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25 Noviembre 2010
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Las encuestas del siglo XXI
Salvador Borrego

Introducción
Aunque algunos historiadores gustan de señalar que la Estadística es milenaria, refiriéndose a las cuantificaciones de antiguo de habitantes y cosechas, y otras propias de los Estados, derivando de ello su nombre, lo cierto es que entre aquellos ejercicios de cuantificación y lo que actualmente se conoce como Estadística existe una diferencia fundamental: el propósito original era tener registros de cosas importantes, acaso con la finalidad de hacer comparaciones, mientras que en la actualidad el propósito de la Estadística es apoyar a quienes toman decisiones en condiciones de incertidumbre, ofreciéndoles para ello una cuantificación de ésta en términos probabilísticos.

Algunos Estadísticos como el Profesor Donald B. Owen, han querido resaltar la diferente naturaleza de la estadística moderna refiriéndose a ella como La Ciencia Estadística.

Es claro sin embargo que esta sutileza conceptual se da entre los especialistas y no entre los legos, de ahí que se generen, en relación a esta ciencia, una serie de contrasentidos que por lo común se expresan en descalificaciones. La primera, y quizá la más famosa, es de la autoría de Benjamín Disraeli (1804-1881), quien fuera primer ministro del Reino Unido y favorito de la Reina Victoria. Este connotado personaje, que a más de su carrera política fue un notable escritor, se despachó con la cuchara grande cuando sentenció lo siguiente: “Hay tres tipos de mentiras: Las mentiras, las malditas mentiras y la estadística”.

La jerarquía intelectual del autor de tal descalificación y la escasa cultura estadística que se ha podido desarrollar en el mundo, han determinado que tal expresión se siga utilizando como una de las formas predilectas de agresión a una ciencia por demás noble como la que nos ocupa, que sustenta y da sentido a tantas actividades fundamentales del quehacer cotidiano de la humanidad, como es el caso de las Encuestas, sobre las cuales habremos de concentrar nuestra atención.

Ante esta situación tan singular (que ni siquiera los más instruidos en otras disciplinas tengan una adecuada cultura estadística, a pesar de ser usuarios de ella), se ha formado un entramado de mitos y fantasías respecto de la Ciencia Estadística y sus diferentes ramas y aplicaciones específicas. Las más de las veces por descalificarla, pero en no pocas ocasiones por sobrevalorar sus bondades.

Ante esto nos vemos obligados a iniciar el desarrollo de esta aportación planteando algunas consideraciones sobre la forma en que debemos relacionar algunos juicios sobre las Encuestas con los valores de verdad (verdadero o falso); de esto se derivará el tema de las limitaciones actuales de las encuestas, después abordaremos las dificultades que tienen los actuales profesionales para atender el problema demoscópico del siglo XXI, para concluir presentando nuestra alternativa de solución (Las Cartas de Navegación Política) y el rol futuro que podrían desarrollar en este campo los ingenieros.

Estadística vs ciencia estadística
Saber cuántos habitantes tiene un país, o una comunidad, ha sido importante desde tiempos inmemoriales. Las realizaciones de tales cuantificaciones son conocidas como Censos, y en ellos se obtiene tanto la cantidad total de habitantes como los porcentajes o proporciones de ellos que pertenecen a cada género, grupo de edad, nivel de escolaridad, ingresos, religión, etc.

En esta aplicación se sigue en la actualidad el mismo propósito original de la estadística, que es simplemente cuantificar y si acaso ordenar la información recabada con fines comparativos simples. Cada diez años se realizan los censos en los tiempos modernos.

Sin embargo no todo se puede registrar en un censo, y puede entonces surgir la necesidad de conocer algo que de pronto emerja como importante, como por ejemplo la proporción de niños que no hubieran recibido la protección de una vacuna.

Si la motivación para conocer lo anterior fuera tomar providencias ante un grave riesgo para la niñez, realizar un censo para tener la cuantificación exacta sería un contrasentido. Surge entonces la opción de estimar la proporción de niños sin la cobertura sanitaria deseada, en el menor tiempo posible. Una opción es efectuar una estimación con base en los resultados obtenidos de una parte del total de niños en la población, esto es, con base en una muestra de niños. Es claro que al basar nuestra estimación no en la población completa sino en una parte de ella que llamamos muestra, no tendremos la certeza de que esa proporción resultante sea efectivamente la proporción verdadera. Esto es, surge la incertidumbre, y con ella la necesidad de abordar el problema con el enfoque moderno de la estadística.

