678 29 Noviembre 2010 |
No hay Machete que valga Hace poco más de un mes, cuando se aproximaba su estreno y supe del elenco de Machete, me llamó la atención su diversidad. Luego cuando tuve oportunidad de ver la película, pues aún más toda vez que Robert Rodríguez materializa fantasías adultas —entre la comunidad latina de los Estados Unidos— en ese comic cinematográfico. Con un reparto que puede considerarse alternativo, que suscita recelos y de alguna cierta manera pasmo en espectadores estadunidenses medios, en la cinta irrumpen los personajes caracterizados por un Danny Trejo convertido en estelar en un contrapunteo como de travesura ante Robert de Niro, con Jeff Fahey alternando con Don Jonhson, con un intermitente Steven Seagal pronunciando con acento “puñeta” a diestra y siniestra, con Michelle Rodríguez y Jessica Alba conjugando a fin de cuentas imperativos personales con Lindsay Lohan y Cheech Marin en una loca espiral de lo considerado gore. Todos ellos —pensé— al participar de la ácida y contundente sátira de Rodríguez en torno al fenómeno binacional de la inmigración indocumentada, comulgan con el espíritu solidario del director para con los indocumentados, dado el tratamiento de víctimas y victimarios. Aplazando el subrayado que con estas notas quiero hacer, añadiré que es posible que quienes ven esta película en España o en Francia o en otros sitios donde la migración de indocumentados es notoria (incluso entre los críticos mexicanos que ni remotamente tengan una idea de la problemática migratoria y sus vicisitudes), no vean en toda su dimensión la carga de mordacidad (aunada al ingenio de Rodríguez) que conlleva Machete; pero en esta parte del planeta, específicamente al enfocar la inmigración de mexicanos por la frontera sur de los Estados Unidos, el fenómeno implica ribetes suprareales tanto por los insospechados abusos en contra de los indocumentados como por las profundidades desde las que asciende el odio de los xenófobos con y sin uniformes. La película muestra lo patético que resultan los políticos xenófobos, esos personajes racistas y ambiciosos, uno de ellos resaltado con una caracterización excelente de parte del actor De Niro, quien encarna al corrupto senador John McLaughlin... se me ocurre que igual hubiera podido encarnar al sádico sheriff de Maricopa, Arizona, Joe Arpaio, éste sí de la vida real y que si se le mira bien deja muy atrás al ficticio personaje de De Niro. Machete es pues la exageración hasta el delirio, es la acción y la violencia hasta el absurdo, y un sentido del humor llevado incluso hasta salirse del filme en la vorágine sangrienta como género cinematográfico. En fin, pero la parodia no excluye ni a Arpaio ni a ningún antiinmigrante y con esto llego a donde quería llegar, que es a señalar mi sorpresa e ingenua decepción cuando supe que el sheriff de Maricopa reclutó un pelotón de voluntarios contra la inmigración indocumentada y... en el nefasto pelotón figura Steven Seagal. Uf. Dado que se está recortando el presupuesto de corporaciones policiales y están perdiendo personal, y según Arpaio su “batalla para detener la inmigración indocumentada debe continuar”, pues ideó la creación del pelotón en Phoenix, Arizona. El “anciano pendenciero” como lo describe Sergio Ramírez en un elocuente artículo que culmina pintándolo como “un personaje de historieta cómica o de película del Oeste que alimenta la imaginación furibunda de los red neck, sus conciudadanos de pescuezo rojo que aplauden a rabiar el uso de sus métodos contra los latinos, ahora redoblados en sus alardes de dureza” (El País, 07-09-2010), ahora ese pendenciero considera que tiene sentido la ayuda del público para su pelotón de operaciones antiinmigrantes. Y ya hace una semana les tomó juramento a 56 voluntarios, entre médicos, soldados y bomberos de Arizona figuran tres actores, Seagal (quien vive en Phoenix) y Lou Ferrigno (El Increíble Hulk) que, según trascendió, ambos ya eran agentes de Arpaio, y con ellos se incorporó Peter Lupus (Misión Imposible). Los integrantes del pelotón reciben entrenamiento sobre las leyes de inmigración, del total de integrantes 33 están autorizados a portar armas, y todos ellos trabajan ya con agentes del sheriff en búsqueda de vehículos cargados de indocumentados y en busca de casas utilizadas para albergarlos. En los últimos tres años Arpaio ha detenido a más de 42 mil indocumentados. La realidad corre su propia película de Serie B y, como ya se sabe, en los avatres de la violencia ésta supera a la ficción. Así es que Seagal se sale de la parodia y se mete en la paradoja. La realidad desde la trinchera de lo fútil demuestra que la vida tanto en Arizona, como a lo largo de la franja fronteriza entre México y los Estados Unidos, en cuestiones de indocumentados no hay “Machete” que valga. ¿Desea dar su opinión?
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