m
653
25 octubre 2010
15l
 


 

ANÁLISIS A FONDO
La matanza de mujeres

Francisco Gómez Maza

Inseguridad y anomia, a un genocidio sin precedentes
El Estado inexistente da cuenta de su total irresponsabilidad

mEl asunto de la matanza de mujeres en Ciudad Juárez nadie lo debe archivar, ni menos archivarlo en el archivo muerto, o mandarlo al “archivo francés”, como le llamo al basurero, desde aquellos maravillosos años de trabajar codo con codo con mi inmemorial tocayo, Paco Fe Álvarez, en la Agencia Mexicana de Noticias (AMEX), luego en Excélsior y, finalmente, en la revista Proceso y en la entonces llamada agencia CISA, ahora desde hace mucho rebautizada como Apro. El perverso fenómeno del feminicidio no está ni con mucho resuelto; sí evadido por las autoridades; sí olvidado y nada castigado ni reparado. Es una espina clavada en el corazón de los mexicanos, no sólo los de Ciudad Juárez –ciudad que ha obtenido notoriedad por la mediática y que, por tanto, se ha convertido en un dia–bólico icono de la violencia, de los miles de asesinatos relacionados con esta perversa guerra por la seguridad pública y las matanzas de jovencitos, y los impunes asesinatos de jovencitas incluso a plena luz del día.

Carlos Murillo González, investigador y analista político, sociólogo y maestro en ciencias sociales por la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ); miembro del Colegio de Sociólogas y Sociólogos de Ciudad Juárez; investigador asistente de El Colegio de Chihuahua y adherente de La Otra Campaña, aborda con magistral rigor académico el asunto. El autor del libro La Sociedad Anónima: los factores socioeconómicos y políticos del abstencionismo en el municipio de Juárez, entre otros escritos, toca a profundidad y con una intensa sensibilidad la cuestión que da el título de la presente entrega de Análisis a Fondo: La matanza de mujeres.

El feminicidio, define Murillo González, es un concepto mundialmente conocido e inspirado por los asesinatos de mujeres en Ciudad Juárez; un fenómeno que está llegando a niveles insólitos de crecimiento, como indican las estadísticas. Las actuales condiciones de inseguridad y anomia permiten un genocidio sin precedentes, donde se asesina por igual y cotidianamente a hombres, mujeres, niños(as), jóvenes, ancianos(as) y no se ve para cuándo acabe esta masacre. En las condiciones de criminalización de la sociedad juarense por el estigma federal de “combate” a los cárteles de la droga (donde el estado y principalmente Juárez son sinónimo de “tierra de narcos”), el sociólogo confiesa que no podemos, los mexicanos, aspirar ni esperar mucho del mítico, fantasioso, impersonal y por tanto irresponsable Estado mexicano, más interesado en maquillar cifras minimizando su fracasada misión en sus tres niveles de gobierno (federal, estatal y municipal) que en combatir la violencia, particularmente hacia las mujeres, pues poco comprometidos se han visto a pesar de la presión mundial y exigencias como el de la resolución de la Corte Interamericana de Derechos Humanos por el caso de las asesinadas en el campo algodonero.

El caso del feminicidio es emblemático porque, lejos de desaparecer el fenómeno en Juárez, se incrementa desde que inicia la tristemente famosa “guerra” contra las drogas emprendida por el gobierno federal de manera unilateral e irresponsable. En las últimas semanas a partir de septiembre, los medios de información hacen saber de ejecuciones de mujeres prácticamente todos los días y con particular saña. Uno de los últimos casos, el de la mujer secuestrada, videograbada y luego aparecida muerta, es una señal inequívoca de una dialéctica negativa y dañina en cuestión de género: en vez de mejorar la condición de la mujer, se deplora en el ámbito de la anomia, incrementando el genocidio sin distinción de sexo.

No se trata de poner el tema de las mujeres por encima de otros igual de urgentes –aclara Murillo González, en un magistral análisis divulgado recientemente por varios diarios del norte del país (de hecho, la ciudad – Juárez- vive una situación de emergencia no reconocida), pero al académico le llama la atención –como debía de llamarnos a todos- el perjuicio total hacia la mujer, de por si desprotegida y vulnerable en una sociedad machista y patriarcal, más en las condiciones actuales. La misma “guerra” está llevando la vida cotidiana juarense a niveles inadmisibles de gobernabilidad, pues no hay instituciones que respondan a los cada vez mayores reclamos de paz y armonía que exige la sociedad.

Muchos lo han dicho: en Juárez las autoridades son los capos y los sicarios del crimen organizado y a ellos se dirigió recientemente el Diario de Juárez, porque son de facto la autoridad en la ciudad, donde las instituciones de gobierno, por si solas, se fueron al Diablo sin que tuviese que mandarlas el tropical Andrés Manuel López Obrador. A Murillo González le llaman la atención, en esta nueva etapa del feminicidio, los motivos por los cuales se les está matando: por sus vínculos con el narco y/o el crimen organizado; para secuestrarlas y cobrar rescate o simplemente robarlas; por venganzas y rivalidades; por “limpieza social”. Además se debe agregar el incremento de asaltos, extorsiones y demás delitos que acosan a la sociedad juarense en general y a la mujer en particular. No es una situación fácil y, por conocimiento de causa, no es posible esperar mucho de los nuevos gobiernos municipal y estatal; del federal sólo se espera más anomia.

El sociólogo estima que las nuevas circunstancias de inseguridad y crisis económica están cambiando los hábitos cotidianos y costumbres de los juarenses. Por esta razón, las mujeres han tenido que ceñirse y enfrentar el porvenir oscuro en que el estamos parados: mujeres policías, sicarias, extorsionadoras, choferes, agentes de tránsito, son los nuevos roles, mientras se incrementan los de masajistas, prostitutas, traficantes, viudas y huérfanas. Es doloroso constatar además la situación de empobrecimiento, desempleo, depresión y miedo que ambientan la ciudad y donde las mujeres se encuentran tanto y más desamparadas que los hombres. La situación parece insostenible y sin embargo la ciudad sigue su marcha.

El miedo y la enajenación no son todavía lo suficientemente “alarmantes” para lograr la cohesión social necesaria que pueda poner fin a tanta desgracia, lo cual festejan estos gobiernos que no gobiernan ni dan resultados, ni se comprometen a nada (verdaderos “ni-nis”). De hecho el mítico e inexistente Estado mexicano es tan responsable de este genocidio (casi siete mil asesinatos tan sólo en Ciudad Juárez desde el 2008) como quienes se dedican específicamente a ello. La “guerra contra el narcotráfico”, además de ficticia, es una guerra perdida que sólo está debilitando al gobierno, arriesgando a la población y destruyendo la economía. Ni más ni menos que la neta.

http://analisisafondo.blogspot.com/
http://lacomunidad.elpais.com/analisisafondo/2010/10/24/analisis-fondo-matanza-mujeres
analisisafondo@cablevision.net.mx

Para compartir, enviar o imprimir este texto, pulse alguno de los siguientes iconos:

¿Desea dar su opinión?

Su nombre :
Su correo electrónico :
Sus comentarios :

 

 

ob

 

lar

 

conv

 

elena

 

rock

 

p81