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14 de mayo de 2010
15diario.com  


 

ORQUÍDEAS EN LA TRINCHERA

Activista contra la violencia de género

(Entrevista  con Alicia Leal)

Roberto Guillén

gDe pronto una lágrima asoma en los ojos de Alicia. Surgen desde el alma de una mujer que ha conocido el dolor de muchas y el reportero alcanza a percibir la titánica tarea que ha emprendido. Ella representa la versión femenina de aquel atlas que carga el mundo en su espalda. Pero el dolor de Alicia  va más allá de sus palabras. En sus lágrimas intento traducir una plegaria existencial que reclama un ¿por qué tanta violencia contra nosotras las mujeres? Se trata de Alicia Leal, fundadora del Centro nacional de refugios, una valiosa puerta para todas aquellas que sufren el error de haber caído en los pantanos del machismo recalcitrante.

 

¿En qué momento te surgió la vocación de luchar contra la violencia de género?

Cuando estaba haciendo mi servicio social para graduarme de la carrera de pedagogía, hice mi servicio social en un centro de atención a víctimas que ahora se llama Copavide. Hice el servicio social en el área de educación y programas preventivos. El asunto es que estando ahí lo que veía con frecuencia era que la sala de espera estaba llena de mujeres, de niñas, de niños y que estas personas no tenían realmente muchas oportunidades de acceder a la justicia, o sea, el acceso a la justicia estaba muy limitado. Ni siquiera era un delito la violencia contra las mujeres en el 96. Y hablando con la directora de ese centro y después, teniendo la oportunidad de viajar a un congreso internacional sobre salud, en donde el tema principal era la violencia contra las mujeres y la atención a pacientes con VIH, sida. En ese congreso, en Washington, cuando hicimos una presentación del centro de atención a víctimas, la pregunta era ¿Y dónde están los refugios para mujeres? si el 98% de las personas que se atienden en esos centros son mujeres, ¿dónde están los centros de refugio para mujeres? La directora del centro de atención a víctimas dijo, pues no, no hay en México, por falta de voluntad política, porque son proyectos muy costosos, son programas que no lucen, digamos, políticamente hablando.

 

La subcultura de los eventos de relumbrón, apurados para treparse a otra esfera de poder…

Desgraciadamente ahí es donde ves la falta de políticos con calidad de estadistas, porque un estadista ve la promoción de políticas públicas con una visión a largo plazo. En México desgraciadamente ya no hay eso. Buscan nada más programas que tengan de aquí a un mes, algo que puedan sacar en los medios, que puedan anunciar con bombo y platillo. Estos tipos de programas, estos centros de refugio que brindan protección y atención a mujeres y niñas, víctimas de violencia de género, pues no les sirven mucho para estos fines. ¿Por qué? Porque tienes por humanidad, por ética y por ley proteger la identidad de las víctimas, tienes que proteger la confidencialidad de sus casos, tienes que respetar las necesidades y las decisiones que ellas vayan tomando respecto a su vida y por tanto, pues no es un programa en el que puedas sacar 200 o 300 niñas de una escuela o de un hospital sonriendo, después de un tratamiento de (inaudible), por ejemplo. Estas lesiones, estos daños de la violencia psicológica, física, sexual, económica, patrimonial, moral, no se notan a veces, tanto. Se nota cuando ya están en un hospital, se nota cuando ellas ya mataron a alguien, se nota cuando un niño defendió a su madre y mató a su padre. Se nota cuando la mujer ya está asesinada.

 

Qué tan grave esta la situación, que pululan casos de albergues infantiles, en los que hay niños desaparecidos, como es el caso de CAIFAC. ¿qué está pasando con estos centros, donde supuestamente son los paradigmas para atender a esta infancia desprotegida?

Ese es uno de los grandes temas en materia de políticas públicas porque que el estado, su obligación, su misión es ser rector de la asistencia y del bienestar de la población, de ti, de mí, de nuestras familias. Eso es lo que hace que un estado, per se, se convierta en patria. El estado no ha estado velando, las autoridades, ni federales ni locales, han estado aplicando normas oficiales, no han estado aplicando leyes. Y esto hace que estos centros de albergue se conviertan en centros de oportunidades que tienen otros intereses, pueden ser intereses económicos: vender niños en adopción; que el mercado negro es muy amplio y se paga bien. O venderlos con fines de explotación sexual, de explotación laboral, de esclavitud doméstica. Entonces, este tipo de negocios, que son parte del crimen organizado, trasnacional, deja mucho dinero. Y cuando el estado mexicano no aplica las leyes y deja fisuras en las normatividades; no supervisa adecuadamente. Entonces los criminales pueden entrar en esos lugares, revestidos de bondad.