Es entonces cuando la Ciencia Estadística nos ofrece, a condición ineludible de que la muestra sea aleatoria, resultados de la forma siguiente:

La proporción de niños sin la vacuna se estima en 20%, con un margen de error al 95% de confianza de 3%.

¿Qué significa el anterior embrollo?: Que ante la incertidumbre nunca tendremos la absoluta certeza sobre cuál es la proporción verdadera que deseamos conocer, pero que tenemos una confianza elevada en que esa proporción deberá ser un valor entre 17% y 23%, que son los valores resultantes al restar y luego sumar a la estimación de 20% el margen de error de 3%.

Esto es lo que puede ofrecer la Ciencia Estadística, y en este caso las encuestas, ante la incertidumbre. Esperar más es pedirle peras al olmo, pero además nadie ofrece más que esto, sin mentir.

Es aquí donde surgen la mayor cantidad de confusiones, porque si alguien tiene la expectativa de que los valores que arroja un trabajo estadístico sean siempre de la naturaleza de los censos, entonces generará la convicción de que el porcentaje de niños sin la cobertura de la vacuna sea exactamente 20%. Si de algún modo se comprueba que el valor exacto es 22%, pensará equivocadamente que la estadística miente. 

Encuestas y valores de verdad
La condición antes descrita respecto de la credibilidad de las encuestas, le da sentido a la interrogante respecto de qué es verdad  y qué es falso en este contexto metodológico. A decir verdad hay varios aspectos de las encuestas sobre los cuales es importante saber si lo que comúnmente se considera como verdadero efectivamente lo es, o si estamos en uno de los mitos y fantasías derivados de la ignorancia.

Los aspectos que pensamos vale la pena considerar, son los siguientes:

¿Tiene la Estadística algún sustento científico?
La Estadística tiene un sustento matemático sólido y absolutamente válido como lo tiene cualquier otra rama de la matemática. A este cuerpo de ideas se le conoce como Estadística Matemática, siendo la Probabilidad una de las ramas de la matemática que juegan en este contexto un papel fundamental, sin ser la única. Prácticamente todas las ramas de la matemática apoyan en la sustentación teórica de la Ciencia Estadística.

Cuando se realizan aplicaciones de la estadística, ¿lo que resulta es verdadero?

Sobre las estimaciones
Las estimaciones rara vez son exactamente iguales a los valores reales. Son sólo aproximaciones.  Esta expectativa generada por la experiencia con los censos genera decepciones.

Sobre la opinión pública respecto de personajes
Los resultados de encuestas frecuentemente tienen que ver con la imagen pública de personas, y al contrastar esa imagen pública con  otros elementos de juicio, se genera también desconfianza.

Al respecto debemos resaltar que las encuestas evalúan percepciones, no realidades. Es común observar imágenes públicas muy desgastadas, que no corresponden a la calidad moral elevada de las personas evaluadas, y es común también observar lo opuesto.

Sin embargo es importante destacar que en el ámbito público tiene una importancia capital la imagen pública. Por ello en esos contextos se escucha con frecuencia la siguiente frase: percepción es realidad.

Es claro que estamos aquí ante un juego de palabras que también genera confusiones.

Sobre las conductas futuras de las poblaciones encuestadas
Las más de las veces las suspicacias respecto de las encuestas surgen del contraste entre las predicciones sobre procesos electorales y los resultados finales. Aquí es importante señalar que es cada vez más común observar que fallen las predicciones de encuestas, y que en los tiempos recientes se ha presentado el fenómeno de que fallen todas las encuestas. El caso más reciente acaba de ocurrir en Brasil.

Esto ha generado mucha desconfianza en las encuestas, y es tan crucial el tema que hemos dejado el siguiente punto para abordarlo con mayor detalle. Por lo pronto sólo precisamos que es ésta una forma equivocada de juzgar el trabajo de un encuestador. Ni una encuesta que falla en sus predicciones es necesariamente una encuesta mal realizada, ni una encuesta que acierta en sus predicciones es necesariamente una encuesta bien realizada.

