APUNTES DE UN HINCHA

Mundialista De la Fuente

Gerson Gómez

Decidió que la mejor manera de aliviar sus penas, la de subir de puesto y ligarse a la asistente del director general, era organizando un mundial de futbol, sólo que en el Nintendo Wii.

De la Fuente, como le dicen sus compañeros, o el 508, cuando pasa por su recibo de pago, en la ventanilla de recursos humanos.

Colocó el anuncio en el Facebook, Hi 5, en su mesangger, y hasta en Mercado Libre.

Podrían jugar, sin importar la latitud, el idioma, sexo, religión o color. En lo que sería implacable, como la FIFA, es en el horario.

Habría que elegir entre los 32 equipos participantes. De la Fuente, cuando el sorteo se efectuó, representaría a Honduras.

En la madre, ni en esto la vida es pareja. Pensaba que con Brasil, Argentina, Italia o Francia, haría un mejor papel. Pero Honduras, dios bendito, un pinche país bananero, que ni en el Wii, los jugadores son resistentes.

Próxima la fecha de inauguración, compró el libro de trucos para jugadores principiantes del  FIFA 2010 Nintendo Wii.

Hizo su mapa, de cómo llegar al famoso quinto partido. Escaló después de los tres juegos de grupo, al primer lugar.

En la siguiente ronda, el juego se decidió en penales.

Para cuartos de final, lo acompañaron en la sala de su casa, conectado el cañón y la pantalla, los vecinos de la cuadra.

Dos contragolpes letales, uno de David Suazo y otro de Carlos Pavón, le dieron entrada a semifinales.

El periódico amarillista, y de más venta en ciudad esponja, publicaron la entrevista del perfil de un ganador: la historia de De la Fuente. Primer mexicano en jugar la final de un mundial.

En la plaza mayor se conectó el Wii la cita pactada de la gran final.

De la Fuente, y toda la urbe, aquella que ha sobrevivido al Huracán PRIAN, con sus banderas de Honduras, blancas con azul, le dieron su apoyo.

Al otro lado del océano, en la preciosa Bucureşti, Costantin Krioski, después de una larga jornada como obrero armador, abrió la botella de vodka.

Solo, sin familia y sin novia, sentado en el desvencijado sillón polvoso, encendió su Nintendo Wii. Ha vuelto a llover, pensó.

Ya mero termina el mundial de Sudáfrica. Ojalá pronto comience la liga rumana.

Este videojuego ya me aburrió.

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