcances diferentes. Entidades como Baja California y Guanajuato han acumulado más de 20 años de antigüedad en sus respectivas alternancias. Aguascalientes sumó 15, desde 1995 hasta 2010. En cada entidad se evidencian paralelismos y diferencias, que sólo pueden aquilatarse con investigación social objetiva y profesional. Ese es el logro principal del libro de Andrés Reyes: se acoge a una metodología científica, probada en el ámbito internacional.
De entre tres alternativas escogió la del Índice de Desarrollo Democrático (IDD), desarrollado por la Fundación Konrad Adenauer, de Alemania, y la Asociación Civil Politat, de Argentina. Se trata de un índice pensado para las peculiaridades de América Latina, basado en la medición cuantitativa de una serie de indicadores homogéneos que pueden ser desagregados, lo que permite las comparaciones entre las unidades menores; en este caso las entidades de la república. Se aplicó el cuestionario Hewlett, con la autorización del reconocido politólogo mexicanista Roderic Camp, del Claremont McKenna College. Se contrató a una empresa encuestadora profesional, gracias al financiamiento del proyecto por parte del CONACyT.
Aparte de la metodología cuantitativa sobre la que se basa el cálculo del índice, el texto realiza un acucioso seguimiento histórico de la política de Aguascalientes, con sus actores y sus partidos, para evidenciar las características de los usos políticos locales. Por cierto muy similares a los de Guanajuato. El interés historiográfico de Andrés, quien fue responsable de historiar al Partido Acción Nacional en esa entidad –aunque su corazón late a la izquierda-, enriquece con mucho un informe que pudo haber caído en la aburrida exposición de cuadros y gráficas resultantes del procesamiento de la sofisticada encuesta.
En síntesis, en la relación de las entidades según si IDD, Aguascalientes ocupa el sexto lugar con 7.69 sobre diez en cuanto a su calidad democrática. Sólo la superan Baja California Sur (8.78), Nayarit (8.46), Colima (8.1), Nuevo León (8.0) y el Distrito Federal (7.84). Hasta el lugar número 11 encontramos a Guanajuato, con 7.22 puntos. Vale la pena que la clase política abajeña tenga en cuenta este tipo de mediciones.
Antropólogo social. Profesor investigador de la Universidad de Guanajuato, Campus León.
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