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HEMEROTECA

La Quincena No. 48
Octubre de 2007
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Director:
Luis Lauro Garza

Subdirector:
Mario Valencia

Mesa de Redaccion:
Tania Acedo, Luis Valdez

Asesor de la Direccion:
Gilberto Trejo

Relaciones Institucionales:
Abraham Nuncio

Coordinador de Cultura:
Adolfo Torres

Comunicación e Imagen:
Irgla Guzmán

Asesor Legal:
Luis Frías Teneyuque

Diseño:
Rogelio Ojeda

Fotografía:
Erick Estrada y Rogelio Ojeda

Ilustraciones
:
Chava

Distribución:
Carlos Ramírez

Internet:

     

 

Hace once años Monterrey vivió como ahora con el Fórum un aire de magnificencia. La propaganda oficial recalcó la exitosa conformación metropolitana después de cuatro siglos de enfrentar inclemencias y adversidades. La celebración legítima, necesaria, se hizo acompañar de reflexión y balance.

Muchas fueron las actividades programadas donde campeó el reencuentro con el pasado y el revire hacia el futuro; recuerdo, por ejemplo, el ejercicio prospectivo de Monterrey 2020 (veinte-veinte), estudio elaborado por académicos varios que vislumbraba a nuestra ciudad como metrópoli vanguardista al cumplirse esa fecha; y la convocatoria abierta para que la ciudadanía pudiera trascender vía el depósito de objetos personales, o escritos particulares en la Macroplaza, en un Cilindro del Tiempo adaptado para ser desenterrado 50 (¿o cien?) años más tarde.

Septiembre de 1996 fue un mes conmemorativo, que a diferencia de la fiesta pueblerina donde la buena cosecha se ofrenda, aquí se vivía una suerte de crisis y desamparo: caída del gobernador, cruda por el encantamiento-deslinde con el “paisano” Salinas, proliferación de deudores insolventes como secuela del “error de diciembre”; el ánimo festivo impulsado a contracorriente, celebración rimbombante en tiempos infaustos.

Una década después la historia no se repite, se revuelca: el Fórum Universal de las Culturas, una patente española políticamente correcta, que arrastra consigo sinsabores de la barcelonesa edición inaugural, se convierte en el pancracio doméstico más apetecible para los medios, los políticos y los espíritus atolondrados que le dan sabor al caldo. Imposible esperar más de una sociedad carente de pactos mínimamente equitativos, civilizados, de respeto al prójimo, del cuidado de nuestro entorno.

El Fórum se convierte en un kiosco de ocasión, en un tiovivo que a veces se le ve en paquete, y en otras de pieza en pieza; ¿qué nos dejará el evento aparte del Paseo Santa Lucía?, suele ser la pregunta del espíritu material-pragmático; pero es obvio que el Fórum nos heredará muchas cosas más, así sea la experiencia específica de cómo y con quién no proyectar y ejecutar eventos dirigidos hacia y en nombre de la dirección y el objetivo equivocados. Q

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