 

Y con relaciones de primer nivel

Así es. Porque recordemos que es crimen organizado. Y cuando tú hablas con crimen organizado, la diferencia con delincuencia común, es que el crimen organizado, estos grupos están relacionados y vinculados con la protección en las esferas políticas

 

Son redes de poder

Exactamente. Eso es lo que hace el crimen organizado, sino serían delincuencia común

 

Pandilleros de poca monta

O grupos de tratantes de personas, pero sin protección por parte de las autoridades

 

Sin red de protección

Exactamente; pero acá sí hay redes de protección y se van filtrando, van mintiendo, presentando su mejor cara. Y esto hace que las poblaciones más vulnerables, como en este caso que tú mencionas de CAIFAC, los niños y las niñas, de estas 41 casas que pertenecen a esta iglesia cristiana restaurada, en todo el país, pues estén en un alto grado de vulnerabilidad.

 

Háblame de Alternativas Pacíficas, ¿cuándo empieza? ¿Qué ha significado para ti estar desarrollando esta ardua tarea en Monterrey?

Cuando iniciamos en el 96, te puedo decir que, una compañera de Texas, que llevaba 15 años trabajando en un refugio, me dijo, ¡Ay! Alicia tu vas con mucha fuerza, con mucha buena fe, pero tú no tienes una idea de lo que te vas a enfrentar. Y yo le decía, claro que sí, la vamos hacer, un refugio para mujeres; y vas a ver, se va a poder. Y ella se me quedaba viendo con sus ojos claros. Y se quedaba callada, como queriendo decirme algo más, pero no se atrevía. Y qué bueno que no lo hizo, porque si me hubiera dicho a lo que me iba a enfrentar probablemente no hubiéramos iniciado este programa. Iniciamos la organización en 1996, prácticamente en 1995 iniciamos la planeación estratégica. Cuando yo escuché que la directora de este centro de atención a víctimas, que es del gobierno del estado dijo, el gobierno no va a poder impulsar esto desde adentro. Entonces algunas amigas y yo decidimos, vamos a formar un organismo civil y vamos a ser una prueba piloto, un programa piloto. Conseguimos una pequeña casa en comodato, en el centro de la ciudad, como centro de atención externa. Y conseguimos otra casa, también en comodato, en ese momento por gente de otro organismo civil de la Asociación San Gilberto, que nos puso en comodato esta otra casa, que fue el primer centro de refugio para mujeres con atención multidisciplinaria.

 

Para los que desconocen estos refugios de atención, ¿en qué consisten sus tareas?

Mira, se les brinda atención a mujeres, niñas y niños que estén en situación de violencia, ya sea familiar, ya sea sexual, cualquier otro tipo de violencia por el hecho de ser mujeres. Y a estas mujeres se les atiende con profesionales en derecho, son abogadas, especializadas en lo familiar y en lo penal. Son trabajadoras sociales especializadas en violencia. Todas están especializadas en violencia de género y tienen en todos los programas la perspectiva de género en sus procedimientos y en sus procesos. Trabajadoras que son abogadas, trabajadoras sociales, enfermeras de tiempo completo, psicólogas para mujeres, para niños y niñas y adolescentes. Tenemos guardias de seguridad. Tenemos tres personas en cuestiones administrativas. Choferesas entrenadas para el manejo de los envíos y traslados en casos de alto riesgo. Tenemos también educadoras, para los niños que no pueden salir a las escuelas, puedan seguir el programa educativo y no abandonen el ciclo escolar en el que están y que no pierdan el año. Tenemos acuerdos con varias instituciones públicas, con instituciones privadas. Y tenemos mucho apoyo, hemos ido construyendo, me parece, buenas redes de apoyo en la comunidad, tanto local, como nacional e internacional.

 

¿Cuántas mujeres atiende Alternativas Pacíficas al año?

