m
609
24 de agosto de 2010
15l
Google
 


 

Época de oro de los profes de matemáticas

Héctor Franco Sáenz

 

Cuando no se conoce lo que ha pasado, las nuevas generaciones piensan que siempre las cosas han sido así, tal como están, lo que les ha tocado vivir, tal y como lo reflejó la encuesta “Mindset” (modo de pensar) que aplica una universidad de EUA cada año a partir de 1998, estudio que en este año arroja que para la mayoría de los jóvenes norteamericanos nacidos en 1980, “Beethoven es un perro y Miguel Ángel el nombre de un virus de computadora”, entre otras cosas aberrantes.

 

En el caso de la educación también es importante decir, que la crisis que se vive no siempre ha tenido las características actuales y a pesar de sus problemas ha conocido momentos luminosos, como es el caso en cuanto a la formación de profesores para las escuelas secundarias y preparatorias de la entidad.

 

Los hombres trascienden el tiempo por sus obras, y tal es el caso del maestro Humberto Ramos Lozano, cuya figura se engrandece con el tiempo, dado que funda la Escuela Normal Superior del Estado, hoy “Moisés Sáenz Garza” (en honor al ilustre educador que naciera en Apodaca), en octubre de 1961, como una de las primeras medidas de la administración del licenciado Eduardo Livas Villarreal como Gobernador del Estado, gobierno en el que Ramos Lozano se desempeñara como Secretario General de Gobierno.

 

En Nuevo León, las primeras escuelas secundarias empiezan a funcionar desde 1933, fundadas, por lo general según el número que le corresponde en cada municipio, pero en realidad, hasta los 60, eran pocas en el mismo Monterrey (alrededor de 10) y por lo general una, que se ubicaba en las cabeceras de los municipios fuera de la capital del Estado.

 

Hasta 1933 la educación secundaria (no existía la escuela secundaria) estaba a cargo del Colegio Civil, cuyos estudios de 5 años se dividían en dos ciclos, el secundario y el preparatorio, razón por la que hasta entonces quienes enseñaban en ese recinto eran universitarios o normalistas de los más avanzados, algunos que contaban además con estudios técnicos, como Joel Rocha, Antonio Moreno, José G. García, Plinio D. Ordóñez o Macario Pérez, por ejemplo.

 

Por esa situación fue que, cuando se crea la Universidad de Nuevo León, se menciona la creación de una “Normal Superior”, donde fueran a estudiar los egresados de la Normal Básica y a recibir la preparación que los capacitara para enseñar a los adolescentes que ingresaban a las secundarias recién creadas, pero las necesidades y hasta entonces exigua demanda, ya que la mayoría de la población no contaba ni con la primaria completa, la fundación de esa institución no se llevó a cabo, teniendo que ir a estudiar a México los profesores que se querían especializar en ese campo, más que nada en cuestiones psicopedagógicas para educar a los adolescentes.

 

Por cuestiones de la política, desde fines de los 40 y después de haber dirigido la Secundaria No. 1, Ramos Lozano se dedicó a ser (como él con orgullo decía), “maestro rural” en zonas de Tamaulipas y del Distrito Federal; regresa a Monterrey para participar en la Coordinación de Escuelas Preparatorias de la UNL, que llega a dirigir y vuelve a la Ciudad de México en 1958, para acompañar como Director General de Educación Secundaria de la SEP, a su titular, Jaime Torres Bodet.

 

Ramos Lozano, normalista con visión universitaria (dado que antes de concluir sus estudios en la Normal de Coahuila estudió en el Ateneo Fuente y en la Facultad de Medicina de la UNAM), de nueva cuenta regresa a Monterrey en 1961, año en que se funda la “Escuela Normal Superior del Estado”, dependiente de la Secretaría General de Gobierno, con el objetivo de formar a quienes ejercieran la docencia en las secundarias y las preparatorias de la Universidad, o sea en la educación media, niveles educativos que experimentaron una gran demanda, dada la expansión demográfica que se vivía y que provocó el acelerado crecimiento del área metropolitana.

