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1154 26 Septiembre 2012

 

FRONTERA CRÓNICA
Como si nadie nos amenazara
J. R. M. Ávila

Monterrey.- Después de ver lo que ha sucedido durante la semana anterior y el inicio de ésta, ni cómo decir que a veces te suceden cosas porque estás en el lugar equivocado o, como decían antes, porque te has puesto en el ponedero.

Si asistes a un cementerio en San Pedro de las Colonias, Coahuila puede tocarte ser una de las 26 personas lesionadas o una de las 7 muertas por un comando armado. Y dichosos quienes sobreviven para enterarse de que al final son alcanzadas 33 personas y quedan en el suelo sólo 17 casquillos (¿habrán formado a las víctimas para ahorrar balas?). Si no fuera por lo tanto que nos reímos de la muerte, parecería tan funesto como es.

Si sales de paseo en domingo confiado en que no lloverá, resulta que cae en el área metropolitana de Monterrey una lluvia torrencial no prevista por los adivinadores del clima, cuya fe de erratas es ya proverbial, al grado de que se requiera  una enmienda en la Biblia: Bienaventurados los pronosticadores del clima, porque de ellos será el reino de los yerros.

Si decides no salir de tu casa más que a trabajar en las seguras horas de luz solar, cuidado, porque puedes verte asediado por el fuego, como hace una semana en la carretera Reynosa-Monterrey (30 muertos y 46 heridos) o como la quemazón de este lunes en una fábrica al norte de Monterrey, cuyo humo podía verse desde una distancia de veinte kilómetros

Si aspiras a verte coronada en Miss Earth México 2012, en Mérida, puede resultar que un fuerte viento derribe toldos y estructuras tubulares y que, al tratar de huir para no lastimarte, aunque te agaches, los tubos te golpeen en la cabeza y el cuello (como le sucedió a Evelyn Castro, Miss Nuevo León, hace una semana y media), y termines con esguince cervical, la columna vertebral inflamada, la pierna izquierda paralizada por completo y la derecha sólo en parte, y encima sin sentir el impulso de evacuar.

Si decides que nada hay como ser un mejor ciudadano, ni lo intentes, porque te encuentras con la nota de que el empresario Carlos Slim ya recibió el galardón "Ciudadano del año" (si la realidad no fuera tan aguafiestas, estaría tentado a escribir: “Mientras tanto, en un lugar de Ciudad Gótica, Carlos Slim…”, y a imaginarlo como  la nueva, ¿o vieja?, personificación de Batman), y te das cuenta de que ser mejor ciudadano o un ciudadano ejemplar es un lujo que no puedes costearte.

Cuando me entero de cosas así, lo único que me consuela es recordar el dicho que reza: “Cuando te toca, aunque te quites; cuando no te toca, aunque te pongas”. Así que no queda otra que ponerse a vivir como si aquí nada ni nadie nos amenazara.

 

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