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Al rescate de Palmilla, Baja California sur.

Desde siempre, la Playa Palmilla ha sido el sitio de recreo por excelencia para las familias residentes de Los Cabos, principalmente de San José.
Sin embargo ahora es objeto de disputa en un conflicto que dejaron crecer las autoridades y, donde a falta de voluntad el capital extranjero que entró “como la humedad”, ahora se impone a los intereses de los usuarios de ese balneario tradicional.
Con argucias legaloides, nos quieren despojar de un gran tramo de playa, donde inicialmente los desarrolladores pidieron la playa para la protección de la tortuga, permiso que les fue concedido. Todo esto es una mascarada, pues se sabe que su único interés es el dinero y modificar el paisaje a su conveniencia.
ESTO ES LO QUE NOS QUIEREN DEJAR
Pero ahora, en el pequeño espacio que nos dejan que por cierto está en un arroyo, las autoridades estatales quieren construir un balneario que no es otra cosa que una mole de cemento que tendrá como “atractivo” un barco pirata, toboganes, albercas y donde se planea cobrar por estacionar automóviles, además de que se erigirán locales comerciales para privilegiar la vendimia a costa del paisaje natural que ha dado renombre a ese hermoso lugar.
Para construir esa mole de cemento, ¿sabía usted que el balneario Palmilla puede estar cerrado total o parcialmente durante DOS AÑOS?
¿Quiénes están detrás de este negocio?, ¿por qué pretenden cobrar el ingreso a esa playa?, ¿buscan disminuir la presencia de bañistas y aumentar la voracidad del gran capital que como lobo, en el menor descuido, espera arrebatarnos nuestra playa Palmilla?
De acuerdo a los planos que no han querido dar a conocer a la ciudadanía en general y que ahora aquí mismo les mostramos, no se incluyen los espacios para los pescadores tradicionales de esta playa.
¿Por qué hacer más edificios y colocar restricciones en un lugar donde las familias buscan estar en contacto de la naturaleza?... Para eso mejor seguimos en la ciudad.
Por decenas de años nuestras familias han disfrutado de Palmilla, sin ser molestadas y sin pasar garita alguna.
Sepan de una vez las autoridades y los desarrolladores, que el pueblo no está ciego y no vamos a caer en ese juego, pues construyan lo que construyan o pongan lo que pongan, vamos a entrar todos los días libremente a nuestra playa Palmilla.
Por esa razón en la Asociación de Colonos, Ejidatarios y Posesionarios proponemos:
Que se continúen hasta las últimas consecuencias, con los actos jurídicos contra las autoridades y empresarios involucrados en el litigio sobre este patrimonio popular.
Que no se deforme el paisaje natural del balneario Palmilla, tal y como lo hicieron en la playa Coromuel de La Paz los mismos "visionarios" de la API que ahora piensan deformar Palmilla.
Que siga libre el acceso y no se cobre ninguna cuota de ninguna especie para el disfrute de nuestra exótica y bella playa Palmilla.
No conviertan a PALMILLA en un centro comercial.
Que la autoridad municipal, que dice tener mucho interés por ese lugar, promueva actividades recreativas, culturales y ecológicas para incentivar el uso de la Playa Palmilla y a la vez depositar en los usuarios el mensaje de que nuestras playas son libres y por tal se deben preservar tal y como son, además de limpias.
Que las cuotas de ZOFEMAT (Zona Federal Marítimo Terrestre) sirvan para instalar en el sitio los servicios de asistencia como “salvavidas”, señalizaciones, baños más limpios y presencia de los servicios de emergencia al menos los fines de semana.
Que se instalen más y mejores palapas para incentivar la convivencia de las familias que por años han asistido a esta playa a disfrutar de lo natural.
Que de ninguna manera se permita la construcción de bardas en la orilla del mar, pues esto se consideraría como una actitud discriminatoria hacia los usuarios.
Que se respete a los pescadores y sus espacios tradicionales, al igual que los servicios de taxi.
Por esa razón, convocamos desde ahora a todos los grupos ecologistas, de defensa de derechos civiles y humanos a sumarse a los esfuerzos por lograr una:
Playa Palmilla natural, que no sea perturbada por la mano de arquitectos e ingenieros que tienen poco aprecio por lo estético y la preservación de los paisajes que tanto renombre han dado a sudcalifornia.
Y para que no cierren por dos años, en nombre de la “modernidad”, este espacio natural recreativo de los cabeños y por ende, de todos los mexicanos.