Yo te puedo decir que hasta diciembre del 2009, entre 1996 y 2009 atendimos un poco más de 65 mil mujeres, niñas y niños. Ha habido años, cuando tenemos todos los recursos, para brindar los servicios, todos, todos. Hemos atendido casi 12 mil personas, directamente en servicios, aparte lo que se hace en cuestión de trabajo en la comunidad de pláticas y talleres, de capacitación, todo eso es aparte. Nada más en servicios directos han sido destinados a 65 mil mujeres, niñas y niños y un poco más. Cuando hemos contado con todo el apoyo del gobierno federal, cuando hemos contado con todo el apoyo del gobierno estatal y con todo el apoyo de la comunidad, hemos atendido hasta 12 mil personas. El año pasado atendimos un poquito más de 3500, pero porque hemos tenido que ir reduciendo los servicios. No todos los años contamos con la voluntad política, no todos los años los donantes y las personas que dan donativos privados, tienen la capacidad o la posibilidad de dar. Y este es un programa que hay que entender, no es un proyecto, es un programa continuo que trabaja los 365 días del año. Es como si te dijera, ¿para qué vas a tener 100 camas si no las tienes llenas todo el tiempo? Y yo les digo, ¿para qué tienes un hospital con mil camas en una ciudad de tres millones de habitantes?

Por lo mismo, porque se puede necesitar. Y esperamos que no se necesiten tantas, pero la mayoría de las veces los centros de refugio, tenemos ahorita, dos casas de refugio, un centro de atención externa, que es donde estas. Y estamos por recibir otra casa en donativo. Donde abriremos una empresa productiva, con el objeto de generar recursos para la organización. Hemos estado trabajando en ese proyecto desde el 2008, a raíz en la baja de los recursos federales y estatales, y en la fluctuación. Ha sido como todo un proceso. Y tú me preguntabas, ¿qué ha significado trabajar para ti en Alternativas Pacíficas? ¿trabajar en este movimiento? Bueno, pues, para empezar, ha sido años de mucho aprendizaje. Han sido años en donde he tenido la posibilidad de ver toda la miseria humana, en su peor expresión. Y también he podido ser testiga de toda la divinidad humana; donde cientos de mujeres, cientos de hombres se unen a esta causa y trabajamos y hacemos y construimos a pesar de. De pronto parece que el esfuerzo es ya imposible de continuar, o no es viable o no lo vamos a poder sostener y en el momento en que estamos a punto de claudicar se abre una nueva puerta, se acerca una persona, se brinda el apoyo y de alguna manera vamos saliendo. Las compañeras que trabajan aquí, de tiempo completo...te digo, ha habido hasta 41 personas en staff, y ahorita actualmente son 30 personas de tiempo completo en la organización. Yo ya no estoy de tiempo completo. Tuve la dirección, fui presidenta fundadora y después fundé la red nacional de refugios, convocando a otras compañeras de otros estados. Dirigí la red nacional y me salí en 2005 por cuestiones de seguridad. Y ahora me dedico a asesorar programas de este tipo y a acompañar a mis compañeras que están aquí de tiempo completo, que te digo, brindan su tiempo más allá de recibir un sueldo, que es bastante mínimo para lo que deberían de percibir por el trabajo que hacen, pero lo hacen porque creen también en esta causa y confían en que lo poco que logremos hacer está generando una luz. 

 

En un cuadro que tienes en la pared, leí esta frase:

Estamos aquí para ayudar a cada mujer a descubrir que puede encontrar su poder personal, no para empoderarla artificialmente. ¿cómo explicarías este pensamiento?

Fíjate que en algunos casos, el dolor de acompañar a una mujer, escuchar todo lo que ella ha vivido, nos lleva a las personas a que se detonen mecanismos de defensa, en donde tú que la acompañas empiezas a minimizar lo que le está pasando o le quieres dar soluciones fáciles o la quieres rescatar de alguna manera que no…y le dices que a la mejor si se pinta el cabello y si se arregla más y si baja de peso, ella se va a sentir mejor. Y te digo porque yo he escuchado que hay gente que les dicen esto no. Aquí llegan y en el refugio lo primero que hacemos es las arreglamos, les pintamos el cabello, las enseñamos a maquillarse. El problema no es que sean bonitas o feas. Aquí el problema es que hay un abuso flagrante a sus derechos. Empoderar este asunto, de la perspectiva de género, donde se habla tanto del empoderamiento personal, el uso del poder personal de  cada persona para ejercer su derecho a ser feliz, para ejercer su derecho a trabajar de manera digna, para ejercer su derecho a educar a sus hijos e hijas para protegerlas, para darles casa, sustento.

