Recuerdan a caídos en Huasteca
Genaro Bautista / AIPIN
Sierra Madre Oriental. Una caravana, de Chapopote Chico, a Metlatepec, Huautla, Hidalgo, marcó el inicio del homenaje a Modesto Hernández Martínez, Gerardo de la Cruz Cortés, Zeferino Martínez Hernández y José Guadalupe Moreno Lorenzo, quienes el 21 de enero de 1980, fueron emboscados por paramilitares y cayeron muertos, por recuperar sus territorios.
En Metlatepec, comunidad colindante con Veracruz, el Frente Democrático Oriental de México “Emiliano Zapata” (FEDOMEZ), recordó el pasado 21 de enero, a sus difuntos, quienes a pesar de las tres décadas del hecho, se mantienen en la memoria de los pobladores de esta región de la Huasteca hidalguense.
El FDOMEZ, integrante del Frente Nacional de Lucha por el Socialismo (FNLS), culpa a bandas paramilitares y pistoleros a sueldo de ricos de la región del crimen.
En un comunicado, la organización indígena con presencia también en San Luis Potosí, Veracruz y Puebla, entre otras entidades mexicanas, señala que en la década de los setenta y ochentas, se suscitaron grandes acontecimientos como la recuperación de las tierras, las libertades políticas y la conquista de sus derechos de manera independiente.
El grupo enfatiza, que al resistirse a ser parte de las centrales oficialistas, se les hostigó y reprimió.
“Hace exactamente treinta años, un 21 de enero del año de 1980, fueron masacrados Modesto Hernández Martínez, Gerardo de la Cruz Cortés, Zeferino Martínez Hernández y José Guadalupe Moreno Lorenzo, originarios de las comunidades de Tohuaco, Amatzintla y Metlatepec del municipio de Huautla, respectivamente, murieron, por defender las tierras y territorio, apuntan.
En su recuento, el Fedomez, manifiesta haber sido objeto de represión orquestado por los gobiernos, que van desde encarcelamientos, hasta desalojos, torturas y dice tener en su historia a más de 200 de sus militantes asesinados.
El Estado mexicano ha desarrollado una táctica de contra insurgencia, contra las comunidades huastecas y ello se ve reflejado en la represión física, psicológica, infiltración de agentes en la organización para dividirnos, enfatizan.
El combate al narcotráfico y a la delincuencia organizada, mencionan, es una cortina de humo que le permite al gobierno de México justificar la incursión militar en los pueblos indígenas y perseguir a las organizaciones populares, sociales, campesinas e indígenas.
Pero ante esta embestida oficial, los indígenas huastecos ratifican su determinación a hacer vales sus derechos de manera pacífica y coordinadamente con otros sectores de la sociedad mexicana y oponerse a los despojos o políticas neoliberales, asientan
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