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1219 27 Diciembre 2012

 

ANÁLISIS A FONDO
Al borde del abismo
Francisco Gómez Maza

¿Está ya preparado don Luis Videgaray?
El Fiscal Cliff podría meternos en broncas

Ciudad de México.- El “abismo fiscal” (Fiscal Cliff) en el que se desbarrancaría la economía estadounidense, en menos de los cinco días que restan para el Año Nuevo, pondría en jaque a la economía mundial y en serios aprietos a los economistas del gobierno del presidente Enrique Peña Nieto. Pues los planes de expansión mexicanos se verían seriamente dañados por nuevas y prolongadas recesiones en el país vecino, del que México depende en un 85 por ciento, y acelerarían el desempleo.

Como lo ha dicho el inmemorial amigo Jonathan Heath, analista del comportamiento de la economía desde hace unas tres décadas, la combinación de aumentos en impuestos a los contribuyentes ricos y recortes en el gasto público en Estados Unidos –que se dispararían automáticamente, si los legisladores y la Casa Blanca no llegan, antes de las celebraciones de Año Nuevo, a un acuerdo sobre otra forma de evitar el impago del Gobierno– sería tan significativa que podría ocasionar una nueva recesión con fuertes impactos en la economía mexicana y por supuesto en la mundial.

Hasta ayer miércoles, no se sabía que hubieran logrado acuerdos la Casa Blanca y los legisladores republicanos, pero en base al mandato constitucional, para corregir el déficit fiscal y los niveles de endeudamiento en 2013, se tendrían que aplicar aumentos de impuestos y reducciones de gastos que implicarían un efecto de entre 600 mil  y 650 mil millones de dólares (que es lo que se conoce como el precipicio fiscal o ‘fiscal cliff'), y esto generaría un impacto significativo en la economía global.

En 2001, el presidente George W. Bush aprobó la ley “Tax Relief, Unemployment Insurance Reauthorization and job Creation Act of 2010”, para reducir los impuestos e incrementaba el gasto público hasta 2010, a fin de paliar la crisis que afectaba a la economía. Sin embargo, esta ley se prorrogó hasta el 31 del diciembre que está por clausurarse.

El lunes venidero entrará en vigor en Estados Unidos el “Budget Control Act of 2011”, cuyo propósito es reducir el gasto público, que llevará al gobierno de Obama a un draconiano y muy recesivo recorte del gasto y un aumento de los impuestos. Tendrían que llegar ya a acuerdos en Capitol Hill para ampliar la vigencia de la “Tax Relief, Unemployment Insurance Reauthorization and Job Creation Act of 2010”  y/o modificar el “Budget Control Act of 2011” para que la corriente no se desmadrara.

Sin el Fiscal Cliff, el Fondo Monetario Internacional calcula un crecimiento del 2% del PIB estadounidense para 2013. Pero, de ocurrir el abismo fiscal, la economía del país vecino retrocedería fuertemente y su índice de referencia, el S&P500, se desplomaría. Con ello, las demás bolsas del mundo también presentarían fuertes caídas.

Por lo que afecta a México, debido a la alta dependencia de la economía de los mercados estadounidenses, una más pronunciada recesión económica en Estados Unidos podría derivar en serias implicaciones para los productores mexicanos. Si hubiere una crisis de consumo del otro lado del río Bravo, la industria maquiladora asentada del lado mexicano padecería una asfixiante reducción de pedidos de sus clientes estadounidenses, lo que conllevaría fuertes recortes de personal y mayor desempleo.

Si Obama y los legisladores republicanos no llegasen a ningún acuerdo, las tasas de impuesto sobre la renta subirían en casi todo el mundo el 1 de enero. Las prestaciones por desempleo, que los demócratas tenían la esperanza de ampliar en el marco de un acuerdo, expirarían también para muchas personas.

analisisafondo@cablevision.net.mx

 

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