A veces la gente que no ha comprendido bien, este asunto del uso de tu poder personal no te ha atravesado y lo tienes integrado en tus células, en tu espíritu, entonces, la gente cree que con dar un taller de autoestima a la mujer se va a poner de pie y va a salir adelante. O que por el hecho de maquillarse y bajar de peso o sube de peso, ya con eso se va a sentir mejor. Y no se alcanza a comprender que el poder personal va más allá de algo que tú puedas hacer por otra persona. Tu puedes acompañarla e irle brindando luz, en su camino para que ella decida a donde quiere irse, pero la decisión es de ella, los recursos deben ser de ella y cuando tu acompañas a una víctima de violencia, comprendes que a veces ella va a tener que tomar decisiones muy difíciles y esas decisiones tendrá que tomarlas ella, porque tu no vas a ser responsable de las consecuencias de las decisiones que ella tome. Es bien complejo, porque no se trata de rescatar a una persona…

 

A parte no se trata de una máquina, hay sentimientos encontrados

Exactamente. Se trata más bien, yo siempre les comento a mis compañeras y en los talleres de capacitación cuando trabajo, como facilitadora lo que les comento es  que…veo las historias del apagón que hubo en la ciudad de New York, y ese apagón, a mucha gente le pescó en la calle. Y la gente no encontraba el camino a casa, no sabían cómo regresar, pero la gente que ya estaba en casa, empezó a tomar linternas y desde las ventanas o desde las puertas alumbraban pedazos de banqueta en la calle, para que la gente pudiera encontrar el camino a casa. Y creo que las facilitadoras, las personas que estamos acompañando a víctimas de violencia, somos eso, personas que deben permanecer y estar, bien en el centro de nuestra casa, bien en el ejercicio de nuestro poder personal, desde nuestra paz interior, para desde ahí, con esa luz que podamos tener, alumbrar ese pedacito de calle, ese pedacito de camino, por donde va cruzando esta mujer, que ahora va por aquí enfrente, pero ella tendrá que encontrar su casa, tendrá que encontrar su centro interior y tú lo único que puedes hacer es decirle, mira, a mi me ha funcionado por aquí, a mi me ha funcionado por acá y aquí  está esta luz que yo puedo brindar. Tal vez no sea por aquí y tal vez sea por otro lado, pero en lo que pueda servir, aquí está. Y por eso esa frase que está hecha por sobrevivientes de violencia y por gente que ha trabajado como sobreviviente, en el acompañamiento a otras mujeres, que están en este proceso de ser víctimas a ser sobrevivientes, que esa es la finalidad del objetivo de una organización como esta. Sabemos que las víctimas de violencia cuando llegan aquí tienen mucho poder, muchos recursos, porque llegan vivas, las que no llegan vivas no tienen esos recursos, no los tuvieron a tiempo. Y las que llegan vivas, entonces a veces no ven sus recursos, están tan cansadas, tan devaluadas, les han dicho por tantos años que no sirven para nada, que son de lo peor, que son las culpables de todo lo que está pasando, que la gente termina por creérselo. Cuando llegan aquí nosotros lo que hacemos es, descubrir con ellas, oye yo veo que tú tienes estos recursos, que has sido fuerte, valiente, que has encontrado la salida para llegar a pedir ayuda. Y todos esos son recursos personales. Y empezamos a ver la forma en que ella pueda ver la forma de visualizar esos recursos. Pueda encontrar su fuerza interior, para des ahí, salir adelante, encontrar su camino y regresar a donde ella quiere regresar, es decir, en un lugar donde ella pueda estar en paz, donde pueda tener el ejercicio pleno de sus derechos  como persona.

 

¿Este binomio del silencio-miedo qué y tan pernicioso es para la vida social, afectiva, sentimental de una mujer?

