LAQUINCENA 50
Luis Lauro Garza
Como su nombre no lo indica, La Quincena es una revista mensual. Adscrita a la era del calentamiento global , y al impacto dubitativo del trastorno bipolar , la cuestión temporal merece una precisión inicial: adecuamos la periodicidad más por los problemas de publicidad-distribución-producción, que por la intención de partir por la mitad la ya de por sí deteriorada Pinchena , como algunos, cariñosa o maliciosa mente, según sea el caso de amigos o malquerientes , riman la sonoridad de nuestro sello editorial. En su origen, marzo de 2003 , La Quincena consignó bajo su cabezal las temáticas insignia: “política”, “humor” y “gastronomía”. Con la alusión humorística pretendíamos “imprimirle un tono desenfadado al conjunto de la revista, sin perder el rigor, la claridad, o el dato preciso…”; además de que “el condimento de nuestro guiso editorial (sería) la confección creciente de platillos visuales, brebajes y potajes, aromas y maromas, armonías y sinfonías”. Ya para el número 5 los ajustes se evidenciaron en varios frentes: la periodicidad pasó a ser mensual, el humor y la gastronomía fueron sustituidas por las más evidentes de “sociedad” y “cultura”, el tamaño legal (a la Rolling Stone ), se estandarizó en formato carta; y el equipo hacedor se renovó. Con estas modificaciones, La Quincena reforzó su condición de producto híbrido , que arrastra consigo un malentendido en nuestro medio: “es una revista cultural ”, dice la clase política acostumbrada a la lectura de medios impresos repletas de fotos de gobernantes y políticos; “es una revista política ”, reviran los escritores y artistas que pintan su raya con la rayana realidad, y la desearían, casi en exclusiva, volcada al texto de ficción o al ensayo estético. A lo largo de casi cinco años, hemos insistido en un horizonte en donde se amplían y cultivan puntos de encuentro, vasos comunicantes entre la causa y el compromiso , con el goce y la sensibilidad; fusión de pasión y razón en lo posible. Vivir fuera de la capital en un país de tradición centralista marca la diferencia en muchas cosas: aquí uno no se puede dar el lujo de encargarse en exclusiva de la edición, producción y publicidad, contando de antemano, como en el DF, con la distribución asegurada en los kioscos . Por una sencilla razón: en Monterrey los puestos de periódicos y revistas no existen, o son rarísimos. Y eso determina en principio el cuello de botella perverso de la lógica mercantil. El nuestro es un proyecto alejado del patrocinio público, el emporio privado o la institución educativa. Y el desafío aquí es cómo, siendo independiente de ellos, al mismo tiempo establecer un vínculo, así sea el mínimo necesario, aquel que pudiera abrir la viabilidad definitiva a estrategias como la nuestra. La Quincena reúne las voces de tres sectores vitales: académicos , periodistas y escritores . La concepción de origen insiste en hacer una revista con sede en Nuevo León, pero dirigida al amplio público (la página web , de reciente creación, va dirigida en ese sentido). El valor de lo local en su dimensión universal . A partir de ahora, cerramos un ciclo. Y haremos los ajustes, el afine de tuercas necesario para relanzar el proyecto editorial hacia objetivos más ambiciosos . 50 números después , heme aquí ante ustedes, leyendo a revista abierta, el balance del numeral.Q
|
||||
La Quincena No. 50
Internet: |