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2156 1 Agosto 2016

La visita de Jaime
Asael Sepúlveda

 

Monterrey.- ¿Y qué les falta para ponerlo en marcha?, preguntó el Gobernador Jaime Rodríguez al Secretario de Salud Manuel de la O, parados ambos en uno de los cinco quirófanos del Hospital Tierra y Libertad, equipados con tecnología alemana y que luego de años de esfuerzo, siguen sin operar.

El Secretario de Salud soltó una cifra. -Esto es para terminar la construcción, faltan los recursos para la operación, puntualizó  Miguel Angel Garza, uno de los médicos que mejor conoce el proyecto. No en vano lleva años dándole seguimiento a la construcción. Nueva respuesta del Gobernador:  -Gestionen los recursos para que arranque, determinó Jaime, con Beto Anaya parado al lado y con César de la Rosa, Director del Centro de Salud, como testigo.

En los pasillos del hospital, estudiantes de la Universidad Emiliano Zapata, empleados de salud y vecinos de la comunidad, tomaron nota. Por años, han sido testigos del esfuerzo de construcción que ahora parece a punto de fructificar.

El recorrido por el hospital incluyó salas de espera, consultorios, quirófanos. Todo reluciente. Casi todo sin usar por falta de recursos. Como los quince millones en equipo almacenado donado por el gobierno de Cuba y que sigue ahí, en cajas.

La visita de Jaime Rodríguez fue, para mí, la culminación de un proceso que inició dos días antes con una llamada de Jorge Longoria: -El gobernador va a lanzar el viernes el programa “Bono preferente”. ¿Podemos hacerlo con ustedes?… Mi respuesta fue inmediata: -Por supuesto que sí.

En ello coincidieron el representante legal de la UNEZ , Pedro Vázquez, la Directora de la Preparatoria, Mary Hernández Niño.

Yo sabía que el Rector Alberto Anaya, tenía la intención de tiempo atrás de que el gobernador visitara el Hospital a fin de sensibilizarlo de la necesidad de echarlo a andar, sobre todo porque ya está terminado casi en su totalidad y es un desperdicio tener tantos recursos detenidos.

Las actividades de la mañana del viernes, iniciaron en la nave de la Preparatoria Emiliano Zapata, en donde se dieron cita cientos de estudiantes, maestros y vecinos de la zona. Convocados todos ellos para el arranque del programa Bono preferente, fueron testigos de la llegada del Director de la Agencia de Transporte, Jorge Longoria.  Directivos de la Preparatoria y de la Universidad Emiliano Zapata, así como grupo de maestros y alumnos, se multiplicaban para recibir sucesivamente al Secretario General de Gobierno, Manuel González, al Coordinador Ejecutivo, Fernando Elizondo, a la Secretaria de Educación, Esthela Gutiérrez, al Secretario de Salud, Manuel de la O, al Alcalde de Monterrey, Adrián de la Garza.

Jaime Rodríguez llegó puntual y caminó desde la entrada hasta la nave del evento, repartiendo saludos. Luego de la explicación general que dio Jorge Longoria,  el gobernador aclaró que el bono no será gratis: habrá que participar en programas sociales. En primera fila, diputados federales y locales, al igual que el Director de Metrorrey, Jorge Arrambide y el de Fomerrey, Heriberto Núñez.

Al finalizar los discursos, Aries Perales Reyes, estudiante de la Licenciatura en Enfermería, toda blancura en su uniforme, tomó el micrófono. – Lo invitamos a conocer el Hospital Tierra y Libertad, señor gobernador. Jaime escuchó con atención y junto con la multitud, cruzó la calle para ir al Hospital. A los pocos metros, subió a la banqueta: -No me vaya a sancionar Manuel González por andar bloqueando calles, comentó Jaime previsoramente. Jorge Longoria entró al quite: -Las está bloqueando la gente de Tierra y Libertad, nosotros sólo venimos de invitados.  

A los pocos minutos, todos entramos al Hospital, donde ya esperaban el Secretario de Salud, junto a Beto Anaya y  Mary Hernández Niño, la Directora de la Preparatoria. El recorrido culminó con las instrucciones del gobernador para liberar recursos. Y desde luego, con la foto del recuerdo del alumnado de la Licenciatura en Enfermería, que logró su objetivo de hacer que el  gobernador cruzara la calle, entrara al hospital y determinara canalizar recursos para su operación.

Si es cierto que existe Santo Tomás, me lo imagino ahora mismo, contemplando la escena desde una nube, con una ceja arqueada y repitiendo su frase más famosa: ver para creer.

Ojalá lo veamos pronto.


 

 

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