Es mortal. El miedo te ayuda a sobrevivir, es una herramienta poderosa, porque te ayuda a detectar dónde están las señales de alerta, te ayuda a definir dónde tienes qué tener cuidado. El miedo es parte de los instintos. Nunca debemos perderlo. Y hay que agradecer, siempre que sentimos el miedo. Hay mujeres que llegan y te dicen, es que lo que yo quiero es vivir sin miedo. Y yo les digo, el miedo te ha llevado a sobrevivir. Cuando ves entrar una serpiente a una habitación donde estás, sientes miedo. Y ese miedo es el que te ayuda a correr o a tacar a la serpiente, antes de que ella te ataque a ti. Y ese miedo es el que te trajo, te ayuda, lograste salir. Pero cuando el miedo, es tal que te paralizas, sin duda la serpiente te va a morder. Dependiendo del grado de veneno, te puede matar y más si esa inmovilidad nadie la nota, tú la camuflajas.

 

¿De qué manera te han enriquecido todas estas vivencias de cara a la convivencia a tus hijos y tu esposo, de tal manera que puedas detectar alguna situación negativa?

Pues fíjate que me ha servido mucho para dimensionar lo que realmente es un problema y lo que no. De pronto me parece que, como dice Eduardo Galeano, en realidad lo que cuesta trabajo es la alegría, porque a la tristeza ya estamos acostumbrados … mhgg…

 

De pronto una lágrima asoma en los ojos de Alicia. Surgen desde el  alma de una mujer que ha conocido el dolor de muchas. Y el reportero alcanza a percibir la titánica tarea que ha emprendido una Mujer. Ella representa la versión femenina de aquel atlas que carga el mundo en su espalda. Pero el dolor de Alicia  va más allá de sus palabras. En sus lágrimas intento traducir una plegaria existencial que reclama un ¿Por qué tanta violencia contra nosotras las mujeres?

…y cuando ves la vida de otras mujeres, y ves todo lo que han estado pasando, realmente dimensionas, dimensionas y das gracias…

 

Te vuelves más profunda humanamente, más sensible, más fuerte…

Probablemente más fuerte, pero la fortaleza también requiere vulnerabilidad, porque si no te quiebras…perdón…

 

Las lágrimas continúan emergiendo, mientras el reportero intenta desesperado con la mirada localizar un pañuelo para ofrecerlo a la Mujer que ha decidido pelear contra la violencia de género…

En estos días hemos atendido varios casos muy complicados y bueno, yo por eso ya no estoy en la dirección, porque el dolor siempre es difícil manejar. Sobre todo cuando ves niños maltratados, lesionados. Este trabajo ha sido un buen ejercicio para permitir que la vida te atraviese completa y a veces duele y a veces es el gozo; digamos que, las emociones son más intensas, por lo mismo. Porque no puedes dejar de sentir el dolor de los demás. Creo que en el momento en que lo dejas de sentir, en ese momento no puede ya servirte de mucho en este  tipo de trabajo. Yo puedo ser una persona muy estratégica, puedo ser una persona muy pragmática. Lo que no he logrado, tal vez lo logre, es que el dolor no me atraviese, esa  es la parte complicada. He conocido mujeres que trabajan en refugios de todo el mundo y todas, básicamente, hablamos de este dolor, que es cotidiano; y del gozo también, porque cuando ves  salir a una mujer, que entró de rodillas y la ves salir de pie, fuerte, con sus hijos, con un proyecto de vida, una vez que ya están seguras de que tienen derecho a la seguridad, en ese momento dices, bueno ya valió la pena ¿no?

Hace poco me encontré a un chiquito, que fue los primeros casos que llegó este niño con su mamá al refugio. Este chiquito tenía serios problemas de conducta, estaba preadolescente y él relataba en sus juegos y en sus cuentos y en la atención psicológica…me lo llegó a decir a mí, sin pena, que él lo único que quería era matar a su papá, salir y matarlo. Y que él para eso se iba hacer pandillero. Yo le decía,  ¡hay! A mí me va a dar mucho miedo que seas pandillero, me va a dar mucho miedo encontrarte en la calle. Y dijo, no, porque a ti no te voy hacer nada; porque tu nos has ayudado, yo se que tú no eres mala, no nos vas a ser daño…

 

