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969 11 Enero 2012

Monólogo de la bicicleta
Eligio Coronado

M
onterrey.-
En su poema “Monólogo de la bicicleta”* (incluido en la antología Verso Norte 2011. Bitácora de voces, p. 93), Margarito Cuéllar nos dice que “Por la mañana, antes que brote el sol, despierto a mi bicicleta” porque “(no es bueno para el país que las bicicletas duerman tanto)".

Este recurso de darle personalidad a un objeto inanimado se llama personificación. Eso nos permite otra dimensión en el trato con ellos pues dichos objetos cobran vida, piensan, sueñan, sienten y actúan como nosotros, de allí que esta bicicleta duerma (aunque “no es bueno para el país”).

Pero esta bicicleta no sólo duerme, también come: “(las bicicletas comen una vez al día” aunque “no es bueno para el país que las bicicletas coman tanto)”.

El hecho de que los objetos cobren vida abre un sinfín de posibilidades para desarrollar un texto, concretamente, todos los que la imaginación nos permita.

Por ejemplo, más adelante Margarito nos revela uno de sus más grandes temores: que la bicicleta se vaya de casa y dé “un mal paso”: “Un día tomará el camino más largo / y volverá con una o dos bicis pequeñas”.

Esto significa que Margarito (Ciudad del Maíz, S.L.P., 1956) ha ido más allá de darle personalidad a un objeto y ha establecido un vínculo familiar entre ambos: el de un padre y su hija. Así lo aclara cuando afirma: “Seré como un abuelo”.

Esto confirma que nuestros sentimientos por los objetos que nos rodean suelen ser más fuertes de lo que pensamos, aunque lo neguemos, y que no sólo los queremos sino que también nos sentimos muy orgullosos de tenerlos: “Todos envidian mi bicicleta roja como gajo de sol”.

He aquí un objeto (la bicicleta) que cobra vida, duerme, come, provoca envidia en los demás y orgullo en su dueño y, a la vez, temor de que algún día nos convierta en abuelos sin estar legalmente casada.

¿Le parece a usted una broma? Pues no lo es. En la literatura todo tiene alguna relación con la realidad. Si lo pensamos bien, descubriremos que ésta es una metáfora que puede aplicarse a un ser muy querido y muy cercano: específicamente a una hija joven y vulnerable.

Margarito Cuéllar. “Monólogo de la bicicleta” en Verso Norte 2011. Bitácora de voces. Zaira Espinosa y José Jaime Ruiz, comps. Monterrey, N.L.: Edit. UANL / Posdata Editores, 2011. 157 pp.

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La Quincena Nº92

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