Limitaciones de la encuesta actual
El mundo de las encuestas y el mundo de la calidad, tienen en común su raigambre conceptual en la Ciencia Estadística y la escasa presencia de profesionales de la estadística en estas actividades, que por lo común son desarrolladas por otro tipo de especialistas. Esto ha determinado deficiencias notables en sus aplicaciones específicas.

En el caso de las Encuestas, a pesar de las deficiencias que más adelante precisaremos, se había conseguido una relativa credibilidad como consecuencia de predicciones electorales acertadas, particularmente durante la segunda parte del siglo XX, pero este nuevo siglo ha traído una cauda de suspicacias respecto de las encuestas, a grado de que cada nuevo proceso electoral es un viacrucis para los otrora orgullosos Encuestólogos, que llegaron incluso a fantasear con la infalibilidad.

 Limitaciones en la manera de realizar encuestas
Las deficiencias más notables de las encuestas actuales son las siguientes:
La aleatorización, que sigue siendo el talón de Aquiles de las encuestas. Se confunde la idea de aleatorizar con la de dispersar, y se vive la fantasía de que una muestra será representativa de la población que se desea estudiar, si se ajustan las proporciones de otras variables tales como las demográficas.

Los galimatías que aparecen en las fichas metodológicas de nuestros Encuestólogos, no aparecen en ningún libro de muestreo.

Los márgenes de error al 95% de confianza son otra deficiencia. En principio porque la condición exigida para estar en capacidad de calcularlos es la aleatorización. Por otra parte se tiene la idea equivocada de que el margen de error corresponde a la encuesta toda, y por ende a todas y cada una de las estimaciones, cuando en verdad tenemos tantos márgenes de error como estimaciones. Esto es, si en una pregunta las respuestas son: Sí, No y No sé, entonces tendremos tres estimaciones y tres márgenes de error.

Si el cuestionario de la encuesta constara de 10 preguntas con tres opciones de respuesta cada una, tendríamos 30 estimaciones y 30 márgenes de error.
Imprecisión en la asignación de empates técnicos. Esto es consecuencia de lo anterior, pues la imprecisión en los márgenes de error conlleva imprecisión en la declaración de empates técnicos. Una ilustración de un empate técnico se puede apreciar en la siguiente liga sobre el pasado proceso electoral en el estado de Durango.

http://www.youtube.com/watch?v=CzLZDZjQtac

Fantasías como el too close to call. Las deficiencias estadísticas de nuestros Encuestólogos los llevan a postular conceptos curiosos tales como el referido. Por too close to call ellos quieren decir que la diferencia entre las estimaciones para dos candidatos es tan pequeña que no se puede afirmar de manera razonable cuál de ellos tiene más posibilidades de triunfar. Esta graciosa forma de presentar los resultados los exime de confrontar sus predicciones con los resultados electorales.

Los encuestadores deben siempre publicar sus predicciones junto con sus márgenes de error. Si en el contraste de una predicción con el resultado electoral observamos una discrepancia menor al margen de error correspondiente, entonces esa predicción será acertada, si la discrepancia es mayor entonces será una predicción errónea.

En la ilustración del caso de Durango un Encuestólogo distraído podría declarar un too close to call. Nosotros publicamos nuestras estimaciones con sus márgenes de error y los intervalos de confianza correspondientes. En consecuencia, con independencia del resultado de la elección, se puede evaluar si las predicciones fueron acertadas o no. Dicho de otro modo: La Ciencia Estadística no dice quien va a ganar o quien va a perder, se limita simplemente a ofrecer dos estimaciones con sus respectivos márgenes de error al 95% de confianza. En consecuencia siempre serán evaluables sus estimaciones.

Naturaleza metodológica y dinamismo social del siglo XXI
A pesar de las deficiencias señaladas antes, las encuestas habían sido relativamente acertadas en sus predicciones. Sin embargo un fenómeno interesantísimo se empezó a observar a finales del siglo pasado y principios de éste: De pronto se observa con cada vez mayor frecuencia que fallen todas las encuestas. Así fue en España en la elección presidencial de 2004, en la interna del partido demócrata en New Hampshire en 2008 y en Colombia, México y Brasil en este 2010. 

