Estoy inscrita en una lista en línea que reúne a padres con hijos discapacitados. De ella regularmente recibo correos de todas partes del mundo. Algunos emails son de nuevos miembros que encontraron este sitio y se adhieren para sentirse acompañados ante el reto que significa la crianza de un hijo que desde que nace lo tiene todo en contra. En estos correos también compartimos nuevos tratamientos, terapias, métodos alternativos y artículos colindantes, pero más que nada conversamos para hacer más llevadero el compromiso que implica luchar día a día para sacar adelante a un ser querido con desventajas físicas o mentales.
Hace unas semanas le di la bienvenida a un nuevo miembro que desde Madrid, España, nos invitaba a visitar el blog que había creado para su niño Javier. Su blog, Alas de Plastilina, está lleno de apuntes sobrios y profundos en los que conversa con el pequeño Javier sobre el entorno de la vida, “la diaria pelea”, como él lo llama. Lo sorprendente es que repasando su listado de links de blogs preferidos me encontré con uno: Mi alma en letras, que resultó ser nada menos que de Nancy, una ingeniera civil de Monterrey.
En esta aldea global los vecinos de las cinco esquinas del planeta después de la diaria jornada sacan la mecedora al anochecer y se ponen a platicar de cómo les fue en el día. Sólo que esta ancestral y saludable costumbre en que se salía al porche a despejarse un rato, tomar el fresco y comentar el acontecer del mundo, ahora se hace en portales en línea en la soledad de una habitación, sin familiares o vecinos que interrumpan. En este privado ejercicio de camaradería, a pesar de ponerte a entablar contacto con personas que jamás has visto en tu vida, la interacción que se da es bastante enriquecedora. Cada vecino en este barrio mundial tiene su listado de lugares favoritos a quienes también puedes visitar y así el esparcimiento se vuelve ilimitado.
A diferencia del repaso de las últimas noticias del vecindario desde la poltrona de mimbre, esta modalidad interactiva no se limita a echarse el chal por horas escudriñando la vida privada de los lindantes residentes de la cuadra, sino que en estos blogs anchos y ajenos, como en un ameno caleidoscopio, nos enteramos por múltiples cronistas invaluables de cuáles son las costumbres y las vivencias de personas que habitan en los rincones más lejanos de nuestra canica azul. Los mexicanos y mexicanas que viven en el extranjero, sólo en los Estados Unidos una cuarta parte de la población total de nuestro México, tal vez por el azote de la dulce nostalgia, han creado una abundante cantidad de blogs en los que narran amenamente sus éxitos y desventuras.
Entre mis hallazgos de pórticos encantadores brilla Kerubina en su blog Monterrey, del otro lado del charco. Esta regiomontana, psicóloga egresada de la UANL, en su galería virtual nos narra cómo discurren sus diarias vivencias en Suiza. Casada, lo dice ella misma, con un suizo con alma de mexicano y apariencia de güero de Allende creó su blog para “no dejar que se oxiden mis neuronas entre la educación de mis hijos, el trabajo doméstico y los miles de corajes que paso en estas tierras chocolateras”. Otra regia que ha construido un portal placentero: De piratas y otras historias, es Elizabeth Hernández Quijano, residente en Huesca, España.. |
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