Suscribete
914 26 Octubre 2011

FRONTERA CRÓNICA
Copados por el ejército

J. R. M. Ávila

Monterrey.- Nada alentador es notar que la población civil de Nuevo León esta cada día más cercada por el ejército. Basta echar un vistazo a los acontecimientos de los últimos días para darnos cuenta de que los soldados tienen copadas las calles y carreteras del estado.

Por ejemplo, la madrugada del 20 de octubre de 2011 estalló un coche bomba en la colonia Ladrillera, de Monterrey. Aparentemente no hubo gente lesionada, aunque el hecho se interpretó, por parte de las autoridades, como emboscada en contra de un convoy militar.

Las reacciones no se dejaron esperar. Rodrigo Medina de la Cruz, presunto gobernador de Nuevo León, declaró que ya se tenían líneas de investigación sobre el hecho. Y aunque no dijo cuáles eran esas líneas, agregó que no descartaba que se presentaran situaciones similares. César Garza Villarreal, diputado priísta en el Congreso del Estado, exigió a la Procuraduría General de la República y a las autoridades locales que agilizaran el peritaje y las investigaciones para esclarecer el caso. Agregó que el ataque no se debía tomar como un hecho aislado, ya que denotaba un cambio en la manera en que la delincuencia opera.

Dos días después, en la colonia Topo Chico se reportó una persona calcinada en el interior de una camioneta que estaba incendiándose. Al principio, militares y policías estatales supusieron que se trataba de una ejecución. Al final, resultó cierto lo de la camioneta incendiada y falso lo de la persona calcinada.

El domingo, en unas brechas del municipio de Doctor González, el ejército detuvo a tres hombres, que dijeron haber ejecutado y quemado a cuatro compañeros que ya no quisieron seguir laborando para un grupo de la delincuencia organizada (lo cual echa de ver que no a todos los arrepentidos les va bien).

Además, en un operativo llevado a cabo por policía federal, estatal y efectivos del ejército, según datos oficiales se retuvo a alrededor de 30 (27, 28, 29, 31, 32, no se sabe con exactitud) elementos de policía, tránsito y personal administrativo en los municipios de Cadereyta y Zuazua.

El lunes, Rodrigo Medina señaló (con un beneplácito que sólo él entiende) que ya había elementos del ejército en el Penal de Apodaca para fortalecer la vigilancia en ese centro penitenciario.

Si todo lo anterior no se considera como militarización de este estado, entonces qué nombre le ponemos. Parece que estuviéramos sumidos en el sopor, y no quiero ni pensar que cuando todo esto se termine y despertemos, el ejército aún va a estar aquí, y sin pretexto que valga.


¿Desea dar su opinión?

Su nombre :
Su correo electrónico :
Sus comentarios :

 

UANL

La quincena

Adobe Reader

quincena90

quincena90

quincena89

quincena89

15diario.com