 

Para ingresar a esta institución se requería contar con estudios oficiales de Normal Básica, al menos con 5 años de servicio, o con una carrera universitaria. Quienes provenían de la Universidad deberían de cursar lo que se denominó, un año de “Pre-Normal”, para luego optar por algunas de las áreas de las distintas especialidades. La acreditación oficial de estos estudios es la de “Maestro en Educación Media”.

 

Con la puesta en marcha de la Normal Superior inició una de las experiencias más valiosas en cuanto a formación de profesores, con influencia no sólo en Nuevo León, sino en muchos otros estados del país, experiencia que logró demostrar que la ciencia y la docencia no son incompatibles, porque se supo conjugar el saber con la enseñanza en las diferentes disciplinas. Ejemplo de ello fue lo que pasó, particularmente, con la formación de profesores para la enseñanza de las Matemáticas.

 

Para darnos una idea de la dimensión de las cosas, de entrada tenemos que el fundador y primer Jefe del Departamento de Matemáticas de la ENSE fue el ingeniero Roberto Treviño González, ingeniero civil por la Universidad de Nuevo León, promotor de los primeros cursos para enseñar Matemáticas, fundador y primer director en 1953 de la Escuela de Matemáticas de la Universidad, de la que fue Rector de 1955 a 1958. En 1969 funda la Universidad Regiomontana, de la que es Rector hasta 1974. Su pasión por las Matemáticas lo lleva a fundar la Sociedad Matemática Mexicana y la Asociación Nacional de Profesores de Matemáticas en 1968, organismos rectores en el país de la enseñanza de esta disciplina.

 

Además de ser un destacado jugador internacional de Ajedrez, todo ese “background” es factor para que la ENSE contara entre su planta docente con los mejores matemáticos del estado, como lo eran el propio Treviño González, José T. Puente, Jaime Navarro, Juan Manuel Silva Ochoa, Matías Botello y Ernesto Colunga, entre otros. Además de ser profesores de la ENSE, unos fueron directores de la Facultad de Matemáticas y otros maestros del ITESM.De esa talla fueron los fundadores y los profesores de la Normal Superior.

 

Entre los alumnos, normalistas, que estudiaron la Especialidad de Matemáticas y que ocupan un lugar destacado como profesores de esta disciplina en la educación media y en la propia ENSE están, por ejemplo: José Enrique Chavarría, Francisco Cantú García, Nefthalí Villafranca, Vicente Guerrero, Juan Manuel Bazaldúa Ochoa, Astolfo Maldonado, Armando Aguilar, Gilberto Ochoa, Ricardo Álvarez Charles, José Guadalupe Ríos, Juan Francisco Pérez, Socorro Salas, Guadalupe Almaguer y Leticia Rodríguez.

 

Entre los alumnos, un caso ejemplar fue el del profesor Abel Garza Livas, quien ya de edad avanzada, después de haber sido Director de la Normal “Miguel F. Martínez”, supervisor escolar y formador de muchas generaciones de profesores, entró como alumno a estudiar Matemáticas con particular entusiasmo, líder del grupo de Guillermo Huerta, Manuel de Jesús González, Raúl César Soto Zavala y otros destacados estudiantes.

 

Entre las personas mencionadas algunas provenían de la Universidad, otras de la Normal Básica, más siguieron actualizándose; luego estudiaron en la propia Universidad o en el extranjero. Así nació la Normal Superior del Estado, que vivió su época dorada durante sus primeras dos décadas. Después se “achicó” curricular y políticamente. Hoy se pagan las consecuencias.

 

Para compartir, enviar o imprimir este texto,pulse alguno de los siguientes iconos:

¿Desea dar su opinión?

Su nombre :
Su correo electrónico :
Sus comentarios :

 

 

os

 

e

 

 

g

 

s

 

 

80pind

 

 

Para suscripción gratuita: