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2344 20 Abril 2017

 

 

DISPARATES
Mucho ruido, cero nueces
Armando Hugo Ortiz

 

Monterrey.- Para el principal objetivo de la persecución y captura del Gordo Javier Duarte -recuperar lo que robó- poco importa si opta por quedarse en Guatemala o venir a México.

Esté aquí o allá, lo que viene es un juicio lento y tortuoso, con visos de prolongarse mucho más allá del 2018. Ni modo que vaya a soltar toda la sopa ya.

Hasta hoy le han bloqueado varias cuentas bancarias, y asegurado algunos bienes muebles e inmuebles. Una bicoca del presunto desfalco. ¿Y el resto? ¿Será que lo tiene en una bóveda, acumulado en dólares, euros, lingotes de oro, joyas y obras de arte?

Tal vez, pero lo más probable es que parte del botín lo repartió a sus cómplices, subalternos, socios, y a lo de arriba, desde funcionarios federales hasta el mero capo de capos.

Le podrán trasquilar parte del robo, pero con lo guardado en un paraíso fiscal tendrá de sobra para vivir placenteramente el resto de sus días, una vez que recupere su libertad

Como ejemplo tenemos a Raúl Salinas de Gortari, a quien le rastrearon sus cuentas secretas hasta los bancos de Suiza. Perdió un fragmento de lo mal habido, pero hoy tiene la desfachatez hasta de presentar libros de su presunta autoría.

La única ganancia para el gobierno mexicano con Duarte es que podrá manejar, a través de la PGR los tiempos del proceso a su conveniencia. Lo que no es el caso de Tomás Yarrington.

Lo usará para las campañas políticas, pero le es imposible evitar que los demás partidos también le saquen raja política. Será un negro de feria.

Tampoco podrá borrar la percepción de que hay un pacto de impunidad, ni sentándolo en la silla eléctrica.

Mucha batahola, pero si acaso cae alguna nuez, será bofa, vana.

a_hugo16@hotmail.com

 

 

 

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