NO! a la modificación del artículo 130 Constitucional

Envía tu rechazo al Senador perredista Pablo Gómez, quien ha presentado esta inciativa

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México a 26 de Febrero, 2010. Sr. Senador Pablo Gómez Las y los ciudadanos que suscribimos esta carta queremos expresarle nuestro más enérgico rechazo a la iniciativa que usted ha presentado ante el Senado de la República para modificar y “eliminar totalmente” el inciso E del Artículo 130 de la Constitución, y que busca, según usted, “restablecer los derechos de asociación política y de libertad de expresión de los sacerdotes de todos los cultos religiosos”. Estamos convencidas y convencidos que los acuerdos y alianzas político-electorales de los últimos meses entre el PAN, PRI, Iglesia católica, grupos ultra conservadores y, lamentablemente, también con el PRD; han instaurado en México una extraña y peligrosa clase política, que entre otras cosas, ha permitido y aprobado la criminalización de miles de mujeres mexicanas, al penalizar la interrupción de un embarazo en 18 estados de la República mexicana. Creemos que no es casualidad que esta iniciativa sea promovida casi a la par de la modificación al Artículo 40 constitucional que agrega el término “laico” en la definición del Estado mexicano, ni tampoco es ajena a la reciente reforma al artículo 146 del Código Civil del Distrito Federal que permitirá, a partir de este 4 de marzo, realizar matrimonios entre personas del mismo sexo. La presión de los grupos ultraconservadores, y en especial de la Iglesia católica, para que de alguna manera se les compense por los –para ellos- “ataques” sufridos, es muy evidente con esta iniciativa. Al ser usted un representante de un partido de “izquierda” no es difícil comprender como es que encabeza una propuesta que beneficia completamente a la “derecha” mexicana; y más difícil entender su proceder cuando inclusive la Arquidiócesis de México, en palabras de su vocero, Hugo Valdemar, ha llamado al PRD “los enemigos de la iglesia” por promover y aprobar la reforma del Estado laico. Ni siquiera el líder nacional de su partido, Jesús Ortega, según sus declaraciones, estaría de acuerdo con la iniciativa que usted propone, ya que en relación al ataque de la Iglesia al PRD que los llamó “enemigos de la familia” por aprobar el matrimonio entre personas del mismo sexo, criticó que la Secretaría de Gobernación, a través de la Dirección General de Asociaciones Religiosas, no se haya pronunciado al respecto y dijo que “poco se puede esperar de la dependencia si hasta el momento no ha emitido algún señalamiento sobre la injerencia eclesiástica”. Y abundó diciendo: “la Constitución establece que los dirigentes de asociaciones religiosas no pueden oponerse a las leyes y evidentemente que la jerarquía eclesiástica de varias asociaciones están tratando de echarlas a bajo, lo cual es violatorio a la Constitución”. Finalmente, le recordamos, que el panorama para los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres se ha convertido en una oscura y complicada realidad, ya que ahora se les criminaliza, persigue y encarcela por atreverse a decidir sobre sus cuerpos y sus vidas. Las modificaciones a las constituciones locales en 18 estados corresponden en gran medida a la “presión” y negociación de grupos conservadores, partidos políticos, y también de quiénes ahora inconcebiblemente defiende: la Iglesia. ¿Qué se juega en esta propuesta Senador Gómez? ¿Qué gana el PRD como partido de “izquierda” con esta propuesta de “derecha”? ¿Influye acaso alguna negociación político-electoral con el PAN? ¿Vale más para usted los derechos de los clérigos que los derechos de las personas, como las miles de mujeres que arriesgan sus vidas en abortos clandestinos? Nosotras y nosotros nos quedamos con las palabras, que en referencia al Estado Laico, hace Enrique González Pedrero: (Estado Laico) es “aquél donde las iglesias no influyen en la marcha del poder y donde el poder político no interviene en las esferas de las religiones. Por tanto, lo laico es un espacio neutro (ni uno ni otro) donde hay mutuos respetos entre religión y Estado”. ¡Decidir no es un delito, decidir es un Derecho! Atentamente,