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2201 3 Octubre 2016

 



El PAS y la reelección del rector
Ernesto Hernández Norzagaray

 

Mazatlán.- Juan Eulogio Guerra Liera, con la anuencia de Héctor Melesio, quiere aprovechar la reforma a la ley orgánica de la UAS para permanecer cuatro años más en el cargo.

En la Universidad-partido se afirma el monopolio. En 2012, cuando terminaba la gestión de Víctor Antonio Corrales Burgueño como Rector de la Universidad Autónoma de Sinaloa, el hoy Diputado electo y próximo coordinador de la fracción parlamentaria del Partido Sinaloense (PAS), había promovido reformas a la ley orgánica de la casa rosalina, entre ellas, la del artículo 32, donde se contempla la reelección del rector.

Una reforma que debería tener como destinatario a quien entrega buenas cuentas de una gestión esencialmente universitaria. Nunca a un partido político, como sucederá en esta ocasión. La reforma de marras pretendía que el entonces rector permaneciera en el cargo otros cuatro años. Sin embargo, el intento del hoy Diputado electo se frustró porque las nuevas leyes nunca tienen efectos retroactivos.

Entonces, se fue a su casa y ahí estuvo hasta que a finales de 2014, cuando inicia el proceso electoral federal y en una decisión polémica, el ya constituido PAS decide postular candidatos independientes en cuatro de ocho distritos electorales, aprovechando un vacío legal que impidiera la conversión de militantes de partidos locales en candidatos independientes.
Lograron, en medio de la polémica mediática, el registro ante el IFE, pero la ciudadanía no premió su conversión, sino castigó electoralmente.

Ninguno de los cuatro postulados con la bandera independiente, siquiera logró obtener el mismo número de votos de las firmas que habían obtenido para el registro como candidatos ante el órgano electoral.

Se demostraba que el método utilizado en la UAS no funcionaba en la sociedad, ya que esta actúa con márgenes de libertad cuando el ciudadano está frente a la urna. Las redes clientelares son otras y no estaban al alcance del PAS, por más que se movieron sus operadores políticos para llevar a votar estudiantes y profesores.

No obstante, el PAS se convirtió en la segunda fuerza electoral del estado en las elecciones de junio pasado, pero su candidato a Gobernador, que es su líder indiscutible, estuvo lejos de alcanzar la Gubernatura del Estado, además ninguno de sus candidatos a diputados logró un triunfo de mayoría relativa y los tres alcaldes “pasistas” corresponden a municipios rurales, ninguno de los más densamente poblados.

Sin embargo, el Gobernador electo en una jugada solo explicable en clave de alianzas para 2018, lo invita a “cogobernar” el estado (Cuén, dixit). Pero mientras Héctor Melesio Cuén Ojeda habla de cogobierno, Quirino Ordaz guarda silencio. Nadie sabe en qué consistirá esa pretendida fórmula, si es que existe; lo cierto es que la expresión de Héctor Melesio fue considerada por muchos como un acto de indiscreción e imprudencia política, y eso podría tener un costo, sobre todo cuando Quirino Ordaz ha sido hermético y no suelta prenda.

En tanto son peras o manzanas, el Rector Juan Eulogio Guerra Liera, con la anuencia de Héctor Melesio, quiere aprovechar la reforma a la ley orgánica de la UAS para permanecer cuatro años más a cargo de la máxima casa de estudios de los sinaloenses.

Y es la razón del documento que hoy circula por los escritorios de los directivos de la institución. Su promoción busca sensibilizar y consensuar la reforma al estatuto universitario, así que mediante un procedimiento malicioso busca evitar la separación del cargo cuatro meses antes de someter su reelección a la consideración de los consejeros universitarios.

Se pretende por la vía de facto y el control autoritario que se tiene sobre el Consejo Universitario, que lo reelija la mayoría de los consejeros, sin que ningún otro universitario pueda aspirar y someterse a la voluntad de la comunidad rosalina.

Así funciona el modelo de Universidad-partido instalado en la UAS, que ha provocado un daño generacional y con estas reformas apresuradas, lo que se busca es consolidar su monopolio del poder.

La relación PAS-UAS-cargos-presupuestos públicos, es el engranaje de una operación política sujeta a la lógica de los factores reales de poder en el estado.

Es decir, la UAS no interesa en cuanto formadora de cuadros profesionales y técnicos, sino como instrumento de control y poder.

 

Eso lo sabe Quirino y por ello resulta injustificable éticamente cualquier acuerdo político que traería, si es así, con Héctor Melesio, ya que está de por medio la educación superior pública en el estado.

Por último, el documento de marras que lo firma en primer lugar Jesús Madueña, quien es Secretario General de la UAS y militante destacado del PAS, está circulando especialmente entre directores de escuelas y facultades que funcionan como operadores políticos, pues exigen que los consejeros universitarios, maestros y estudiantes de los centros educativos bajo su cargo, voten con “línea”. Ni en los mejores momentos del PRI.

Y es que no es casual que la mayoría de las votaciones se da en el máximo órgano de deliberación y acuerdo universitario, se caracterice por la escasa discusión y la uniformidad de voto, con honrosas excepciones a la regla.
Sin embargo, nos dicen y lo tomamos con la reserva del caso, que el documento de reelección no ha sido bien aceptado, sobre todo porque Juan Eulogio tiene una mala relación con muchos de ellos y molesta por indigno estar en clave de Universidad-partido.

Juan Eulogio no es un hombre al que sigan como a Héctor Melesio, es en toda la línea un burócrata hasta en apariencia. Y ese no sería problema, lo que sí es que no titubea al dar información falsa del estatus nacional de la UAS y que académicos de la propia institución se han encargado de hacer pública como una demostración de que lamentablemente la UAS, no es lo que el señor del traje gris dice que es.

Ahí está un nicho, que sus detractores de dentro y fuera de la institución podrían explotar para situar a la Universidad en su lugar y con ello hacer una evaluación del desempeño de Guerra Liera para decidir si se queda.

Los sinaloenses saben que la UAS es una Universidad-partido y que sus funcionarios tienen agenda partidista, antes que académica.

Y eso molesta a muchos padres de familia, que ven cómo el acceso a la institución está mediado por un sistema de relaciones políticas que muchas veces deja afuera a sus hijos, que son buenos estudiantes.

No solo eso, la UAS al tener parte importante del monopolio de la educación media y superior del estado, impide la creación de nuevas universidades públicas. Es una jugada redonda. Tanto económica como política.

Finalmente, lo lamentable es que el Gobernador electo obvia estas evidencias conocidas, y peor todavía, busca alianzas con Héctor Melesio, y lo único que provoca es reserva en estos meses donde el Gobernador que está, casi no gobierna, y el que viene, no termina de llegar.

Quirino, ya lo dicen algunos priistas, cometió el error de ir a la casa de Héctor Melesio y concretar la alianza con este grupo que tiene atorada la educación superior en el estado.

Si pactó, no fue con la UAS, sino con el PAS.

Que no se confunda.

 

 

15diario.com