Gare du nord
Gerson Gómez
onterrey.- Tienes más de cuarenta al lomo y comienzas a asustarte.
Cerdo rumbo al matadero, cada mañana al escuchar las noticias. Dejas profusas matas de cabellos.
Las carnes abultadas en el abdomen. El aliento seco, los pelos saliendo de la nariz y las orejas.
El sonido de la maquina afeitadora.
Ahora te toca destapar el desagüe, da lo mismo. Antes lo congestionaron las mujeres de compañía.
Pareces estrella de rock decadente, atrapado conduciendo ebrio, por las carreteras zigzagueantes de California, después de una discusión con tu amante quince años menor, o tu diler de la mexican mafia, o porque no estás en paz contigo mismo, ni con el I ching.
Decidiste pasar toda la semana bebiendo, parar, dentro una celda, la edad.
Los padres de tus amigos, generación de página ya trazada, la mayoría de ellos estrenaron lápida. Pocos siguen con buena salud,
Los tratamientos, las desveladas en las salas de estar. Organizar servicios fúnebres.
Cargas el peso del mundo.
Tu cerebro, explosión plop plop: maquinita aceitosa de maíz.