Me estás dando la explicación de lo que está pasando con los miles de jóvenes que mueren en el narcotráfico

Exactamente. Yo le decía, bueno, si no fueras pandillero, ¿qué otra cosa querrías hacer? Y me dijo, ah, entonces yo quisiera ser paramédico. Y lo encontré hace poco en una reunión. El chico está bien, ahora tiene 25 años. Fue uno menos que está en las calles haciendo daño. Ahorita quieren componer la violencia que hay en las calles, pero no han comprendido que muchos de los niños que están en situación de calle, muchos de estos niños, sicarios, que están siendo entrenados y reclutados por estos grupos criminales, son niños y niñas que no han tenido la oportunidad de tener la protección en casa. La buena fortuna, digamos, de ser  niños y niñas con esta protección, con las que debe vivir y crecer todos los niños y las niñas mexicanas. Entonces, tu quieres decirle ahorita, a un niño de 11 años que ha vivido viendo a su madre, con una escopeta en la cabeza, que la visto sometida por años, desde que creció. El niño no se va a querer identificar con su madre, cuando ella es la víctima que está tirada en el piso. El niño, para sobrevivir, se tiene que identificar con el fuerte, con el agresor. Y si el agresor ya fue cooptado por el crimen organizado, o trabaja en la delincuencia, el niño se va a querer identificar o va  a querer ser como él, porque es lo más seguro, cualquier ser humano, cualquier animal se identifica con los grupos de poder. Mientras el estado y los políticos no tengan la visión de estado, pues por más que quieran meter a todos los militares del mundo; por más que quieran hacer todas las cárceles del mundo; por más que quieran poner todas las canchas de futbol, la gente no va a sobrevivir con respuestas simples. La gente requiere de fondo, solucionar problemáticas graves que están sucediendo. Y en la base de esas problemáticas está la violencia contra las mujeres. Porque las mujeres somos más del 50% de la población en México y en el mundo; pero ese porcentaje, esa población de mujeres que está sometida. Se habla que de un 60 a un 70% de las mujeres en México viven alguna forma de violencia. Y eso es lo que nos dicen las estadísticas. Pero si tú te pones a observar y haces otro tipo de estudios, por ejemplo en Brasil, el 97% de las mujeres son víctimas de violencia sexual, es decir, casi todas.

Tenemos que encontrar la forma de reconciliar y de trabajar por la justicia y la equidad para las mujeres, si queremos que estas mujeres sean ciudadanas de primera, que puedan formar, criar y educar ciudadanos de primera. No les puedes pedir a las víctimas…hay gente que dice, ya no debemos hablar de las mujeres como víctimas y yo digo, debemos seguir hablando de las mujeres como víctimas de violencia . Tenemos que entender que no somos una población vulnerable per se ; pero somos una población vulnerada por la cultura, en donde se está fomentando, promoviendo y garantizando el ejercicio de la violencia, de una forma estructural, sistemática. Sigue pasando y está pasando todos los días. Y en este México en el que estamos ahora, estamos viviendo una situación de guerra. La guerra contra el narcotráfico no es una guerra entre cárteles, es una guerra que está viviéndose en las poblaciones rurales y en las poblaciones urbanas. Es una guerra que estamos librando todos y todas. Y nada sabemos si al salir de aquí te va a tocar una bala perdida y tú lo sabes. No es una guerra en donde la población civil esté involucrándose; estamos involucrados todos. El problema es, que en esta situación de guerra, como en cualquier otra guerra los cuerpos de las niñas, los niños y las mujeres, también son botín de guerra. Esto que estamos viviendo ahora, no se está documentando. Se sigue silenciando. Y cuando una mujer va y reporta que su esposo tal vez pertenece al crimen organizado, lo primero que se preguntan las autoridades es, tal vez esta señora se quiere divorciar y se está vengando, y no la toman en serio. Le dicen, regrésese a su casa y cuando el señor esté ahí y el señor tenga las armas ahí y estén los demás, nos habla. Y ella dice, no, yo no me regreso ahí porque me va a matar…pues sí, ha sido un caminar muy intenso. Ahora estoy en los proyectos productivos de la organización, asesoro al equipo, que es un equipo muy capaz, de profesionales y mujeres muy comprometidas. Es gente que día a día está construyendo esperanza.

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