La explicación de este fenómeno es el creciente dinamismo de la opinión pública, como consecuencia de los avances en la comunicación interpersonal. La red de internet y los teléfonos celulares, permiten ahora la comunicación con múltiples personas a la vez, y esto trae como consecuencia que las opiniones individuales se puedan convertir ahora en opiniones colectivas en tiempos tan breves que no tienen antecedente en el devenir histórico de la humanidad.

El estallido de bombas en la estación de Atocha en Madrid el miércoles previo a la elección presidencial española de 2004, y el intento inmoral del presidente Aznar de utilizar la tragedia con fines electorales, generó un proceso de indignación con efectos electorales que no alcanzaron a registrar las encuestas.

Ante esto nos encontramos con un  problema estructural de las encuestas: Son parsimoniosas, y en consecuencia ofrecen evaluaciones de la opinión pública que llevan un gran riesgo de ser imprecisas, ya no tanto por defectos en su realización, sino por ofrecernos estimaciones que corresponden a realidades sociales que recién han perdido su vigencia.

Dificultades de los actuales encuestólogos para atender el problema demoscópico del siglo XXI
Los profesionales actuales de las encuestas pagan ahora el precio de no haber profundizado en los temas estadísticos. Se preocuparon por cubrir solamente cuestiones muy básicas. Los menos pueden con alguna suficiencia enriquecer sus análisis aplicando Análisis de Contingencia.
El problema para ellos es que la nueva condición de dinamismo social reclama la aplicación de otras ramas de la Ciencia Estadística, en particular la del Control Estadístico de Calidad, que engloba los procedimientos metodológicos que fueron desarrollados para atender precisamente el mismo fenómeno de dinamización pero en el contexto industrial, generado por la Revolución Industrial y la producción en serie.
El reto inevitable que enfrentan hoy nuestros Encuestólogos que no son estadísticos es de gran envergadura, y lo que se avizora es que sucumban ante él.

Las Cartas de Navegación Política: primera alternativa metodológica para atender el creciente dinamismo social del siglo XXI
Para nuestra fortuna desde hace más de 25 años hemos trabajado tanto en el ámbito industrial como en el demoscópico, de modo que ante los primeros signos de este dinamismo abordamos el fenómeno demoscópico con las técnicas del Control Estadístico de Calidad, desarrollando una adecuación metodológica, que adicionalmente procuró ofrecer a los tomadores de decisiones políticas un instrumento que no sólo captara el nuevo dinamismo social, sino que además tuviera también la condición de poner ante sus ojos, de una manera muy simple y de rápida lectura, toda la información trascendente para la toma de decisiones.

A estos reportes gráficos de nuestros análisis estadísticos, los registramos con nuestro derecho de autor (Número de Registro: 03-2004-070114242900-01) bajo el nombre de Cartas de Navegación Política. Los interesados en profundizar en este tema pueden hacerlo en la siguiente liga: http://www.sabaconsultores.com/?art=5

La demoscopia, área de oportunidad para los ingenieros del siglo XXI
Como puede apreciarse de lo anterior, las encuestas del siglo XXI reclaman una suficiencia estadística que está más cercana a los ingenieros que a los actuales profesionales de la encuesta, tales como los mercadotecnistas o los politólogos.

De modo que lo que se avizora es que, como de hecho ya se empieza a hacer en algunos corporativos, se busque aprovechar el nivel estadístico de los ingenieros capacitándolos en los aspectos no estadísticos de la encuesta, pues ello resulta más prometedor que tratar de capacitar a los actuales Encuestólogos en los temas estadísticos que ahora cobran relevancia.

De modo que no nos extrañe que en el futuro sean ingenieros, especialmente los del área de Ingeniería Industrial, los encargados de realizar las encuestas en el siglo XXI. Esto significará un avance, pero lo deseable es que los Estadísticos cubran estos espacios, como integrantes de equipos multidisciplinarios, que atiendan con propiedad el cada vez más complejo problema demoscópico.

 

 

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