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29 octubre 2010
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Otra amenaza al Cerro de la Silla
Antonio Hernández

El famoso Cerro de la Silla, una de las montañas más carismáticas del país, ha sumado otra amenaza que atenta contra la integridad de sus primordiales ecosistemas. No es la urbanización salvaje que de manera incontrolable se suscita en sus laderas, o la construcción de túneles y carreteras al interior de las singulares cordilleras que del Cerro se originan.

Un componente poco conocido sobre las consecuencias de la creciente violencia en algunas regiones de Nuevo León, son los efectos que esta causa sobre las actividades de conservación en las áreas naturales protegidas que realizan las organizaciones civiles y agencias de gobierno.

Describiendo el caso del Monumento Natural Cerro de la Silla, en las principales vías de acceso a las zonas de mayor atractivo para la recreación de esa montaña se han suscitado horribles asesinatos, además de la presencia de personas quienes desalientan el ingreso al interior de los territorios de esa zona protegida.

Hacienda Santa Ana, Charco Azul, Rincón de la Sierra y el camino hacia la antena son los sitios en donde se tiene registro de la ocurrencia de eventos violentos en diversas escalas, que han originado decisiones como las de la oficina responsable de la gestión y manejo del Monumento, quien ya no realiza acciones de vigilancia y educativas en el camino hacia la antena -área de incomparable belleza escénica-, después del asesinato de la persona responsable del paso de vehículos hacia el área protegida, quien murió luego de recibir en su cuerpo ráfagas de fusil R15.

A partir de esa decisión se derivó la cancelación de proyectos educativos para la sensibilización de las personas que visitan la zona, que se realizaban en colaboración con una importante organización ciudadana vinculada con una de las más importantes instituciones de educación superior del país.

En Hacienda Santa Ana, donde se encuentra el arroyo del mismo nombre, además de una pequeña laguna permanente que recoge el agua de varios manantiales que se ubican en la frontera del Monumento Natural Cerro de la Silla y la Reserva Estatal Sierra Cerro de la Silla, durante meses se tuvo la presencia de personas armadas que se posesionaron de territorios en ambos espacios protegidos.

Luego se ubico también un panteón clandestino con 20 personas asesinadas. En los meses recientes ahí ya no se efectúa ninguna labor de manejo y gestión de la zona, la cual está afectada ambientalmente luego de padecer desmontes kilométricos y excavaciones, sin ningún tipo de restauración ambiental previa y posterior.

Al poniente de Monterrey, en La Huasteca, son varios los testimonios donde trasciende que los permisos de cambio de uso de suelo y de impacto ambiental ya no son otorgados por la Secretaría correspondiente. Esas atribuciones están a cargo de personas sin relación con los oficiales responsables de ese asunto.

El escenario violento de los días presentes cada vez se constituye como la principal amenaza para la conservación de los ecosistemas y la diversidad de vida que contienen. Atrás están quedando las amenazas ambientales clásicas y sus rutas de manejo definidas, como el inadecuado manejo de los residuos sólidos, el turismo desordenado o la urbanización creciente.

¿Quién sera la persona creativa que pueda establecer la estrategia pertinente ante esa problemática agresiva? La solución es urgente, porque todas las áreas naturales protegidas locales padecen el menoscabo de su integridad ambiental, y si las acciones de manejo se detienen, la contingencia ambiental seguirá aumentando sin pausa.

t608138@gmail.com

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