RESULTADOS
DE LA PRUEBA ENLACE
Juan Ángel Sánchez
La semana pasada, en ceremonia encabezada por Alonso Lujambio, Secretario de Educación Pública se dieron a conocer los resultados de la prueba ENLACE, aplicada a los 654,000 estudiantes de bachillerato que terminaron sus estudios en el ciclo anterior.
Las cifras son por demás elocuentes. Véase:
De cada diez estudiantes que terminaron el bachillerato, cinco no entienden lo que leen. No tienen la capacidad de comprender el texto de manera detallada y completa; no pueden hacer una síntesis del contenido y no pueden establecer las relaciones de tipo problema-solución, causa-efecto, comparación-contraste.
En tratándose de matemáticas, la mitad de los alumnos egresados del bachillerato que ascienden a 372,190 no saben multiplicar ni dividir con número enteros, ni sumar con fracciones ni calcular porcentajes. Tampoco pueden resolver ecuaciones, no saben calcular la raíz cuadrada ni analizar las relaciones entre dos o más variables de un proceso social y resolverlo.
Por cierto, hay que hacer notar que en habilidad matemática el porcentaje de alumnos con nivel suficiente y elemental bajó tanto en los bachilleratos privados como en los públicos. En aquellos se pasó de 78.5 al 75 por ciento y en últimos de 85.6 a 82.5 por ciento.
En contraste, hay que destacar al 4.8 por ciento de estudiantes que alcanzaron nivel de excelencia en matemáticas y otorgar una distinción especial a los egresados del bachillerato en Nuevo León pues alcanzaron el mayor porcentaje: 9.3.
En el renglón de habilidad lectora las cifras fueron al aumento. En los privados se pasó de 40.8 a 42.6 por ciento y en los públicos de 49.2 a 51.2 por ciento.
Dada su calidad de egresados, con el certificado en la mano se hace evidente una situación agravada, en razón de que se obtienen calificaciones aprobatorias, pero no existe un real dominio del campo de estudio, que por cierto, no es privativo de este tipo de asignaturas ni de los estudios de este nivel.
El subsecretario de Educación Media Superior vio como naturales los resultados de la prueba en cuestión, ya que el sabía a ciencia cierta que eran el producto neto de un sistema que ya hace dos años se había diagnosticado en ocho rasgos que en el 2007 eran los siguientes.
Dichos rasgos se consignan en tiempo presente, con independencia de que ya se hayan implantado algunas estrategias de solución que en todo caso, son incipientes y otras todavía están en el papel, y además porque los 654 mil egresados son el producto neto de ese estado de cosas.
1) El estado mexicano no cuenta con un proyecto para la educación media superior, pues ha sido omiso en elaborar una política para ella.
2) Vive un abandono presupuestal que evidencia el total desinterés sobre el tema.
3) Carece de criterios normativos para su operación.
4) En la República operan 25 subsistemas de ese nivel que ofrecían 200 carreras terminales y acogen a casi 4 millones de estudiantes.
5) Cada uno de esos subsistemas es cerrado y no permite que se migre de uno a otro, pues los programas no son equivalentes y no existen protocolos nacionales de validación.
6) La cobertura es aún limitada. Apenas llega al 58%
7) Se carece de protocolos confiables de evaluación. No los hay ni de aprendizaje ni de programas.
8) El subsistema cuesta al país 38 mil millones de pesos al año.
En la presentación el subsecretario Székely agregó una razón de mucho peso: que los egresados-evaluados habían recibido una educación enciclopédica, basada en la memorización, situación que se busca modificar radicalmente una vez que ha empezado a aplicarse en el nivel de Preparatorias federales, la ambiciosa reforma que se ha discernido y que está en fases primarias de implantación.
Resta saber qué ocurrirá en las universidades autónomas pues para ellas no es obligatoria la reforma que la SEP promueve y por otra parte y como dato final sería saludable saber en qué medida los 8 puntos del diagnóstico les son aplicables y si hay disposición a corregir lo necesario.
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