CRÓNICAS PERDIDAS
Ocaso en los suburbios
Gerson Gómez
onterrey.- La pareja juvenil discute, a las afueras de la iglesia, antes de entrar a la feria. Queman el tiempo, en los juegos mecánicos. Está por comenzar el baile de la pureza de esta tarde: será la ceremonia registrada con el número 1400 del año.
Prometerán abstinencia, usaran argollas matrimoniales plateadas. La primera selección será con su padre, la segunda, con el pastor, la tercera, con el nuevo marido de su madre, la cuarta con el joven que es su novio y que tendrá que esperar consternado hasta el matrimonio.
El vendedor de fuegos artificiales espera una buena noche, tremenda, piensa, como no las ha tenido las últimas semanas, colocando el anuncio de lleve tres y pague dos.
El pastor presbiteriano reformado está nervioso. Consume el tiempo navegando páginas hard porno. Se rasca los testículos y juega con el pene debajo del escritorio.
Los trabajadores de la farmacia, contra esquina, surten Ritalin, Viagra y Clonazepan.
Hoy ha llegado, desde las oficinas centrales en Austin, el nuevo despacho de medicamentos.
Las ventas setecientos por ciento mayores. Somos una empresa en expansión.
Habrá horas extras, pagadas a siete cincuenta. Reponer, hacer listado de caducidad y colocar en los estantes, detrás del mostrador, los medicamentos controlados.
En la esquina, corre la carretera interestatal 10. Desde Jackson, Florida, hasta Santa Mónica, California.
El diler anglo carga gasolina en Valero. Desconfía del octanaje en las bombas administradas por los hindúes, pero teme más a los chicanos.
En la caja de su U-Haul, entre los muebles de la sala, lleva oculto siete kilos de cocaína que debe entregar en Nueva Orleans, Luisiana.
La chica termina la discusión. Lo abraza y besa ligera en los labios.
Acede a ir con su novio a los baños vacíos de la gasolinera. Tendrán sexo anal, seguirá siendo virgen, usara el anillo plateado, seguirá al pie de la letra el protocolo y todos estarán felices.
Comerán pastel de cereza, el pastor les bendecirá llamándoles pueblo elegido. Ofrenda de olor grato. Algunas damas, conmovidas, llorarán con alegría en el alma.
Inmigrante ilegal salvadoreño parado en la acera con su equipaje. El pollero, después de responder la llamada telefónica, llega antes que la Border Patrol.
Pollero e ilegal viajan en Van blanca 2001 por la 10, buscando la 35 North, desde Houston, Texas, hasta Des Moines, Iowa.
