547 28 de mayo de 2010 |
Nostalgia de las seis Vidal Medina Mi erección terminó cuando supuse que a esta hora, en dos lugares distintos de Madrid, dos tíos distintos se estarían follando a mi ex mujer y a mi novia, si a algo como eso se le puede llamar novia. La chica del video está bastante buena, pero el tipo se la folla mal, tío, muy mal…
Son las cuatro de la mañana y estoy en un departamento de prestado. Aunque parezca mentira todo en esta vida es de prestado. Alguien gritó mi nombre. Eso me despertó. Lo único productivo a esta hora es ver algo de porno, hacerse una paja y volverse a dormir. Sin embargo mi erección terminó cuando supuse que a esta hora y en viernes, dos tíos distintos se están follando a las mujeres que alguna vez follé y que nunca más tendré en mi cama. En efecto, hoy Rita me llamó para que cuidara al crío, ¿en viernes? Claro que no, le dije, tengo un compromiso, y el crío fue a parar a casa de mi hermana y ella con un tío que se la está follando. Por otro lado María, mi novia, si a algo como eso se le puede llamar novia, acaba de conocer a un escritorsete de segunda que la tiene faroleada. Me dijo que hoy saldría con ese tipo. Habrase visto a semejante sinvergüenza. Si yo fuera ese tío no estaría hablando de literatura a esta hora con una mujer como María, de hecho a esta hora en Madrid, en viernes, lo mejor y más productivo que se puede hacer con una mujer es llevársela a la cama y follar.
Quizá el grito que me despertó fue el de mi novia gritando mi nombre mientras el escritorzuelo la lleva al clímax. Supongo que debería estar contento de que traten bien a mi nena. Yo hubiera estado dispuesto a tratar bien a una chica que vi en la calle hoy. Era rubia y de pelo rizo, cubana. Estaba sentada justo frente a mí en un café del centro. Un café que es frecuentado por chicas como ella y por otras que con gusto también trataría de la mejor manera. Pero hoy fue ella. Lástima que sus amigos no contribuían en nada a nuestro acercamiento. Si yo hubiera sido uno de sus amigos le hubiera dicho, mira a ese tío que se te queda viendo y me hubiera invitado a sentar con ellos, pero ya no existen esa clase de personas. En Madrid se acabó la cortesía desde no me acuerdo cuándo.
Mi erección terminó cuando vi la imagen de la rubia y vi a Maria y a Rita, gimiendo de placer. Ninguna de las dos es rubia, pero el poder de la imaginación es mucho. Ni siquiera puede uno seguir pensando en sexo. Lo siguiente, después de corroborar que está amaneciendo y no hay manera de arreglar tu situación, es la nostalgia.
De haber hablado con la cubana la estaría follando hoy en mi cama y no me estaría lamentando no ser yo el que esta noche enchufe el culo de María o de Rita. Las únicas dos mujeres que me han dicho que me quieren y me lo han probado con muchas cosas a través de los años, entre ellas la paciencia… Ahora que las veo follar con otros tíos, (porque las puedo ver) pienso en lo culero que se siente. No puedo conciliar el sueño. Alguien gritó mi nombre, lo juro, pero la calle luce vacía, acaso se escuchen los gemidos de Rita o de María, ¿estarán cerca?... ¿le estaría metiendo la verga el escritorzuelo a María justo en el momento en que me desperté?, y si es así, nada cambiará las cosas…
Tal vez ya han terminado de follar y duermen o quizá sólo estén fumando cigarrillos, satisfechos de haber obtenido cada uno lo que quiso. Quizá hagan planes para el futuro, es un momento propicio para hacer planes… Rita está en buen momento para rehacer su vida…, y María ha quedado enamorada, esta noche, de las palabras mareadoras del poeta de segunda con quien se ha acostado, le ha gustado la manera estúpida de hacerla reír. En fin que todos han quedado satisfechos y eso debería constituir el final de este relato, pero la realidad es caprichosa y esto carece de lógica, como el borracho que pasa por la calle cantando las mañanitas, aunque seguramente él no cumple años, ni tampoco yo…pero tiene razón, ya empieza a amanecer y lo más importante en sábado, al menos en Madrid, es no pasar la noche sin follar. Así se acostumbra desde no me acuerdo cuándo. Aunque hay tíos que no salen de casa, gilipollas solitarios que prefieren observar a los demás desde las ventanas de segundos pisos, creyendo que eso los pone en un lugar aparte, donde son queridos por mujeres que se follan a otros tíos, pero sencillamente no tienen compañía y se hacen pajas mentales, porque es lo único productivo que se puede hacer en un Madrid ficticio, hecho de pura soledad y café cargado, de videos porno donde no saben follar y de nostalgia. La puta nostalgia de las seis de la mañana, tío. Para compartir, enviar o imprimir este texto,pulse alguno de los siguientes iconos: ¿Desea dar su opinión?
|
|