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11 de agosto de 2010
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Caballo blanco,

de Fernando Garza Quirós

Eligio Coronado

 

Agapito Treviño, un salteador de caminos nuevoleonés, fue elevado a la categoría de leyenda debido a la predisposición romántica de la gente. En Caballo Blanco*, Fernando Garza Quirós (Monterrey, N.L., 1931) descubre (en esta segunda edición de su libro, publicado por primera vez en 1996) algunas verdades en los papeles de la historia regional: que el bandolero no robaba para ayudar a los pobres, que no montaba un caballo blanco (origen de su apodo), que no vestía elegantemente y que no dejó un tesoro oculto en el Cerro de la Silla.

 

Tampoco era un asesino que mereciera ser fusilado como ocurrió en 1854, cuando tenía 25 años, en la Plaza del Mercado (hoy Hidalgo). Agapito (Guadalupe, N.L., 1829) era sólo uno más de los facinerosos de la época: “comenzó su carrera de asaltante, cuando tenía 17 años” (p. 8) y no amasó fortuna alguna: “Sus víctimas eran campesinos pobres o comerciantes clasemedieros, nunca hubo peces gordos” (p. 42). Además, en toda su carrera delictiva de ocho años: “Caballo Blanco nunca mató, y (…) solamente en dos ocasiones hubo derramamiento de sangre” (p. 18).

 

¿Entonces por qué la ignominia del fusilamiento? “Es posible que esto se haya debido a que el gobernador, el general Pedro de Ampudia, quiso demostrar con esta ejecución su deseo de imponer orden en una sociedad donde la delincuencia estaba desbocada” (p. XII).

 

Después se gestó la leyenda y, con ella, múltiples corridos, una radionovela (que luego fue libro), una película y hasta un émulo: “El fusilamiento (…) y otros hechos (…) desataron una inundación de corridos (…). Los más recientes surgieron en 1959” (p. 38). El primero, de Máximo Valencia, incluido en el libro, consta de un cuarteto y doce décimas (ver p. 45-49).

 

La radionovela fue escrita por el periodista y locutor Pepe Peña (José María Peña Fentanes) y se transmitió por la XET, en 26 episodios, del 2 de agosto al 29 de octubre de 1941. Desde entonces se ha radiado en Monterrey, cada dos años, unas cuarenta veces. Ese mismo año se publicó como libro en la editorial local Sultana con el mismo título: La vida inquieta y azarosa de Agapito Treviño, Caballo Blanco.

 

Cuatro años después (1945) se filmaría en Monterrey, Guadalupe y Santa Catarina la película Cuando lloran los valientes, con Pedro Infante como Agapito y la dirección y producción de Ismael Rodríguez. El guión, de Rogelio González, estuvo basado en la radionovela de Pepe Peña.

 

Finalmente, el émulo fue Porfirio Cadena, El Ojo de Vidrio, radionovela que incluso todavía hoy goza de mayor aceptación, aunque sea “un subproducto de la radionovela de Pepa Peña” (p. 39).

 

Es así como Agapito Treviño entró en la dimensión de los delincuentes venerados e idealizados como Robin Hood, Billy the Kid, Jesse James, Joaquín Murrieta, Chucho el Roto y El Tigre de Santa Julia, entre otros.

 

Fernando Garza Quirós. Caballo Blanco: Agapito Treviño, historia y leyenda. Villa de García, N.L.: Edit. Consejo Ciudadano de Villa de García, 2010. 63 pp. (Colec. Publicaciones del Consejo.)

 

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