MOVIMIENTOS UNIVERSITARIOS EN LA DÉCADA DE LOS SESENTA, VI
La quinta gran movilización (1968)
Carlos Ruiz Cabrera
onterrey.- La quinta gran movilización universitaria sobrevendrá con motivo del movimiento estudiantil-popular de 1968 desarrollado en la ciudad de México, al cual brindan su apoyo solidario los estudiantes y trabajadores sindicalizados de Nuevo León.
El 17 de septiembre, por ejemplo, el Consejo Estudiantil de la Universidad de Nuevo León publica un desplegado en El Porvenir en apoyo al movimiento de los estudiantes capitalinos. Para esta fecha, es preciso apuntar que en el Consejo Estudiantil convergen las principales fuerzas políticas de los estudiantes nuevoleoneses organizadas en el Grupo Espartaco, la Obra Cultural Universitaria —de orientación católica—, el sector más liberal de la juventud priista identificada con su líder nacional Carlos Alberto Madrazo; y en la Juventud Comunista; cada una de ellas publica numerosos periódicos donde difunden sus ideas y posiciones.
Otro ejemplo: en septiembre 20, el Consejo Estudiantil y el STUNL llevan a cabo un mitin en la Plaza del Colegio Civil y una manifestación en respaldo al movimiento estudiantil de la ciudad de México; a estos actos asisten más de veinte mil personas.
Un último ejemplo: en septiembre 22, el STUNL publica en la prensa nacional un desplegado protestando por la intervención del ejército en la UNAM y en otras universidades del país, solidarizándose con los estudiantes, profesores y trabajadores no docentes agredidos.
El 2 de octubre, los universitarios nuevoleoneses quedan asombrados e indignados ante la matanza de estudiantes en Tlatelolco por parte del ejército; el presidente de México es Gustavo Díaz Ordaz; el secretario de gobernación, Luis Echeverría Álvarez; y el regente del Distrito Federal, Alfonso Corona del Rosal.
Y ante los organismos burocráticos y patronales que piden públicamente, a través de desplegados, más represión y sangre al presidente Díaz Ordaz, los estudiantes y trabajadores de la Universidad de Nuevo León multiplicarán sus denuncias a través de la prensa local y nacional, así como de volantes y periódicos. Los desplegados del Consejo Estudiantil fueron firmados por Rogelio Cantú Mendoza, Jorge M. Rivera y Miguel Ángel Capó Arteaga. Y los del STUNL por el tercer comité ejecutivo presidido por Horacio Salazar Ortiz como secretario general. Todo esto en los días previos y posteriores al fatídico 2 de octubre.
Un efecto inmediato de lo anterior se da en la Universidad de Nuevo León a finales de octubre, cuando un grupo de profesores universitarios se lanza a la lucha guerrillera; entre otros, están Carlos Arturo Vives Chapa, Mario A. Sáenz Garza, César Yáñez Muñoz, Graciano Sánchez Aguilar y Mario Sánchez Acosta.
Otro efecto posterior sucede un año después, el 2 de octubre de 1969, cuando la Federación de Estudiantes del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, el Consejo Estudiantil de la Universidad de Nuevo León y la Sociedad de Alumnos de la Escuela Normal Superior del Estado de Nuevo León firman un desplegado conjunto, a toda página, en el periódico El Porvenir, convocando a una manifestación para conmemorar los hechos sangrientos del 2 de octubre de 1968. En ese escrito asientan: “Tlatelolco disipó dudas y mostró la verdadera imagen de un sistema aparentemente justo, progresista, ordenado. Tlatelolco marca el comienzo de una verdadera reflexión del pueblo”. A dicha manifestación acudieron miles y miles de estudiantes, trabajadores sindicalizados y pueblo en general.
Mañana: La sexta gran movilización (1969)
